Solo ella...

Tengo miedo

Volví a casa, me sentía realmente confundida. No entendía como alguien podía producir todas sensaciones en mí con sólo verme. Su sonrisa, sus ojos, su mirada y sus besos eran perfectos; no necesitaba nada más que estar a su lado. Caray, jamás creí enamorarme de una chica. A todo esto no había pensado que pasaría ahora. Cómo se lo diría a mis padres, amigos y como lo tomarían. Eso me asustaba bastante.

Al día siguiente, terminando mis clases fui a comprar un agua y vi a Poche. "Hola bonita ¿cómo estás?" Me saludó con esa hermosa sonrisa que me volvía loca y un abrazo. "Hola ¿Bien y tú?" contesté con una sonrisa también. Nos sentamos en una mesita y charlamos un rato. En realidad me sentía un poco rara, no sabía cómo debía actuar ahora. "Calle... Calle ¿me estas escuchando?" me tomó el rostro y sus hermosos ojos se fijaron en los míos "¿Qué tienes?". "Eh nada, sólo ando un poco dispersa" respondí liberándome de sus manos y evadiendo su mirada. "Hey mírame" Volvió a tomarme el rostro y a fijar sus ojos en los míos; con una mirada tan profunda que sentí que podía ver mi alma "A mí no puedes mentirme, sé que algo que te pasa". Me dedicó una mirada tierna y no podía evitar contarle...

La miré y tomándola de las manos le dije: "Tengo miedo Poche. ¿Cómo haré para decirle a mis padres que me gustan las mujeres y que salgo con una? ¿Cómo crees que lo tomarán? Será algo terrible. ¿Cómo le diré a mis amigos? A lo mejor no lo entiendes porque es algo normal en ti y lo has aceptado. Esto cambiará mi vida completamente." La voz se me comenzaba a cortar y los ojos se me cristalizaban. Se acercó y me rodeo el cuello con sus brazos, me abrazó cariñosamente y se me escaparon unas cuantas lágrimas, entonces me dijo al oído. "No te presiones, las cosas se irán acomodando y estaré junto a ti en cada paso del camino. No dejes que te importe lo que piensan de ti bonita. Yo ya pasé por esto y es un camino difícil, pero estoy contigo y no te dejaré sola" me abrazó un poco más fuerte y acariciaba mi cabello para tranquilizarme.

Las lágrimas brotaban de mis ojos, por primera vez en toda mi vida me sentía protegida.