Capitulo 7: El Encuentro

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Era un día totalmente fantástico para mí, habíamos bajado de nuestra gran montaña para visitar de forma oficial y presentarnos ante los pie pequeños.
Al principio estaba nervioso junto a los demás yetis, pues ayer algunos pie pequeños se habían puesto un poco agresivos, de hecho nos estaban persiguiendo, hasta que mí pie pequeño salvo mi vida y la de mis amigos.

Después de una reunión junto a los Yetis, habíamos acordado mostrarnos al mundo y evitar toda clase de secretos. En el momento en que habíamos bajado, algunos pie pequeños estaban en una especie de estado de alerta ante nuestra presencia, y en ese momento salieron muchos de esos pequeñines a defendernos y demostrar que no eramos un peligro para ellos.

Ese día fue en donde aprendimos que no todos los pie pequeños eran tan malos, y que de hecho eran iguales que nosotros, ambos bandos se tenían miedo el uno al otro, y solo unos pocos eran lo suficientemente curiosos para descubrir nuestras inofensivas intenciones.

Tuvimos que ayudar a reconstruir su Aldea, ya que cuando fuimos a rescatar a Meechee dejamos hechas trizas sus construcciones, algunas de ellas. Mi pie pequeño nos ayudó, y de hecho fue fácil reconstruirlas, porque los escombros los levantamos con mucha rapidez.

Algo que me llamó la atención en ese momento es que mi pie pequeño había parecido recordar algo importante, su cara lo demostraba. Trataba de hacerme señas apuntándome  hacia mi gran montaña, incluso utilizo ese rectángulo extraño para proyectar una imagen de un grupo de pie pequeños cubiertos de pieles de colores por todos lados y unas grandes jorobas en sus espaldas. Yo no le había entendido nada, sin embargo hice como que había captado la situación.

Los demás yetis después de ayudar se pusieron a jugar con los pie pequeños, yo descendía en la nieve junto a algunos de ellos que tenían  tablas en sus pies, Meechee se divertía de nuevo en ese juego tan adictivo que me enseñó la otra vez, incluso el guardián de las rocas estaba matando el tiempo, lo que hacía era tallar a un pie pequeño en una roca como una pintura o escultura.

A mi padre nunca lo había visto tan feliz en su vida, jugaba con un balón diminuto junto a aquellas criaturas, ojalá mi madre lo viera, pues es uno de los momentos en donde revivió su infancia de nuevo, se veía muy feliz.

Kolka parecía una profesora, pues por medio de señas les estaba enseñando a los pie pequeños bebés datos sobre nuestra fisiología y otras cosas más, tuvo que dibujarles y hacer figuras para que se hicieran una idea de lo que estaba hablando. Aún no entiendo porque los pie pequeños no tienen un lenguaje como nosotros, a lo mejor ellos se entienden entre sí, pero reconozco que  me gustan sus voces chillonas.

La pequeña Soozie estaba encima de una   muy  extraña máquina que les servía para agarrar mayor velocidad en la nieve, ella estaba   junto a la compañera de mí pie pequeño.

Y muchas cosas muy divertidas hicimos hoy, y si siguiera contando nunca terminaría, incluso nos habíamos sacado una foto todos juntos. Ahora fui a ver a Meechee para preguntarle como había sido su día, pues como saben algunos, ahora era mi novia.

-Hola Meechee, ¿que tal tu día? - le pregunte interesado

-Mi día ha sido muy fantástico, nunca me había divertido tanto en mi vida-dijo Meechee

-Yo también, ¿quieres que nos sentemos juntos? - pregunté

-Claro ¿por qué no?, siéntate aquí a mi lado, quiero que veas el espectáculo que va a comenzar-dijo Meechee

-¿Cuál espectáculo? - pregunté de forma curiosa

-Espera y verás-dijo Meechee

EL YETI (Pie Pequeño Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora