"Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada; la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!"
Min Yoongi leyó por enésima vez la inscripción en la puerta de aquel lugar que desde tiempos inmemoriales había sido su hogar.
¿Por qué ya no se sentía así?
Gruñó recordando que él ya sabía la respuesta. Aquel chico de cabellos plateados le estaba volviendo loco.
-¿Yoongi? -cuestionó la dulce voz del chico al ver que no reaccionaba.
Sintió como algo le oprimía el pecho.
-Basta, Jimin, deja de pronunciar mi nombre -gruñó en voz baja, molesto -. Sabes que no debes hacerlo.
El chico bajó la mirada.
-Lo siento -susurró afligido.
Fue entonces cuando, sin pensarlo, el demonio le envolvió con sus brazos y dejó un suave beso en su cabellera plateada.
-Solo quiero protegerte, Jiminnie.
Y tras pronunciar esas palabras, supo que se había condenado.••••••
Jungkook rió tan fuerte que tuvo que sujetarse el estómago con los brazos.
Taehyung estaba totalmente cubierto de purpurina.
-¿Qué es esto? -cuestionó el rubio observando con curiosidad las pequeñas motas brillantes que cubrían todo su cuerpo.
Jungkook volvió a reír y esta vez no aguantó más y se arrodilló en el suelo.
Taehyung se acercó a él asustado.
-¿Estás bien? -el ángel sostuvo al castaño por los hombros con preocupación, dejando pequeños rastros de purpurina sobre este también.
Jungkook no dejaba de reír.
El rubio empezó a preocuparse. ¿Aquello era su culpa? ¿Jungkook estaba enfermo? Se estaba poniendo nervioso.
Un momento después, el castaño posó su mano sobre el hombro del ángel, llenándose la palma de purpurina.
-Estoy perfectamente, solo era un ataque de risa.
Taehyung, aún con su cabello, cara, brazos y hombros cubiertos por una capa plateada de purpurina, frunció el ceño.
-¿Ataque de risa? Eso suena terrible, Jungkook.
El castaño volvió a reír.
-¿Nunca te has reído tan fuerte que te dolía el estómago? -preguntó el mortal apartando la purpurina de la cara de Taehyung con los pulgares.
El rubio negó.
-En mi hogar todo es muy moderado y tranquilo, si Jin te conociese te odiaría -murmuró con los ojos azules examinando cada pequeño detalle del rostro de Jungkook.
Detuvo su mirada en una mancha que se encontraba justo debajo del labio inferior del chico.
No lo pensó mucho antes de alargar su mano y pasar el pulgar sobre la mancha.
Jungkook se le quedó mirando estático.
-¿Q-que haces?
-Tienes una mancha -gruñó el ángel volviendo a pasar el pulgar con más fuerza. No se iba.
Jungkook sonrió.
-Tae -sostuvo su mano para que dejara de tocarle -, es un lunar. Está bien, ese es su sitio.
El ángel volvió a fruncir el ceño.
El castaño suspiró.
-Supongo que en el lugar de donde vienes tampoco existen esa clase de imperfecciones -sonrió con tristeza bajo la mirada confundida del rubio.
-Es muy bonito -susurró.
Jungkook le miró.
-¿Qué?
-Tu lunar, es muy bonito.
Jeon Jungkook no iba a negar que su corazón empezó a golpear en su pecho con tanta fuerza que pensó que saldría disparado. Pero sólo sonrió y tomó la mano de Taehyung.
-Tú te vas a dar una ducha mientras yo termino de decorar, ¿de acuerdo?
El rubio solo asintió con una pequeña sonrisa.
¿Qué demonios era una ducha?••••••
-No entiendo.
-¿Qué es lo que no entiendes? No tiene ninguna complicación.
-Entonces... ¿Dejáis que un señor mayor obeso entre a vuestras casas en plena noche? ¿Y le dejáis galletas?
Jungkook suspiró. Era la enésima vez que se lo explicaba, pero Tae parecía no estar de acuerdo con aquella tradición.
-Quiero decir, si está obeso deberíais dejarle una ensalada.
Jungkook rió ante aquel comentario y negó con la cabeza.
-Da igual, tú solo disfruta de nuestras queridas fiestas mundanas.
Taehyung le miró serio. Su cabello aún estaba algo húmedo tras la ducha y pequeñas hondas se doradas cubrían su frente.
-Lo dices como si os despreciara -murmuró.
Jungkook se encogió de hombros.
El rubio se le quedó mirando por un segundo.
-He pasado toda mi existencia envidiando a los mortales -susurró captando la atención del castaño -. La única razón por la que podría llegar a despreciaros, es precisamente porque no apreciáis lo que se os ha dado.
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손상된 [sonsangdoen] (Taekook)
Ficção GeralUn ángel ha caído, los cielos han temblado tras la pérdida de uno de los suyos. Taehyung se ha corrompido. Pero tiene una oportunidad, debe restablecer el orden natural de las cosas, deshacer su error y renunciar completamente a los mortales. Los án...