Help Me! [FanFic Harry Styles]

Capítulo 4

-Vayamos a otro lugar- susurró agitado a milímetros de mis labios. Me quedé pensando unos segundos ¡Qué diablos! Tenía tantas ganas como él, además podía echarle la culpa al alcohol y quizás sea lo mejor, quizás después de esto deje de molestarme, deje de estar en mi maldita cabeza. 

-Espera- susurré y me bajé de su agarre. Entré rápidamente y busqué a mi amiga- Pen- la llamé cuando la encontré, ella se giró y me miró- Debo irme ¿Te molesta? 

-¿Eh? ¿Irte?- preguntó. 

-No preguntes... ¿Puedo?

-Okey, vete.

Salí rápidamente y lo vi. Apoyado en la pared. Sus piernas eran largas, tenía un jean negro ajustado y una camisa algo arremangada ¿Qué estaba haciendo? Su mirada no me dejo seguir pensando. Una sonrisa perversa se asomó en sus labios y rápidamente lo tenía a milímetros de mi rostro con sus manos en mi cintura. 

-¿A dónde iremos?- preguntó seductoramente. Me quedé mirándolo sin saber qué decir- ¿O me dirás que te arrepentiste?- susurró y volvió a besar mi cuello, como si supiese que esa era mi debilidad, que no podía pensar si hacía eso. Mi corazón se detuvo y mis hormonas se revolucionaron, cuando sentí su mano acariciar mi zona intima, hizo una pequeña presión y me miró divertido. 

-Vamos- dije tomándolo del brazo y caminando con él. Sentí su risa de victoria  ¿Qué mierda importaba? Sabría que me odiaría luego, pero ahora necesitaba hacerlo. Caminamos rápidamente sin decir nada, sólo mirando el camino. 

-¿Me dirás a dónde vamos?- preguntó. Lo miré por un segundo y volví mi vista al frente. 

-Cállate si no quieres que me arrepienta- hablé seria. 

El silencio reinó en las últimas cuadras. Apenas entramos al edificio lo tomé del brazo para que entrara al ascensor. Sin dudarlo ni un segundo me apegó a su cuerpo y dirigió sus labios a los míos. Cuando llegamos a mi piso busqué mis llaves en mi bolsillo, me paré frente a la puerta para introducir la llave allí pero todo se dificulto cuando sentí su pecho en mi espalda, sus manos en mi cintura y sus malditos labios en mi cuello. 

-Maldita sea- bufé mientras intentaba poner la llave en la cerradura. Lo escuché reír. 

Por fin pudimos entrar y supuse que él con su pierna cerró la puerta. Me giré para tenerlo de frente y capturé sus labios ferozmente. El beso era salvaje y lleno de deseo. Sin muchas vueltas quitó mi camiseta dejándome sólo con mi sostén, se quedó observándome por unos segundos con sus manos en mi cintura y una sonrisa perversa. Molesta lo atraje hacia mí para que dejara de mirarme, odiaba que lo haga, odiaba que cualquiera lo haga. 

-No sabía que tenías más tatuajes- susurró en mis labios. 

-Cállate- le pedí mientras caminábamos hacía mi colchón sacándonos nuestros calzados.

Nuevamente sentí su risa entre mis labios, era lindo sentirlo, no sé por qué pero me gustaba sentir su sonrisa en mis labios. Finalmente mi espalda chocó con el suave colchón y él se posicionó sobre mí, haciéndome sentir absolutamente todo su cuerpo sobre él mío.

 Otra vez él estaba teniendo el control y eso no podía pasar. Decidida lo tomé de los brazos y lo giré para quedar yo sobre él, me miró con una sonrisa y dirigí mis manos a los botones de su camisa para desabrocharla lenta y tortuosamente, cuando por fin quité esa molesta tela me quedé observándolo sorprendida. Primero porque era malditamente perfecto, sus músculos estaban bien formados, nada exagerados, perfectos diría yo y segundo estaban cubiertos por algunos tatuajes, nunca había notado todos los que tenía, algunos en sus brazos, otros sobre su pecho y una hermosa mariposa sobre su estómago ¡Maldición! Era perfecto, era como imaginaba a un hombre perfecto.