¿Qué pasa cuando descubres que en realidad tú no vives sola ni en tu propia cabeza?¿Qué pasa cuando llega alguien que empieza a poner nombre a aquello con lo que simplemente vivías?
¿Qué pasa cuando te dicen que por primera vez te toca hablar, hablar bien, hablar de todo aquello que tienes tan escondido en ti que a veces ni eres capaz de llegar a ello por tus propios medios? ¿Qué pasa cuando el silencio se convierte en gritos, en golpes, lágrimas, arañazos, patadas, ira, rencor, vergüenza? ¿Qué pasa cuando te abren los ojos y te obligan a ver todo aquello intentaste ignorar una y otra vez?
¿Sabes que pasa? Pues que lo pierdes todo, pierdes el concepto que tenías sobre ti misma, pierdes la capacidad de decidir, la capacidad de estar sola con tu silencio, te pierdes de tal forma que son aquellos que te rodean los que se encargan de devolverte a la realidad, una, dos y las veces que hagan falta, te pierde a ti, pero les ganas a ellos.
Tu mundo se derrumba frente a tus ojos, tu cabeza explota, siempre en el mismo punto, una de tus yo's no quiere que rompas el silencio, esa yo que es la que más ocupa. Esa Yo tan diferente a ti que la tratas de Ella. Ella, un monstruo que vive dentro de ti listo para salir a defenderos, a escuchar alarmas que no suenan, a anticiparse al mal atacando primero. Ella que te odia tanto como tu la odias a ella, ella te ve frágil, un ser vulnerable incapaz de protegerse, y tu la ves como lo que nunca has querido ser, alguien que resuelve los problemas con ruido, que no es capaz de contenerse y eso sabes que es culpa tuya, tantos años encerrada le han hecho efecto, la han convertido en quien es. Y es por eso que la temes, temes todo aquello que pueda hacer si no la controlas, temes que salga y destroce todo aquellos que has creado, temes que alguien más la vea y también le tenga miedo, temes que la conozcan porque tu lo haces, y sabes de lo que es capaz de hacer o decir, y hay cosas que nunca pueden salir a la luz, existen cosas que solo puedes hablar con ella y pedirle por favor que se controle, que salga, pero en pequeños plazos, que no destruya tu mundo más de lo que tu misma has hecho. La miras a los ojos, esos ojos negro como las cenizas a punto de explotar, la ves frente a ti, con los puños apretados y una mirada tan roja que incluso te quema, notas la pequeña capa que os separa y sabes que eso no la detendrá, nada lo hará. Ella tiene que salir y lo sabes, pero el no poder controlarla ni lo que hace te hace sentir vulnerable.
Decían que escribir sería bueno, decían que sentarse a pensarlo, si eso es cierto,¿por qué el punto en la cabeza se hace más fuerte? ¿Por qué noto el largo de mis uñas pidiendo por sangre?¿Por qué necesito apretar mi cabeza para intentar pararla? ¿Pero como hago para detenerla?
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Lo siento
RandomHistorias sin un principio y sin un final Historias que nacen y mueren en un pestañeo Historias que narran una mente oscura y perdida, la mí. Bienvenidxs.