Aún puedo sentir su respiración en mi cuello, mientras jugábamos video juegos, como todos los fines de semana, Gabriel venía a casa, comíamos palomitas de caramelo en la sala, juntos en el mismo sofá, cerca, siempre lo vi normal, hace apenas unas dos horas me di cuenta que jamás debí permitir que se acercara tanto y que haberme hecho de la vista ciega cuando él veía mi trasero de esa forma.
Jacob tenía razón al final, Gabriel nunca fue solo mi primo y él nunca me vio como su prima, me veía como cualquier otra chica o mejor dicho, como su chica.
¿Y yo? ¿Qué quería yo realmente? Pues en estos momentos lo único que deseaba era que Jacob estuviera aquí y me consolara, porque tenía miedo y me sentía tan sola.
Quien lo diría, Samara Becker encerrada en el baño de su casa, temblando de miedo rogando porque su primo ya se hubiera ido.
Pero bueno aún no les he contado todo lo que me pasó, mi primo intentó abusar de mi, en mi propia casa, en mi sala, ¿Por qué? Porque al parecer el muy imbécil cree sentir un enamoramiento por mi.
¿Y qué hice yo? Morderlo con todas mis fuerzas hasta que me soltó, gracias a los dioses aún no era tan tarde y el cerdo apenas me había tocado por encima de la ropa, le grite que se largara y él solo se quedó sentado en el sofá, le dije tantas estupideces y él solo me veía fijamente, no se me va a olvidar nunca lo que me respondió.
—Samara, yo te amo.—Se empezó a levantar de el sofá y se estaba acercando.—Desde la navidad de el 2016, cuando te vi, te veías preciosa y desde ese momento supe que tú tenías que ser mía.
—Yo tengo novio Gabo y por favor, hagamos como si esto nunca hubiera pasado, prometo que no le dire nada a mamá.—Le intente sonreír tranquilamente.—Por favor vete.
No lo espere, no espere para nada esa reacción, él se tiro a mi, intentó agarrarme y agradezco tanto que ese florero feo de mamá estuviera ahí, porque fue mi salvación, se lo tiré y salí corriendo y me encerré en el baño y lloré, llore como una niña, porque me sentí maltratada, débil y sin ayuda.
Mi celular estaba en la sala y tenía miedo de salir, a pesar de que ya había pasado más de dos horas de estar aquí, pero bueno, vamos yo era y soy una chica fuerte, así que me levanté de el piso, mojé mi cara en el lavamanos y me miré al espejo y, ¡joder! Puta mierda parecía un mapache y un marihuano en adicción.
Solté un suspiro super largo y abrí la puerta y me adentre al pasillo hasta llegar a la sala y ¡Bingo! Mi celular estaba en el sofá, me acerqué a el como si fuera la última Coca Cola en el desierto y lo desbloquee, de pronto escuche un sonido de algo y literal me cagué de el miedo, gire todo mi cuerpo hacía el sonido.
—¡Ahhhhh! ¡Maldito gato infeliz!—le grite al gatito de mi hermana, marque el número de la única persona que me podía ayudar y espere.
—Jacob.
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¡Wenas preciosos! Hoy es el día, traigo de vuelta esta historia a esta plataforma, pero antes, quería pedir una disculpa por quitarla, por dejarme llevar por comentarios, estupideces y inseguridades, se que no soy una profesional en esto, no soy la mejor escritora, no escribo perfecto, me equivoco, cometo miles de errores, pero siento que esto me ayuda, escribir aquí, cualquier cosa que pase por mi cabeza, amo escribir, se que tengo mucho que mejorar, por eso no me detengo, quiero llegar a sentirme muy orgullosa de mi y sobretodo hacer disfrutar a los poquitos que me leen.
¡¡Bueno!! Ya mucho por hoy, ando muy sentimental, los amodoro mucho. ♡
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Él es mi novio [COMPLETA]
Teen FictionSamara una chica de dieciocho años, acaba de salir de la secundaria, decide tomarse un "año sabático", ya que ella con su mejor amigo, Jacob, va a buscar un trabajo para ahorrar y así poder pagar su universidad. Samara tiene una familia muy grande...