Cicatriz: "Señal o marca que queda en la piel después de cerrarse una herida"
Mi piel está llena de cicatrices, marcas blancas sobre lo que debería ser moreno. Algunas cuentan historias llenas de risas, accidentes de una niña patosa; otras anécdotas de aquella vez que bebí de más pero que fue una gran noche, un caída no fue capaz de arruinarla, incluso están aquellas que no sé cuánto llevan en mi piel pero ahí están, como un enigma sin resolver, aquella como el rayo de Harry Potter en el dedo anular de mi mano izquierda que me hace soñar con una carta de Hogwarts que se perdió en el camino. Hacía tiempo que al hablar sobre mi piel las historias estaban narradas en pasado, pero ahora hay nuevas, recientes y sin curar, unas más profundas que otras, a veces me rasco más fuerte, otras durante más tiempo, a solas y acompañada, pero con el mismo factor común, el picor.
En realidad no sé como explicar aquello de forma racional, no existe un porqué a las preguntas que me hacen y que me hago, sólo veo las consecuencias de mis actos y no son bonitas, tampoco indoloras. Sabes que algo va mal cuando al ducharte te pican demasiadas partes del cuerpo. Sabes que algo va mal cuando tu madre llora cada vez que te pierde de vista y teme el cuando y como te volverá a ver. Sabes que algo va mal cuando demasiados ojos están puestos en ti y lo único que piensas es en huír, de ellos y de ti. Sabes que algo no está bien cuando tu parte racional odia a la irracional, pero un odio tan profundo que se expande por tu cuerpo hasta el punto de que te odias a ti misma.
Odias ser débil, odias no poder controlarte, odias que la gente ante tu historia no sepa que decir, como reaccionar o que hacer. Odias tu propia paranoia en la que sientes que te critican, odias pensar y pensar y no ser capaz de pausar el mundo, de hacer silencio. Y es entonces cuando haces lo que mejor se te da, fingir, a veces no lo haces bien y no ganas un Óscar, pero en cambio en otras situaciones te mereces dos.
Y es entonces, en esos momentos de debilidad, cuando cierras los ojos esperando descansar cuando tus monstruos los abren, en la oscuridad o a plena luz, entre la multitud o a solas, cuando menos te lo esperas de pronto todo estalla, y a veces no eres capaz de encontrar el foco de ello, pero explota y todo pica, y todo duele. ¿Cómo lo explicas?
Tantas preguntas y ninguna respuesta te consumen cada día, te marchitan. Y ahí en medio de la oscuridad vez una luz, la misma luz de la que llevas huyendo años, la luz de la que tantos hablan, el final del túnel, el final de todo. Y brilla tanto, y es tan tentadora que te cuesta alejarte de ella y vives con un pie dentro y otro fuera, con la idea siempre en mente pero la parte racional siempre te para en el último momento, como alguien que te sujeta del brazo para no caer, pero ¿que pasará el día que la parte racional y la irracional lleguen a un pacto?
¿Juntas encontrarán la forma de mantenerte en pie, o saltarán?
Sinceramente no lo sé, y eso me asusta.
Mucho.
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Lo siento
RandomHistorias sin un principio y sin un final Historias que nacen y mueren en un pestañeo Historias que narran una mente oscura y perdida, la mí. Bienvenidxs.