Cansada

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Aquella mañana, como cualquier otra, él se levanta antes que tú, en silencio y con la esperanza de que no te des cuenta, esperando no interrumpir tu sueño, pobre ingenuo, ¿que pasaría si supiera que antes de sonar la alarma tú ya estás despierta?o ¿que simplemente no tienes que despertar,  que nunca llegas a dormir? ¿cambiaría algo? Probablemente no. 

Tumbada boca arriba escuchas el sonido de la ducha, sus tarareos, sus malditos tarareos, ¿es que acaso no sabe que  canta mal? ¡Muy mal! Tu día no pinta nada bien, acaba de empezar  y ya te sientes cansada, cansada de que cada mañana sea igual, lo mismo una y otra vez. Sus tarareos cesan, 5...suspiras, 4...le das la espalda a la puerta, 3...abrazas la manta, 2...la puerta se abre, 1...cierras los ojos, 0.  Cinco minutos más.

"Cariño, me voy, levanta que hay que llevar al niño al cole"_sus manos te mueven con dulzura, una dulzura que quema sobre tu piel expuesta_"Nos vemos a la noche"_ sientes su cuerpo caliente acercarse al tuyo, sus labios te rozan, y como quien esquiva una bala te giras soltando una especie de gruñido, el se ríe, tú no. 

Suave, su pelo es suave y aquella mañana brilla más de lo normal. Enredas tu dedo entre sus rizos una y otra vez, pequeños y flexibles rizos castaños. Tu concentrada jugando con su pelo, el concentrado en los dibujos de la mañana. Miras el reloj, deberías haber salido hace 20 minutos, pero aquel día decidiste quedarte en casa,hoy es un día especial.

"Mamá, ¿hoy no tengo cole?"

"No, cómete los cereales"

Las gotas del agua se deslizan entre tus dedos, juegas con ellas redirigiendo el chorro en dirección al cuenco sucio en el fondo del fregadero, de fondo escuchas las mismas frases "coche bomba mata a 74 personas..." "décima víctima mortal de la violencia machista en lo que va de año..." "político corrupto roba 12 millones..." Parece que las noticias siempre son las mismas, mueren los de siempre, los ricos son más ricos, y quién miente mejor, gana. 

Frente al espejo no te reconoces, ¿quién es aquella que te devuelve la mirada? De algo estás segura, esa no eres tú. Su piel es más blanca, casi traslucida, su pelo más largo de lo que a ti te gusta y bajo de  lo que debieron ser unos ojos azules dos bolsas oscuras cuelgan de forma permanente. Aquel amasijo de huesos, claramente, no eres tú. Detrás, al fondo, sentado en cama le ves  mirar lo mismo que tú, a una desconocida  tras el cristal y le sonríe. 

"¿Qué quieres comer hoy?"

"¿Hoy es un día especial, verdad mami?"

"Lo es, puedes elegir lo que más te apetezca"

"Quiero pizza con salchichitas, mami" 

Ella, no responde, odia las salchichas pero no lo dice. Mientras su hijo habla ella empuja el carrito por aquel supermercado, comprando lo necesario para aquella comida especial: harina, sal, aceite, tomate, queso, salchichas, ¡listo! Al salir, le ve, sentado en la misma esquina de siempre, su cesta vacía, la gente pasa por su lado sin verle, sin pararse a escucharle cantar, sin apreciar aquella voz rasgada que canta al ritmo de la guitarra que siempre le acompaña. Hoy canta su canción favorita. Por primera vez se para frente a él y sin soltar la mano de el pequeño deja sobre aquella cesta todo el contenido de su cartera, cada euro, cada céntimo, sin contarlos, no le importa y continúa su camino. 

El horno calienta la cocina, el agua de la bañera, sus cuerpos, con suavidad aparta los rizos que caen sobre la frente del pequeño y le roba el juguete de las manos haciéndole reír, aquella risa infantil que la enamoró desde antes de poder llegar a escucharla, la misma que se empezó a imaginar desde que ese test dio positivo. Su mente viaja a todos aquellos momentos vividos con él, con el hombrecito de su vida, recuerda sus primeros pasos, sus primeras palabras, la primera vez que le sintió en su vientre, aquella vez que supo que era real, que estaba creando una vida , el mismo día que juró hacer hasta lo imposible por él y fue entonces cuando, toda posible duda sobre tu futuro se disolvió, como el jabón que corría por su cuerpo. 

Pizza caliente, un albornoz suave, y su película favorita, ¿existía un mejor plan para un martes por la tarde? No, no lo había, al menos no para ella. Ella era feliz, su hijo, con aquella mancha de tomate en la nariz, también.  Al fin, después de tanto tiempo, acariciaba la felicidad, por primera vez en meses disfrutaba como una niña, ¿sería aquello gracias a que al fin encontró su luz al final del túnel?¿es ese el poder de la confianza de saber que al fin todo irá bien? Lo tenía todo tan claro... Atrajo aquel cuerpecillo cubierto por un albornoz de cocodrilo y limpió su mancha de tomate con un beso, abrazándolo con fuerza. 

El atardecer les sorprende junto a la ventana, el niño descansa en los brazos de su madre mientras esta contempla la ciudad bajo sus pies, las calles llenas de peatones que aprovechaban las pocas horas de sol que el invierno regalaba y no puede evitar pensar en las historias de quienes caminan con prisa,  de los que se toman su tiempo, los que caminan solos o acompañados, los que andan y a los que van sobre ruedas. Miles de preguntas  y sin tiempo para ellas, mira la hora, llegó el momento.

"Cariño, despierta, es hora de tomarnos la medicación"

"¿Mamá? No estoy enfermo mami" el niño pasa la mano sobre su rostro confundido, el se siente bien

"Es un medicina diferente mi amor, hazle caso a mami, ¿si?"

Duda, confundido, pero asiente, su mamá siempre sabe qué es lo mejor para él.  De camino a la habitación ella le hace reír, otra vez, la última vez. Aún con los restos de la risa resonando entre sus labios el pequeño se toma la pastilla, como mamá le enseñó, rápido y con agua para que baje mejor. Los primeros síntomas comienzan sobre es misma cama. 

"Mami, me duele la cabeza" Un beso.

"Mami, no veo muy bien" Dos besos

"Mami, tengo sueño" Tres besos. 

"Ma...mi" Silencio.

Lágrimas caen sobre el infantil rostro , unos labios las borran con besos, dedos temblorosos limpian los rastros húmedos. Con sus mejores galas un niño descansa sobre la cama, a su lado un mujer juega con una pastilla igual que la suya, con el mismo destino escrito. 





Lo sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora