37. Inconsciencia III

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Sammy - Ansiedad

Desde el momento en que el rostro Ale entro en mi campo visual hace casi un día supe que algo iba realmente mal. No era sobre nosotros para nada, en realidad, nunca hubo un nosotros.

Al escuchar de sus labios que Lia había tenido una recaída la ansiedad me recorrió, no habría creído esto posible. Lia era la persona más fuerte que había conocido, aun podía verla hace un año atrás, cuando yo era el chico nuevo y estas dos increíbles chicas charlaban en el pasillo.

Mis ojos se fueron directos a la chica de menor estatura, sus manos no paraban de moverse, parecía a punto de alzar el vuelo, sus ojos eran de lo más increíbles y su risa... hubiera pasado todo el día ahí parado solo para escuchar su risa. La otra chica estaba frete a ella, apoyada en los casilleros, cruzada de brazos con una relajada sonrisa en el rostro y negando suavemente con la cabeza; era muy bonita, pero la manera en que tocaba su cabello y miraba a su alrededor te decía que ella no estaba al tanto.

La otra chica parecía una tormenta y ella una cálida brisa de verano.

Yo estaba ahí, contra la pared, mirándolas como idiota y ella, con sus sagaces ojos me había capturado, me sostuvo la mirada con el rostro inexpresivo, ni rastro de la dulce sonrisa de antes. Su amiga siguió la dirección de su mirada y me encontré con sus ojos verde-dorados.

Sentí mi corazón saltarse un latido y probablemente me había ruborizado un poco, decidida comenzó a caminar en mi dirección y me tense, la otra chica abrió con sorpresa sus ojos marrones y se vieron realmente grandes cuando intento detener a su amiga, masculló algo y antes de darme cuenta las tenia frente a mí. La tenacidad en persona junto a la astucia disfrazada de timidez, me quede mudo.

¿Eres algún tipo de acosador? soltó la chica bajita—. No nos has quitado la vista de encima en todo el rato ¿creíste que no lo notaríamos? Por cierto estas babeando.

¡Ale! Reprendió la otra chica —. Lo siento, ella no tiene filtro, soy Alison, ella el Ale y ya nos vamos.

Seguía sin hablar, sorprendido por lo directo de las palabras de la chica, Ale.

No, no la interrumpió Ale—. Quiero saber que le interesa tanto a Mr. Voyeur.

Me encogí de hombros con simpleza alternando la mirada en ambas, me rasque el puente de la nariz y sonreí nervioso.

Lo...siento, yo ¿es que se me había olvidado cómo hablar castellano? —. Me distraje, pe-perdón.

¡Ale!

Lo siento dije esta vez más seguro de mí, ayudo concentrarme solo en la chica morena—. Quería indicaciones pero luego las he visto y... okey esto no funciona—. Me distraje.

Descuida la expresión de Alison se suavizó—. Ale es así de intensa siempre, es como un pequeño pitbull.

Me reí y la mire y si parecía tener ganas de morderme.

En fin, lo siento pero ¿pueden ayudarme con mi orientación?

¿Sexual?

¡Ale! Alison resoplo y puso los ojos en blanco—. Tienes clase conmigo dijo cuando le mostré mi horario—. Te ayudare ¿ella? Solo ignórala, no ha comido aún.

Muy bien, temerle a la pequeña antes de la comida, anotado. hice un gesto de lápiz y papel con mis manos, Alison rió, arrugo su nariz y volvió a estar inexpresiva.

Era difícil de leer, a diferencia de su amiga, fui con ellas a clase y nada me habría preparado para los siguientes meses junto a ellas no planeé esa conversación, tampoco enamorarme de Ale o descubrir el secreto de Lia tiempo después. No planee que no volviéramos inseparables.

Pero no importaba porque las mejores cosas son las que sucedían sin planearse, nuestra amistad tal vez no era la más estable pero me había prometido silenciosamente estar siempre ahí para ellas. No planeé hacerlo pero inevitablemente no podía dejar de amarlas.

Mantenía a Ale cerca y servirle como apoyo me llenaba, tal vez había desistido con ella el día de la fiesta, pero esto lo cambio todo. Nosotros no importábamos, no importaban nuestras absurdas peleas porque sin ella no éramos nada, nuestra amistad no era nada, Lia era nuestro pegamento el pilar que nos mantenía en pie.

Jen había desertado de sus labores medica por el día, creo que nunca había pasado tanto tiempo sin trabajar, con un café en su manos (cortesía de nuestro mozo personal, Daniel) conversaba con nosotros con bastante fluidez a pesar del inmenso cansancio que denotaba su rostro.

—... Han dicho que para esta tarde ya no necesitara el respirador, depende de la fuerza de ella seguir estabilizándose, no saben cómo fue capaz de permanecer tanto tiempo sin consumir nada —se detuvo mirando prácticamente a la nada—. Su cuerpo debió estar gritando de dolor, se estaba matando de hambre.

Un escalofrío me recorrió, la habíamos dejado sola, tantas cosas estaban pasando y cuando los problemas nos golpearon habíamos huido y nos habíamos aislado.

—Tal vez puedan verla —continuó Jen, Ale se iluminó de inmediato—. Es posible que no despierte pronto, pero podré hacer algo para que entren unos minutos, Tyler seguro... —ella miró alrededor y se irguió de forma brusca—. ¿Dónde está Tyler?

Todos no volvimos al sitio donde el chico se había agazapado en el suelo, solo para confirmar que ya no estaba ahí.

—Solo espero que no haya intentado ninguna locura. —la voz de Ale era ronca de haber estado durmiendo, durmiendo en mi regazo.

Me levanté para ir a buscar a Tyler, él no me agradaba, pero había estado sufriendo tanto o más que nosotros con lo sucedido. A medio camino me detuve al verlos caminar en nuestra dirección con paso lento, la cabeza gacha y las manos en los bolsillos.

Jen paso por mi lado y fue a su encuentro, el chico prácticamente se echó a sus brazos y cuando sus hombros se sacudía no podía creerlo. Tyler Stevens lloraba por mi mejor amiga.

Repetía que era su culpa y aunque algo de eso fuera cierto no podía culparle, el ya lo hacia lo suficiente. No se podía negar que Alison le importaba. Parado ahí abría y cerraba mis manos sin saber que hacer o que decir, Tyler viniéndose abajo era algo duro de ver, esto era demasiado y sentía que estaba por ser el siguiente.

Sentir su pequeño cuerpo apretarse al mío envolviéndome por detrás fue como un soplo de fuerza, me giré y la estreché en mis brazos. Solo entonces la ansiedad se desvaneció.

 Solo entonces la ansiedad se desvaneció

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Lo siento, no habia internet :c


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