VIII

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Volví, feliz año


Krystal se miró durante mucho tiempo en el espejo. Sus mejillas se veían algo rellenas y con un tono rosado natural que la hacía ver más aniñada. Ella llevaba un vestido rosa pálido y unas zapatillas planas y comodas. Últimamente no se aguantaba usar ninguna prenda remotamente apretada, tacones o cualquier cosa que representara el mínimo de incomodidad para su cuerpo.

Estaba rara, pero no tenía la menor idea de por qué. Yixing también, aunque de él era de esperarse con la sobreexplotación que se daba a sí mismo en el trabajo. La mujer suspiró restandole importancia y salió del balo de mujeres del edificio de la editorial en que trabajaba. Hoy su turno acababa temprano y solo había ido para retocarse un poco el brillo labial y arreglar su pelo antes de salir.

***

Krystal quería hacer un picnic con Yixing ese día, así que habían organizado su tiempo para ir a un parque lleno de zona verde y juegos infantiles por todos lados. A decir verdad, era uno de los favoritos de la chica, debido a su encanto con ver a los niños pequeños corretear y reír a su alrededor.

La joven se sentó en una banca junto a un enorme tobogan amarillo. La fila de niños para subir a ese tobogán era larguísima, a todos les entusiasmaba demasiado ese tobogán en especial. Krystal los veía con profundo interés, encantada con lo mucho que se divertían a pesar del clima, de la gram cantidad de niños jugando y de la simpleza de la atracción.

ー ¿Por qué sonríe?

Krystal saltó desprevenida, para encontrarse con una pequeña niña con el cabello hasta las orejas y un enorme y regordete golden retriever a su lado, sin cadena. La mujer respiró profundo y sonrió luego de calmarse del susto.

ーPorque me parece que se divierten mucho en el tobogán y eso me hace felizー  respondió la mayor, señalando la atracción amarilla.

ーaaahー la niña, seria llevo su mirada al juego, mientras se sentaba junto a Krystalー a mí no me gusta jugar en ese tobogán.

Krystal se rió y miró a la niña, quien le devolvió la mirada.

ー¿De verdad?¿por qué no te gusta?ー respondió la mujer. La niña acarició a su perro y frunció el ceño.

ーsiempre uso falda, así que se me pegan las piernas cuando me estoy deslizando... y si llevo pantalón, salgo electrificada y duele tocar cualquier cosa... es horrible.

Krystal se echó a reír. Ella recordaba esos terribles dilemas infantiles. La niña suspiró y sonrió.

ーOyeー dijo dudosa la pequeña. Krystal la miró para que le respondieraー¿puedo tocar tu panza?

La mujer palideció en ese momento y muchos cables y casualidades se conectaron en su cabeza en ese momento.

ーCla... claro...ー su voz salió aguda y entrecortada. La niña le sonrió con una dulzura inimaginable y acercó su pequeña manita a su plano estómago. La pequeña acarició el lugar durante unos segundos 6 luego alejó su mano.

ーMi mami debe estar buscándonosーdijo, refiriéndose al perro y a ella misma. Con un vago movimiento de mano, se despidió de Krystal y se fue.

La mujer ni se dio cuenta. Ella observaba su estómago con horror, con mucho pánico y profundo miedo. Krystal llevó su mano al estómago, y acarició su estómago con las llemas de sus dedos.

ーNo puede serー balbuceó.

ー¿Qué cosa no puede ser?ー preguntó un interesado Yixing a su espalda.

El protagonista... El Chico de Otro Cuento [Sulay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora