dieciséis: otra vez

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Jeongin estaba en un lugar oscuro y remoto, donde dominaba el frío y se oían gritos por doquier

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Jeongin estaba en un lugar oscuro y remoto, donde dominaba el frío y se oían gritos por doquier. De repente los gritos cesaron y Jeongin miró a su alrededor confundido. Cerró sus ojos y cuando les abrío ahora estaba en un lugar blanco, sin mal. A la vez sintio algo suave que se posó sobre sus labios. Sin mucho apuro cerró sus ojos y los volvió a abrir, disfrutando de la suave sensación.

Chan

le

estaba

besando.

¡Dios, dios, dios, dios, dios!

Su corazón se aceleró y no supo que hacer, volvió a cerrar sus ojos y sintió el rostro de Chan escondido en su cuello.

Como pudo intento no acelerar su respiración y dejarla en un estado regular.

Chan otra vez comenzó a acariciarle su espalda dulcemente y volvió a quedar dormido.

A la mañana siguiente Jeongin se despertó por su cuenta y gracias a el canto de los parajitos. Chan todavía dormía al lado suyo, se veía muy gracioso con su cabello todo alborotado.

Se levantó, fue al baño, se lavó la cara, los dientes e hizo sus necesidades. Luego bajó a la cocina a hacer el desayuno y el biberón de Bum.

─ Buenosh diash papi~.

Canturreó Chan con Kibum en brazos y levantándole su manita como si saludara a su papá.

─ Hola mi amorcito~.

Se acercó y le dio un cariñoso beso en la regordeta mejilla a su hijo.

─ Hola Chan, ¿Cómo dormiste? Espero que no te haya molestado mucho.

Jeongin volvió a entrar a la cocina, no podía dejar quemar el desayuno.

─ Oh, dormí muy bien.

Chan sonrió mostrando sus lindos hoyuelos y un pequeño rubor se apoderó de sus mejillas al recordar lo que había hecho anoche.

El australiano tomó el biberón del mesón y le dio de comer al bebé, Jeongin le había enseñado como hacerlo y la verdad es que le resultaba de gran ayuda que Chan le ayudara con su hijo.

Seguidamente los dos desayunaron y pasaron el día juntos, el mayor todavía seguía de vacaciones y eso le agradaba mucho Yang, ya que podría pasar más tiempo con él.

bebé; chaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora