Ya había llegado el día en que Daiana se marchaba. Hicieron una fiesta de despedida, José también asistió, pero estaba apartado del grupo.
-Todos te vamos a echar mucho de menos ...- Dijo Sofía.
-Yo también a todos vosotros, os quiero muchísimo.- Al decir eso, empezó a llorar.
-No llores anda...-Dijo Niccolò abrazandola. - Piensa que solo son dos años -Le sonrió.
-Ya... Pero es mucho tiempo sin vosotros, espero venir mucho por aquí.
-Seguro que sí.- Dijo Gonzalo.
José se acercó a ella.
-Daiana, ¿podemos hablar?
-No tengo ganas de hablar.
-Por favor, será solo un momento.
Él insistió hasta que ella cedió. Se apartaron del grupo.
-¿ Qué quieres?- Le dijo Daiana muy borde.
- No quiero acabar así contigo, es verdad que he sido muy...
-¿Capullo?-Le interrumpió.
-Sí... Lo siento, en serio. Me gustas mucho y lo sabes.
-Ya claro. - Le interrumpió otra vez.
-Daiana... Sí, me gustas mucho, pero no puedo tenerte lejos de mí, sabiendo que estás con otros chicos y...Bueno
-O sea, que no confías en mí.
-En los chicos. Y a ver eso es pasarlo mal y veo mejor así, pero no te quiero perder.
-Bueno... Costará mucho volver a como estabamos antes.
-Lo sé...
Llegó la hora de que se marchará. se despidieron de ella, le regalaron una fotografía donde salían todos y atrás, dedicatorias.
"Te queremos mucho"
"Te vamos a echar de menos"
A la mañana siguiente, muy temprano, Daiana ya tenía todo hecho, las maletas en el coche y las cajas en el camión de mudanzas.
-Adiós.
Se fueron de la ciudad, Daiana no pudo contener las lágrimas y empezó a llorar, no paró hasta que se quedó dormida.
-Daiana cariño, ya estamos en nuestra nueva casa.
-Bueno... No esta nada mal.
-Entremos.
Era un duplex de dos plantas y tres habitaciones, una de ellas era para los invitados. Todas las habitaciones eran grandes, y eso a Daiana le gustaba. Cuando se instaló, llamo a Sofía.
-Hola Sofía.
-Hola Daia, estamos aquí todos.
-¡Hola chicos! Llevo solo unas horas sin veros y ya os echo de menos.
-Nosotros también a ti. -Dijeron todos
-Ya hablamos por mensajes, tengo que terminar de ordenar las cosas.
-Adiós Daia, ¡te queremos mucho!
Terminó de ordenar todo, le llevó todo el día, casi todo los muebles eran nuevos y se los montó el hombre, asique tardo menos. Ya era tarde, se tumbó en la cama, pensativa, y se durmió.
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Esto no me puede estar pasando.
Roman d'amourCon tan solo 14 años, Sofía empieza a experimentar sentimientos que nunca había sentido, cuando conoce a Daniel. A partir de entonces vivirá cosas que jamás pensó que le iban a pasar al igual que Daiana, su mejor amiga, pasa por un momento que le ha...