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Capítulo 20.
Una noche juntos.
Narra Andrew


—¿A dónde vamos?—Me preguntó como por tercera vez en el camino, nos habíamos detenido en un supermercado para comprar golosinas, apenas iban a ser las 6 de la tarde.



—Solo sígueme, tranquila no te perderás—Tomé la bolsa que tenía entre sus manos, abrí mi bolso y al igual que lo hice con el tequila y las golosinas que había comprado guarde todo ahí.



—Pero yo quiero saber.—Alargo la letra e en la última palabra, reí sería mejor decirle ya, seguro se pondría muy insistente y terminaría diciéndole, así que mejor adelantar los hechos.


—Okay.—Me coloque mi bolso en la espalda, con cuidado me subí a la moto que me había prestado un amigo, Sam se montó en su moto, se puso su casco y yo hice lo mismo.—Vamos al bosque.—Ella se colocó a mi lado y me sonrió.— ¿Una carrera?—Le pregunté.—Arranqué la moto y ella hizo lo mismo.



—Claro—.Ni siquiera me dejo contestar y ya se había adelantado, la seguí por detrás, hasta estar al lado.



—¡Tramposa, te adelantaste!—Le grité para después acelerar y alejarme de ella, Sam también acelero pero aún así no me alcanzo.

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—Eso es trampa, yo casi te gano, solo que no sabía hacia donde íbamos, por eso no me podía alejar tanto de ti—.Samara caminaba a mi lado mientras se quejaba de que le había ganado, habíamos dejado las motos guardadas en una especie de garaje, yo había traído un candado, así que esperaba estuvieran seguras, igual de todos modos la gente venía muy pocas veces por aquí.

—Yo no hice trampa, solo soy mejor que tú.—Me reí al final y ella me dio un zape en la cabeza—.Ay.

—Llorón.—Se burlo.—¿Vamos a dormir aquí?—Sam miro su alrededor, aún faltaban unos metros para llegar a la casa del árbol, así que lo que se podía ver eran grandes árboles rodeándonos, este bosque era hermoso, antes venía muy seguido aquí, con Sean y más amigos, para emborracharnos o simplemente despejar nuestra mente, un lugar tranquilo y con mucha paz.


—¿No te gusta?—Le pregunté.

—Me encanta, podría vivir aquí.



—Me alegra que te guste.—Saque mi celular del bolsillo de mi pantalón, tenía una llamada perdida de mamá, luego la llamaría.—Estamos cerca, recuerdo que la casita del árbol quedaba por aquí.—Y no hable mas ya que pude apreciar la casita a unos pocos metros, justo frente a mi, miles de recuerdos regresaron, sonreí viendo toda la familiaridad del lugar, me acerque al árbol donde habíamos escrito Sean y yo nuestro nombres cuando apenas éramos unos adolescentes.—Ven.

—¿Aquí era donde se reunían? ¿Aquí se escapaba Sean casi todas las noches?—Samara pasó su mano sobre el nombre de su hermano.

—Sí, a veces veníamos aquí o nos íbamos fiestas, este era como nuestro hogar.

—¿Te gusto tanto cómo para que valga tanta la pena de traerme aquí?—Me quedo callado unos segundos procesando su pregunta.


—No me gustas.—Tomé una de sus manos entre las mías—.Me encantas y te traje aquí porque creí que merecías conocer este lugar, creí que te gustaría estar aquí.

—Gracias.—Sam se acercó un poco más, soltó mi mano y la puse sobre mi mejilla, luego acortó la poca distancia y me besó, yo le seguí el ritmo, luego mordí su labio inferior y me separé un poco de ella.

—¿Quieres entrar a la casita, ya empieza a hacer algo de frío.—Ella ríe y asiente, se aleja de mi y se acerca a las escaleras que estaban pegadas al árbol de la casita.—Ten cuidado ahora temprano casi me caigo.

Tome el bolso con todas nuestras cosas y subí detrás de ella.

—¿Tú viniste temprano? Oh, ahora veo porque.—Ella señala hacia las cobijas y algunos cojines que vine a dejar, ella se sentó allí, yo puse las cosas sobre el piso de madera y me senté a su lado.

Él es mi novio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora