El siguiente capítulo es jodidamente largo, así que te sugiero que vayas a por un refresco y algo de comer si no quieres morirte :v
Por esa senda desolada y triste
que recorren tan sólo ángeles malos,
senda fatal donde la Diosa Noche
ha erigido su trono solitario,
donde la inexplorada, última Thule
esfuma en sombras sus contornos vagos,
con el alma abrumada de pesares,
transido el corazón, he paseado...
¡He paseado en pos de los que huyeron
fuera del Tiempo y fuera del Espacio!
-.Dreamland V, Edgar Allan Poe.Las cadenas apretaban sus muñecas y hacían que de alguna forma, la sangre ardiera dentro de sus venas, provocándole aquella interminable agonía.
Sólo quería morir.
Morir de una maldita vez.
Desde el accidente lo único que había deseado era recuperar su vida.
Ya no.
Ya no más.
Déjame morir...
-La verdad -comentó aquella voz profunda que había aprendido a odiar en tan poco tiempo -, no entendía por qué uno de mis rastreadores más fieles me traicionaría de una forma tan rastrera -suspiró acariciando el rostro del contrario con la punta de sus dedos -. Pero eres realmente hermoso, Park Jimin, y los demonios sucumbimos con facilidad a la belleza que se nos fue arrebatada.
Los pulmones le ardían, pero aún así, tomó suficiente fuerza como para hablar de forma débil.
-Él me ama -gruñó con la voz entrecortada y rasposa.
Una fila de dientes perfectos asomó entre los labios de Namjoon en una sonrisa torcida.
-Él no puede amar.••••••
-¿Y ahora qué? -cuestionó Hoseok mirando con una mueca la forma en la que el demonio se aferraba al hilo que había arrancado de la muñeca de Jungkook.
El castaño y el pelinegro se giraron hacia el cazador al mismo tiempo con expresión decidida.
-Vamos a buscar a Taehyung.
-Vamos a salvar a Jimin.
Ambos hablaron a la vez.
Un silencio incómodo se creó, haciendo que Hoseok se aferrara al brazo de su hermana con preocupación.
-Hay que encontrar a Tae antes de que algo realmente malo pase -protestó Jungkook mirando al demonio.
Yoongi bufó.
-La única razón por la que siempre os he ayudado ha sido Jimin, si no está él, olvídate de mi ayuda, mortal -respondió el pelinegro.
Jungkook se acercó al demonio para enfrentarlo haciendo que Hoseok se preparara para lo peor.
-Dices eso cuando tú eres el primero que ha puesto en peligro a Jimin, él está muerto por tu- -las palabras murieron en la boca del castaño cuando la callosa mano de Yoongi se aferró a su cuello y le alzó en el aire.
Hoseok se levantó, preparado para alejar al demonio del mortal, temiendo que el primero pudiera terminar matando al castaño.
-Tú no entiendes nada, Jeon Jungkook -gruñó Yoongi con su voz mucho más profunda que de costumbre -. Tú no has sido capaz de mantener a salvo a ninguna de las personas a las que has amado, tú no sabes lo que es sacrificarlo todo, solo eres un mortal, una mota de polvo en un mundo terriblemente sucio -soltó el cuello de Jungkook, haciendo que éste cayera al suelo de golpe -. Ahora, vamos a llevarle el maldito hilo al arcángel.••••••
Ocurrió demasiado rápido.
Tan rápido que Jungkook pensó que estaba muerto.
Habían caminado durante muchas horas en absoluto silencio. El demonio encabezaba la marcha con paso decidido cuando se paró ante aquel gran lago, mucho más grande que los otros.
A diferencia de los demás, aquél gran lago no era negro, sus aguas eran cristalinas y puras. Un trozo de cielo en el infierno, para recordarles a lo que habían renunciado.
-Normalmente yo no puedo cruzar, pero se supone que el hilo es una llave -aclaró el pelinegro bajo la atenta mirada de Jungkook y los hermanos Jung.
Se dejó caer dentro del lago, aferrando el hilo contra su pecho, desapareciendo entre las aguas cristalinas.
Jiwoo fue tras él y después Hoseok y Jungkook.
Salieron del lago con el agua helada calando hasta sus huesos, haciéndoles tiritar.
Para su sorpresa, cierto arcángel les esperaba a la orilla del lago, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-¡¿Qué demonios está pasando, Min?! ¡¿Por qué hay un demonio profanado los cielos?! ¡¿Por qué un mortal cruzó la puerta del infierno?! ¡¿Alguna vez haces algo de forma correcta?! -bramó el arcángel tomando al demonio por el cuello de su empapada chaqueta.
Para sorpresa de todos, Yoongi no se molestó, tan solo tomó una de las manos de Seokjin y dejó el pequeño hilo en su palma, haciendo que el rubio exhalara con fuerza.
-Taehyung quería saldar su deuda - mmurmuró con voz temblorosa, sorprendiendo a los presentes. Cerró su mano sobre la de Seokjin con fuerza y acercó su rostro al contrario -. Salva a Jimin. Maldita sea, haz lo que sea necesario, haz al mundo arder, pero salva a Jimin.
El arcángel soltó al demonio, sosteniendo el hilo entre sus manos, aterrado al comprender todo el amor que se escondía tras aquella expresión rota. Era tan antinatural.
Aquel demonio... Era tan incorrecto, tan inusual.
Le recordó a Taehyung.
Maldita sea.
Asintió y con un gesto de cabeza les invitó a seguirle hasta el templo de las Moiras.
Aquel lugar no era como Jungkook lo imaginó. El camino era de tierra clara y sedora, y estaba rodeado por arboles de flores blancas y azules.
Cuando llegaron al templo, tres hermosas mujeres se hallaban tejiendo alrededor de un gigantesco telar.
Las tejedoras de destinos miraron horrorizadas hacia ellos.
Pero su reacción no fue causada por la presencia de un demonio.
Ni la de los cazadores.
Miraron horrorizadas a Jeon Jungkook, al mortal que había esquivado al destino, aquel que había trastocado todo el trabajo que habían llevado acabo desde el inicio de los tiempos.
Seokjin simplemente ignoró aquello y se acercó al telar para poder unir el hilo que descansaba entre sus manos.
Pero nunca llegó.
Jungkook vio todo pasar demasiado rápido.
Vio el rostro de Suga, cuyo atuendo había cambiado de golpe por un traje negro atravesado por una tela roja bordada, sus ojos oscuros se habían tornado plateados y se movía de forma torpe, como una marioneta.
Aquella torpeza no impidió que una de sus características dagas negras se clavara de lleno en la nuca de Seokjin, haciendo que éste cayera al suelo de rodillas.
Los gritos desgarradores de las Moiras le aturdieron.
Jungkook observó todo con confusión, los gritos, los choques, la sangre... Pensó que estaba muerto. Pero su corazón golpeando contra su pecho con fuerza le hizo saber que estaba muy vivo.
Y después silencio.
Un silencio húmedo y frío. Silencio que olía a muerte.
Vio a las Moiras degolladas en el suelo, y sangre.
Tanta sangre.
Hoseok estaba allí también, inconsciente, con heridas repartidas por todo el cuerpo, Jiwoo junto a él, llorando.
¿Había intentado detener al demonio?
Jungkook no estaba seguro.
Todo había sido borroso, inesperado.
Miró el telar que ahora estaba salpicado con sangre, el hilo aún partido de Jimin.
El hilo que le dio Tae ya no estaba.
Yoongi y Seokjin tampoco.
Miró en todas direcciones, intentando pensar en una respuesta, una salida a aquello, una forma de salvar a poca esperanza que quedaba en el mundo.
No encontró nada.
No veía una salida, no había luz al final del camino. Estaban condenados.
Soltó un gran suspiro tembloroso y se acuclilló en el suelo dejando fluir todo el llanto que llevaba días atascado en su garganta. Todo el dolor que había estado conteniendo, todo el miedo.
Estaba tan asustado.
-Lo siento tanto...
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손상된 [sonsangdoen] (Taekook)
Fiksi UmumUn ángel ha caído, los cielos han temblado tras la pérdida de uno de los suyos. Taehyung se ha corrompido. Pero tiene una oportunidad, debe restablecer el orden natural de las cosas, deshacer su error y renunciar completamente a los mortales. Los án...