Solo ella...

Mama,papa...tengo novia

Ahora vendría la parte más difícil... tendría que decirle a mis padres. Ya una vez formalizada la relación no tenía otra opción que hablar con ellos y me moría de miedo. Poche me regreso a casa porque aun no puedo manejar y estuvimos platicando en el camino. "Amor, todo estará bien. Son tus padres y aunque les costará aceptarlo, no te dejarán de querer" Poche intentaba tranquilizarme de cualquier forma. Llegamos y me ayudó a bajar. "Gracias por todo lo de hoy, en serio te luciste. Me he dado cuenta lo mucho que me quieres y que jamás dejarás de sorprenderme. Pase lo que pase, tu y yo estamos juntas en esto ¿si? No te dejaré por nada del mundo Calle. Verás que todo estará bien. Te quiero amor, hoy y siempre." Me abrazó y sentí que estaba segura, todo el miedo que estaba sintiendo por un segundo desapareció. Nos despedimos y tome mis muletas dirigiéndome muy segura hacia la puerta de mi casa.

Llegue justo a la hora de la cena. "Daniela que bueno que llegas, ¿cenarás con nosotros?" me preguntó mi mamá cuando abrí la puerta. "Ehhhh si ma, ya voy". Subí a dejar mis cosas, entré al baño y me lavé la cara con agua fría. Me observaba en el espejo intentando convencerme de que por fin se los diría y todo saldría bien.

Bajé las escaleras y entré a la cocina. Entonces empezaron a preguntar como había sido mi día. "Bien... estuvo bien. Pues estuve con Poché" Mi corazón latía descontroladamente y sentía temblores en las manos. "Que bien hija ¿Cómo les fue?" preguntó mi papá. Respiré profundo "Poche... es.... Es... mi... no... novia" Y una lágrima corrió por mi mejilla. El silencio sepulcral me pareció eterno, lo rompió el golpe en el piso del vaso que sostenía mi mamá.

Lo tomaron muy mal, mi mamá empezó a llorar y mi papá a gritar enfurecido. Yo sólo lloraba sin decir una palabra. Pasaba el tiempo y me sentía más miserable. Fueron muchas horas de sermón, regaños e insultos. Me sentía humillada, exhibida y triste. Cerca de las 3:00am, se cansaron de reclamarme y se fueron a su cuarto. Entré al mío y lloré desconsoladamente.