Cicatrices (parte 2)

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Cicatriz: "Impresión profunda y duradera que deja en alguien un hecho doloroso."

Cicatrices que no se ven pero que se sienten, cicatrices incapaces de ocultarse bajo la manga de una camiseta, cicatrices que rompen sueños y esperanzas, cicatrices que duelen, cada día, cada noche, cada segundo... cicatrices que curan, cicatrices que no. 

Algunas te ayudan a crecer, otras a estancarte en un recuerdo, en un momento, en alguien que fuiste y que creías haber olvidado. Pero ese alguien está ahí, en el fondo de tu cabeza petando desde dentro de un armario que creías olvidado, esperando romper sus ataduras y destrozarlo todo a su paso, a ti incluida.  

Existen cicatrices que las causan monstruos, y monstruos que disfrazas de cicatriz, que piensas que han curado, que ya no sangran, pero lo hacen y lo sabes. 

Con el tiempo, si tienes suerte, aprendes a vivir con ellas, te acostumbras al dolor, incluso he oído de personas que son capaces de curarlas, de sanarlas a tal punto que en lugar de ser aquella marca que tanto ocupa en ti, en ellos se convierte en una línea delgada que les recuerda a lo que han sobrevivido. 

A veces me gustaría pertenecer al segundo grupo, pero entonces recuerdo que para ellos tienen que sumergirse en lo más profundo de sus aguas oscuras y plantarles cara a cada uno de sus monstruos, y sé que eso no es fácil, que coño, eso debe ser un infierno, pero aún así, salen a flote y continúan nadando. Pero es entonces cuando recuerdo que yo no soy así, yo soy de esas personas que ante la inmensidad del océano meten el dedo pequeño del pie y si el agua está fría, no entran. 

A veces me gustaría ser valiente, pero no lo soy

A veces me encantaría poder coger mis miedos y ver como arden, pero entonces recuerdo que estos no me caben en las manos...y que tampoco tengo una cerilla.

A veces pienso en que si quiero podría terminar con todo y simplemente desaparecer, otra veces...también.

E incluso eso, la que considero como la opción fácil no lo es. Hay tanto que quiero hacer, tanto que vivir, tantas experiencias;  cosas que comer, sonrisas que dar, llorar de la risa, reír para no llorar, abrazos que recibir y que regalar, mimos, follar, tentar, comer, soñar. Hay tantas cosas que no he hecho y que me asusta no hacer, o aquellas que si y me encantaría repetir, pero aún así, sin pudiera hoy saltar, lo haría. 

Y no lo entiendo, no me entiendo. 

¿Y tú? 

Lo sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora