Release that witch [Libera a esa bruja]

Capítulo 111: Batalla de Eagle City (2).

 

El primer grupo de gente libre que actuó como escudos humanos de carne no encontraron ninguna resistencia y fueron capaces de escalar con éxito la pendiente de tierra.

En la parte superior de la rampa formada a partir de la pendiente de la tierra, los defensores habían construido una valla de madera para bloquear las fuerzas atacantes. La valla no estaba completamente cerrada, en cambio, tenía muchas aberturas para que las lanzas pudieran pasar. Durante el tiempo en que los atacantes estaban ocupados destruyendo las vallas de madera, los defensores podían simplemente estar detrás de ella y utilizar sus lanzas para matar al enemigo.

Sin embargo, contrariamente a lo esperado por el Duke Frances, los defensores que deberían haber estado de pie detrás de las vallas no estaban por ningún lado. Todo el muro estaba actualmente sin vigilancia. Así que sus vanguardias que llevaron sus hachas fueron capaces de abrir rápidamente algunos huecos en la pared. Después de que las vallas de madera estuvieran fuera del camino, el ataque hacia la ciudad comenzó. Un momento más tarde, también se abrió la puerta de madera.

“Vamos.” Dijo el duque sacudiendo las riendas de su caballo y llevando al resto de sus tropas a las puertas. Desde el momento en que comenzamos el asedio y hasta ahora cuando se abrieron las puertas, ya han pasado menos de treinta minutos. ¿Qué demonios está haciendo García Wimbledon? Pensó el duque.

Frances frunció el ceño, aunque él no tenía mucha experiencia en combate, sabía que mínimo debería haber tenido que dejar un pequeño grupo de guardias personales o mercenarios a sueldo que deberían haber sido comprado con un montón de dinero y no temieran a la muerte para quedarse atrás y bloquear la ofensiva del enemigo durante el mayor tiempo posible. Sólo de esta manera podría haber ganado tiempo suficiente para que el grupo más grande pudiera huir.

La tercera princesa claramente no era una persona estúpida. De lo contrario, como se podría explicar qué ella fue capaz de hacerse cargo de la Sur con tanta rapidez. ¿Así que por qué no había dispuesto de cualquier hombre para defender la pared? O una construcción de una defensa sólida, incluso con trampas bien colocadas en ella, pero sin nadie para operarlo, es sólo una pérdida de dinero. Frances pensó, estoy decidido ahora, mis guardias personales serán el primer grupo en entrar en la ciudad e investigar si la situación es segura.

Pero más tarde, cuando el capitán de su guardia personal regresó para reportar lo que paso, le informó que incluso dentro de la ciudad seguía siendo la misma situación, que no se habían encontrado ninguna resistencia. Sin embargo, se encontraron con algunos obstáculos de madera y piedra, pero después de que sus hombres ordenaran a los habitantes locales que las quitaran, inmediatamente estas fueron retiradas.

Al oír este informe, Frances ya no dudó más tiempo y comenzó a conducir a sus tropas restantes hacia Eagle city. Había seguido al Rey Wimbledon III en muchas campañas durante los años y podría ser contado como un veterano, así que, ¿Cómo podía dejarse asustar por una niña? Contrariamente a lo que uno podría esperar, el tiempo invertido en analizar los pasos del enemigo para cometer errores no fue desperdiciado. Porque si podía esperar hasta que fueron capturadas todas las puertas, él podría ir directamente a través de la ciudad y ahorrar mucho tiempo.

Cuando entro por la puerta, el Duke Frances pudo oler algo con un olor acre. No era el olor de los cuerpos en descomposición que a menudo aparecían en los campos de batalla, sino más como una mezcla de aceite de nuez de pino, cáscara de mandarina, e incienso. Si alguien tomara una respiración profunda, podría incluso pensar que se trataba de un perfume.

¿Qué es este olor? Cuando volvió a observar a su alrededor una vez más, fue incapaz de detectar algo inusual. La única cosa que le parecía extraño era que la zanja para el sistema de drenaje estaba bloqueada, y las aguas residuales se desbordaban de su canal, fluyendo lentamente por el suelo. Se había acumulado tanta suciedad que no podía decir exactamente hace cuánto tiempo que no se habían limpiado, pero cuando el sol caía sobre estas sustancias oscuras, se reflejaban cinco colores esplendorosos.