Miedo

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Imagina que estás es un precipicio a punto de saltar y no recuerdas exactamente cómo llegaste hasta ahí, recuerdas el lugar, si , claro que si, has estado ahí demasiadas veces, la última hace años, el día que por primera vez dijiste "basta", después de un intento de relación que te robó 3 años de tu vida, y más lagrimas que sonrisas. Hoy vuelves al mismo acantilado, el mar bajo tus pies, olas furiosas, grises, como el cielo, como tú. Todo vuelve a ser gris y te preguntas cuando sucedió todo aquello, intentas recordar pero no lo entiendes, hace nada estabas dormida, en tu cama, caliente y bajo las sábanas, protegida de los monstruos, de los que viven bajo la cama, los que llegan por la noche y sobretodo aquellos que tenías silenciados dentro de ti. Comienza a llover y sigues ahí, cada gota chocando contra tu piel desnuda se clava como un puñal, como un recuerdo.

 Recuerdas el día que aquel capítulo te pareció tan alucinante que necesitabas decirle a la persona detrás de aquellas palabras lo bien que lo hacía, y lo haces, un mensaje simple sin ninguna intención, sin ningún propósito, sin un fin, maldito mensaje, maldito día. Y es ahí cuándo empieza esa pequeña historia, un mensaje tras otro, un llévame a tu cama, un me gustas, un tú también me gustas , una videollamada, más mensajes, muchos audios, fotos, y cada uno de ellos atraviesa el muro que te rodeaba, esquivando cada grieta con una facilidad que te asombra, entonces llega el primer te quiero, y sientes por primera vez miedo, ¿qué está pasando? no lo sabes, pero sigues adelante, te olvidas del miedo, lo escondes, y sigues adelante, y entonces llega una fecha, ¡la vas a ver!. Una cuenta atrás, cada 00:00 es un día menos para tenerla entre tus brazos, y tienes miedo, una vez más, pero lo escondes, con el resto, para que no moleste, y llega el día, tomas el avión y vas a verla, y el miedo te ataca una vez más,  pero ya sabemos que hacer con él, al armario. Llegas y la ves, y aunque te parezca imposible es aún más guapa de lo que te hubieras imaginado, sabías que la calidad de una cámara no podía hacerle competencia y ahí tienes la prueba, es preciosa. Durante 3 días te permites vivir aquella fantasía y vaya que la vives, y si no que se lo digan a las marcas que adornan tu piel al volver, pero también te traes un regalo, más miedo, el cual sin necesidad de indicaciones ya sabe a dónde tiene que ir, al rincón, tras las puertas, escondido. Los días pasan y todo cambia, todo se desmorona ante tus ojos y te sientes perdida, pero callas, como siempre, dejas y esperas que llegue una explicación, un por qué, maldito el día en el que lo deseaste porque tarde, pero necesario, llega. Duele, te lo esperabas, pero duele como hacía tiempo que no dolía, maldices el día que decidiste mandar aquel primer mensaje, maldices el día que comenzaste aquella historia, y la odias, y te odias, y sientes tantas cosas que te bloqueas. La puerta se rompe y sale todo el miedo, y lo que debiste sentir por momentos, lo sientes de golpe y es peor que cualquier película de terror que puedas recordar, porque esto no es el cine, esto no se termina con unos créditos finales, esto sigue, al cerrar los ojos, al escuchar una canción, al...existir. 

Las gotas caen sobre tu piel desnuda, pero te dices nuevamente que ya basta, que aunque te arrepientas de haberla conocido, no hay vuelta atrás, sucedió y sobreviviste, como siempre. Temblando recoges tu ropa y te vuelves a vestir, capa a capa, y te pones una más, no te vayas a enfermar, observas las olas romper una última vez y vuelves a casa, aquí ya no pintas nada, tu cama espera. 

Lo sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora