Capítulo 10: Adiós.

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Ya había llegado el día en que Daiana se marchaba. Hicieron una fiesta de despedida, José también asistió, pero estaba apartado del grupo. 

-Todos te vamos a echar mucho de menos ...- Dijo Sofía.

-Yo también a todos vosotros, os quiero muchísimo.- Al decir eso, empezó a llorar.

-No llores anda...-Dijo Niccolò abrazandola. - Piensa que solo son dos años -Le sonrió.

-Ya... Pero es mucho tiempo sin vosotros, espero venir mucho por aquí.

-Seguro que sí.- Dijo Gonzalo.

José se acercó a ella.

-Daiana, ¿podemos hablar?

-No tengo ganas de hablar.

-Por favor, será solo un momento.

Él insistió hasta que ella cedió. Se apartaron del grupo.

-¿ Qué quieres?- Le dijo Daiana muy borde.

- No quiero acabar así contigo, es verdad que he sido muy...

-¿Capullo?-Le interrumpió.

-Sí... Lo siento, en serio. Me gustas mucho y lo sabes.

-Ya claro. - Le interrumpió otra vez.

-Daiana... Sí, me gustas mucho, pero no puedo tenerte lejos de mí, sabiendo que estás con otros chicos y...Bueno

-O sea, que no confías en mí.

-En los chicos. Y a ver eso es pasarlo mal y veo mejor así, pero no te quiero perder.

-Bueno... Costará mucho volver a como estabamos antes.

-Lo sé...

Llegó la hora de que se marchará. se despidieron de ella, le regalaron una fotografía donde salían todos y atrás, dedicatorias

"Te queremos mucho" 

                 "Te vamos a echar de menos"

A la mañana siguiente, muy temprano, Daiana ya tenía todo hecho, las maletas en el coche y las cajas en el camión de mudanzas.

-Adiós.

Se fueron de la ciudad, Daiana no pudo contener las lágrimas y empezó a llorar, no paró hasta que se quedó dormida.

-Daiana cariño, ya estamos en nuestra nueva casa.

-Bueno... No esta nada mal.

-Entremos.

Era un duplex de dos plantas y tres habitaciones, una de ellas era para los invitados. Todas las habitaciones eran grandes, y eso a Daiana le gustaba. Cuando se instaló, llamo a Sofía.

-Hola Sofía.

-Hola Daia, estamos aquí todos.

-¡Hola chicos! Llevo solo unas horas sin veros y ya os echo de menos.

-Nosotros también a ti. -Dijeron todos

-Ya hablamos por mensajes, tengo que terminar de ordenar las cosas.

-Adiós Daia, ¡te queremos mucho!

Terminó de ordenar todo, le llevó todo el día, casi todo los muebles eran nuevos y se los montó el hombre, asique tardo menos. Ya era tarde, se tumbó en la cama, pensativa, y se durmió.

Esto no me puede estar pasando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora