Capítulo 27: Charla amistosa

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Al pasar de los días el clima se iba volviendo cada vez más y más frío y Roland se despertaba más y más tarde.

Como miembro de la clase dominante, era natural que tuviera el derecho de acostarse más tiempo en la cama, hasta altas horas de la mañana. En particular, cada vez que dormía en su cama con sus tres almohadas de terciopelo y sus mantas, sentía una sensación como si estuviese rodeado de nubes suaves. Holgazanear con este tipo de sentimiento le ayudaba a aumentar su estado de ánimo.
Después de que Roland se lavó la cara y los dientes entró en su oficina, donde Nightingale ya estaba esperando durante mucho tiempo.

“Bueno, aquí está tu desayuno. Ya comí la mitad mientras todavía se encontraba caliente. Pero ahora está frío.” Dijo Nightingale, haciendo una mueca y señalando hacia la mesa en la que quedaba menos de la mitad del pan. Observando esta escena, parecía como si ella fuera la dueña de este lugar y no Roland.

“¿Nadie te enseñó a ser humilde en presencia de un príncipe?” Roland se acercó para tomar los platos mientras se sentaba en su escritorio. “Todavía recuerdo perfectamente como al principio tomaste la etiqueta muy en serio.”

Suspiró en su corazón. Realmente no había pensado que Nightingale siempre estaría a su lado en lugar de acompañar a Anna. Parecía como si ella no estuviera en una misión, más bien para que estaba dando un paseo en el sol. Antes, siempre había ocultado su figura. Pero ahora, mientras no hubiera extraños alrededor, ella se mostraría abiertamente en la oficina sin siquiera usar su capucha.

“¿Así?” Ella saltó de la mesa y dio una perfecta reverencia: “Recientemente ha comenzado a levantarse tarde. Así que pensé que comer tu desayuno ayudaría a resolver este pequeño problema, Su Alteza.” Se inclinó hacia Roland, “De todos modos, no te importa, ¿Verdad? Puedo ver que no te gustan estos tediosos rituales.”

Su comentario dio justo en el punto. Roland la maldijo en silencio. ¿Había algo que no pudiera ver?

Suspiró: “Termínaste el desayuno. Una vez que comienzas a comer algo, tienes que terminarlo. Voy a conseguir otro si quiero comer.”

“¡Como usted diga, Su Alteza!” Ella sonrió y gentilmente tomó el plato que estaba a su lado.

Roland lanzó un pergamino en blanco y comenzó a terminar el diseño del complemento que había dibujado a medio camino.

Si él quería mantener la Ciudad Fronteriza, no sería tan fácil después de tener una victoria trágica en su primera pelea, así que él tenía que hacer algo. Además de eso, sus nuevas tropas nunca habían visto sangre. Así que Roland estaba preocupado de que una vez que se presentaran grandes pérdidas, sus tropas recién entrenadas no tendrían el valor de pararse en las murallas.

Necesitaba las armas de su época para obtener una ventaja absoluta sobre las bestias demoníacas.
Sin lugar a duda, las armas ayudarían.

De hecho, esta época tenía todas las condiciones para que aparecieran las armas. Los alquimistas a menudo creaban un polvo llamado ‘nieve en polvo’, y se utilizaba para las celebraciones de la corte. Sin embargo, esta nieve en polvo tenía la receta equivocada para ser usada como pólvora, era de combustión lenta y su explosión era más exagerada que el daño que causaba.

En los próximos cien años, el prototipo de armas, utilizable para la guerra, probablemente aparecerían. Estas armas de fuego, debido a su complicada operación, requerirían la colaboración de dos personas para disparar. En circunstancias normales, sólo serían utilizadas como un arma de un solo disparo. Pero en términos de velocidad de fuego y poder, todavía no eran comparables con los de un armero bien entrenado.

Release that witch [Libera a esa bruja]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora