Capítulo 20. Llamada de atención.

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JASON.

Creo que jamás me había sentido tan ligero como cuando Mia pronuncia esas palabras. Te quiero... Esa palabra saliendo de sus labios me hace sentir en el aire, como si mi vida no pesara todo lo que he tenido que cargar y me encuentro sonriendo como un idiota.

Mia sin embargo no me responde a la sonrisa y eso hace que la mía se borre de un plumazo. ¿Por qué parece que lo que me acaba de decir ha sido una sentencia de muerte en lugar de ser la oración que me ha salvado por completo?

Ella no quiere estar conmigo.

Ese es mi primer pensamiento y, tras ver la expresión de Mia durante unos segundos, me doy cuenta de que es así. Ella puede quererme pero no va a estar conmigo.

Me acerco unos pasos a ella pero se aleja, se aleja como si no soportara estar respirando el mismo aire que yo, como si de alguna forma le repugnara.

-          No. –mi voz sale a presión de mis labios entrecerrados –No hagas esto...

Ella no responde pero sus ojos se vuelven más brillantes conforme el silencio se va extendiendo entre nosotros. Una lágrima silenciosa se desliza por su mejilla dejando un reguero brillante a su paso pero, a diferencia de antes, no la aparto. No voy a tocarla. No puedo tocarla. Si lo hago puede que jamás pudiera parar de hacerlo. ¿Cómo iba a vivir sin la suavidad de su piel?

Todas las veces que me imaginé a Mia diciéndome que me quería siempre acabábamos besándonos sin parar. Esta sin duda no es la respuesta que quería.

-          ¿Me quieres? –me veo preguntándole.

Ella no contesta, solo me mira sin saber como reaccionar o qué hacer. ¿En serio no sabe qué hacer?

De un momento a otro asiente, casi imperceptiblemente, y eso es todo.

Me acerco como si la distancia entre nosotros fuera lo más doloroso del mundo y la beso. Vaya que sí la beso. Nuestros labios colisionan como si esa fuera la misión que los mantiene a flote y no puedo evitar el gruñido que se escapa de mis labios. El cuerpo de Mia se siente tenso junto al mío por unos instantes pero, conforme se va amoldando a la situación, se relaja.

Sus manos van subiendo por mi abdomen hasta enroscarse alrededor de mi cuello y allí se quedan, dando pequeños tirones al pelo de mi nuca. Yo enredo mis brazos en su cintura, no pudiendo tener lo suficiente de ella. Ella suelta un gemido que suena a una canción de los ángeles en mis oídos y yo introduzco mi lengua entre sus labios, saboreando el gusto dulce de su boca.

Ya no puedo oír las voces de nuestros amigos al otro lado por lo que deben de haberse ido a otro lugar. Eso hace que me relaje aún más y que me concentre en todo lo que concierne a Mia.

Sus manos hacen un descenso por mi torso hasta instalarse en el borde de mi camisa y mete una de ella debajo, haciendo que los lugares que toca quemen. Ella estira la tela hacia arriba así que me separo para que pueda quitármela por completo, cosa que hace. Tira la tela a un lugar desconocido del suelo y acerca sus labios a los míos de nuevo, siendo ella la que esta vez mete la lengua en mi boca.

Soy todo sensaciones en este momento y es difícil pensar de una manera clara cuando tengo las manos de Mia recorriendo toda mi piel. ¿He dicho difícil? Bueno, quería decir imposible. Ella parece muy entregada a la acción y yo quiero responderle con las mismas ganas pero no sé si ella quiere esto. No quiero que hagamos algo de lo que se arrepienta.

Me separo de ella lentamente y observo sus pupilas dilatadas, sus mejillas sonrojadas y sus labios rojos e hinchados y mi último pensamiento ya no parece tan importante. Ahora mismo puedo decir que es la persona más bella del universo.

A Finales de Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora