¿Sabes esa sensación constante de "no es el momento"? El querer hacer algo con tantas ganas, algo tan simple como poder decir las frases que se te pasan por la cabeza, ya sea las broma o a las que no lo son tanto, sin que nadie te juzgue ni salten las alarmas de aquellos que te observan. Tener que controlar en la medida de lo posible tus emociones delante de un público exigente que necesita ver la parte de ti que lleva tiempo muerta, pero que con esmero y conciencia resucitas sólo delante de su presencia porque es lo que esperan ver, lo que quieren y necesitan. Porque la gente miente y lo sabes, da igual lo que digan, ellos no quieren ver en lo que te has convertido, en el monstruo que llevas siempre pegado susurrándote cosas al oído. Ellos no quieren saberlo y tampoco necesitas que lo hagan, porque la ilusión siempre es la bonita y fácil opción. Las risas forzadas y tardías, las caricias que no necesitas pero que tampoco evitas, el no querer salir de cama, pero hacerlo una y otra vez, aguantar la presión que tu misma creas sobre ti. Lo bueno de pensar tanto es que siempre tienes en cuenta todas las variables, sabes que es lo que tienes que decir y como debes reaccionar ante ciertas situaciones sólo para que las aguas se mantengan en calma, para que la tormenta no estalle, pero lo hace y de formas que no eres capaz de ocultar. Cicatrices, tics, pequeñas explosiones, se te escapan entre los dedos como lágrimas silenciosas.
Tengo la convicción de que cada persona es un mundo a punto de explotar, y es entonces cuando se generan dos opciones. En la primera la persona se centra tanto en su mierda que se hunde en ella y se cree el centro del universo, no, se convierte en su propio centro, y de ahí es difícil salir, sientes que el resto del mundo no tiene las mismas mierdas, que sus mundos son perfectos y el tuyo es una mierda, por otro lado están los segundos,aquellos que con tal de no ver su propio fondo se enfocan en los de los demás, aquellos que observan hasta el mínimo detalle y se aferran a la información exterior sólo para no hundirse en su propio universo, porque les aterra el no saber que podrían llegar a encontrar.
En ambos casos está lo que yo denomino como "gritos silenciosos", ambos piden ayuda a gritos pero nadie les oye, ambos disfrazan sus mundos con máscaras de lo que les gustaría ser o en el peor de los casos, lo que creen que son basándose en las mentiras que se repiten una y otra vez. Los que viven en su mundo callan para no llamar la atención sobre todo aquello que les aterra, los que viven en el mundo exterior observan para callarse a si mismos. Gritos silenciados. Tanto que decir y no saber como. Un caos si orden.
¿Quién es peor?¿Quién eres tú?
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Lo siento
RandomHistorias sin un principio y sin un final Historias que nacen y mueren en un pestañeo Historias que narran una mente oscura y perdida, la mí. Bienvenidxs.