12.Nervios

500 56 3
                                    

La conversación con Daniel fluyo despreocupadamente, hablamos de la escuela, de nuestros planes de futuro, de cosas sin importancia. En ningún momento se ha mostrado irrespetuoso ni entrometido.

Fue una buena idea por mi parte elegir a uno sin rechazar al otro, sin embargo, no creo que vaya a aparecerme por el club, no yo sola y Daniel tiene que viajar en la mañana por lo que no me puede acompañar, de hecho, me encontré deseando que no viniera conmigo.

A pesar de lo bonita que estuvo la cena y lo amable que se mostró, lo único que hizo fue recordarme porque lo había rechazado tanto. No me sentí locamente atraída hacia él, no tuve una sensación de electricidad, no me conecte enseguida y aunque disfrute su compañía, no creo que pueda pasar de la zona de amigos.

Se fue hace unos segundos a pagar la cuenta, mientras comíamos el postre, el vestido en el que me había enfundado me hizo sentir insegura de comer demasiado. Espero no haberle dado la impresión equivocada con mi atuendo, Ale insistió en que tenía que darle un infarto al verme.

—No me canso de repetir lo fantástica que estas. —Como si me hubiera leído la mente, me repite por cuarta vez hoy el mismo cumplido, ruedo los ojos sin que parezca que me molesta—. Gracias en serio por venir lo pase estupendo. —su elección de palabras me hizo sonreír y sentirme culpable por mandarle a la friendzone.

—Es el disfraz no yo. —agitó una mano como para restarle importancia y él me mira incrédulo.

—Aunque trajeras una bolsa negra te verías así de linda. —tomé un poco de agua para sofocar el calor de mis mejillas.

Afortunadamente, un mensaje me salvo de dar una respuesta.

Ale:

9:12 p.m

Jim irá a la fiesta privada que dan los chicos en el House Licor, te vienes? Sé que tienes la entrada asegurada *giño*

Yo:

9:13 p.m

Estoy tratando de deshacerme de Daniel sin herirlo ¿pasas por mí por favor? 

Pd: quien escribe *giño*

Ale:

9:14 p.m

Eres una perra sin sentimientos, voy por ti

Pd: deja de cuestionar mi magistral sentido de la escritura.

—Déjame adivinar debes ir a esa fiesta tonta. —pude notar el desdén es su voz, pero hice como que no.

—Ale no quiere estar rodeada de gente que no conoce y pasará por mi — me excusé sin sonar maleducada, aun así por si acaso agregué—. ¿Seguro que no quieres venir?

—No puedo, pero gracias por tomarme en cuenta. —me cogió la mano por encima de la mesa y acarició el dorso con su pulgar.

—Deberíamos ir saliendo, Ale no tarda en llegar. —me solté despreocupadamente y tome mi bolso.

La decepción estaba plasmada en toda su cara haciéndome sentir aún más culpable por querer salir corriendo de allí. Al salir al exterior agradecí enormemente, la brisa nocturna parece llevarse todos mis pensamientos.

Me vuelvo hacia a Daniel, el tiene una extraña mirada, se acerca a mí y busca mis ojos, da un paso más cerca e intenta tocar mi mejilla con su mano, cada vez está más cerca y estoy segura de que va a besarme, doy alerta a mi cerebro que grita desesperadamente por una salida de emergencia.

Tu Propio ReflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora