Capítulo 5: ¿Luego hablamos?

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Al día siguiente, Sofía había quedado con Daniel, estaba muy nerviosa ya que hacía mucho tiempo que no le veía y encima le estaba empezando a gustar.

Estaba muy impaciente, no sabía lo que iba a pasar, quería que pasará algo pero a la vez no, no quería que todo fuera tan rápido o quizás sí... En realidad no sabía muy bien lo que quería.

-¡Sofía!- Gritó la madre.

- ¡Dime mamá!

- ¡Alguien pregunta por ti!

¡Será Daniel! Que nervios...

Se miro en el espejo, término de peinarse y bajo corriendo, la madre preguntó quien era y ella le explico que era un compañero de clase. Salió de su casa y ahí estaba él, apoyado en la barandilla. Con una sonrisa. Sofía le veía guapísimo, iba un poco arreglado, una camisa azul, con unos vaqueros y unos mocasines marrones.

-Hola Daniel...

-Hola Sofía. -Lo dijo sonrojado. - ¿Vamos?

-¡Claro!

- ¿ A dónde te apetece ir?

-No se... Me da igual, si quieres vamos al parque.

-Me parece bien.-Sonrió.

Se fueron hacía al parque, los dos estaban bastante cortados, a penas hablaban, se miraban mucho y se reían. Al llegar al parque se encontraron con Daiana y José.

-Hola Sofía. - Dijo Daiana.- Por cierto, luego hemos quedado todos para cenar, ¿ te vendrás no?

-Claro, ¿ a qué hora?

- Luego te mando un mensaje. ¡Ah! Y hola Daniel, que de tiempo sin verte.

-Hola Daiana, la verdad es que sí...

-Mira, te presento a José, a lo mejor le conoces de vista, está en nuestro instituto.

-Mm a mi me suena de haberlo visto a veces por el patio. - Comentó José.

- Sí, a mi también, de todas formas, encantado, yo soy Daniel.

-Bueno chicos os dejo a solas, nosotros nos vamos con Gonzalo.- Dijo Daiana mirando a Sofía, remarcando " os dejo a solas".

-Vale, pues luego ya nos vemos, ya hace tiempo que no veo a esta gente.

-Pues sí... Normal si estás siempre de viaje, o tú o ellos o yo. ¡Adiós anda!

Todos se despidieron. Daiana tenía razón, aquel verano a penas se veían todo el grupo, ya que alguno siempre estaba de viaje y Sofía cuando estaba en la ciudad a penas salía.

Sofía y Daniel se sentaron en un banco, al principio les costó mucho empezar a hablar con fluidez, pero llegó un momento en el que no paraban de hablar, de contarse cosas, de reírse. Se les hizo la tarde muy corta y Sofía se tenía que ir.

-¡Que tarde es! Me tengo que ir ya...

- Es verdad, bueno te acompaño si quieres.

-Vale...

Sonó el móvil de Sofía.

-Hola Sofía soy Daiana, como veía que no te conectabas he decidido llamarte

-Dime

- Hemos quedado a las nueve en la pizzeria de Niccolò.

-Vale allí estaré.

Niccolò era un amigo del grupo, era italiano y su padre tenía una pizzeria. Era alto, rubio, con ojos oscuros, pero eran unos ojos que te envolvían, que con solo una mirada podía enamorar a cualquiera, parecía que tenía más de 14 años, era muy guapo y tenía a muchas chicas detrás suya, pero él, solo quería a una...

Sofía llamó a su madre para decirle que se iba a cenar fuera con sus amigos, a la madre no le hizo mucho gracia pero la dejó porque hacía mucho tiempo que no quedaban todos.

Daniel acompañó a Sofia a la pizzeria, antes de llegar, él la paro.

-Sofía me tengo que ir. - Le dio un beso en la mejilla.

-¿Luego hablamos?

- Claro, hasta luego. - Sonrió y se marcho.

Esto no me puede estar pasando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora