Granate

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Lydia

-Parece que vamos a necesitar más tiempo...- acababa de llegar a la futura oficina de mi madre... Y era un asco -Iré a buscar el carrito que vi abajo- Habían cajas en todos lados y un par de muebles rotos. Unas feas y enormes cortinas tapaban el ventanal, la pintura, que además estaba sucia, hacia todo más oscuro y feo. Había un tubo de estos fluorescentes en el techo, pero estaba tan sucio que no hacía gran diferencia.

Era un edificio normal de cuatro pisos. Mi madre había pagado a unos hombres para que arreglaran la iluminación, el baño y las ventanas, pero la limpieza sería nuestra responsabilidad.

Lo peor de todo era que seguramente no podría ir a casa de Dane, le escribí un mensaje a Lex.

Chicos, lo siento no creo que pueda ir. Quizá la próxima semana, pero lo veo difícil.

Y adjunté una foto de la "oficina", si es que se le podía llamar así porque de oficina no tenía absolutamente nada.

Mamá abrió las cortinas, y mis ojos se aguaron hasta adaptarse a la luz. Bajé al primer piso que estaba súper ordenado en comparación con el último. De hecho, no había nada, sólo unas repisas aún en sus cajas, luego tendríamos que armarlas.

...

Me demoré mil horas y tenía hasta los calcetines llenos de polvo, pero encontré un carrito de supermercado entre medio de las cajas del segundo piso. Estaba a punto de apretar el botón del ascensor cuando recibí un mensaje de Lex.

Abre

Bien... "¿Ahora qué? ¿Abrir qué? ¿De qué hablas Cacciatore?" Pensé.

Me dirigí al ascensor y baje al primer piso "¿Podría ser que...? Pero no, seguramente no". Abrí de todas formas y me quedé de una pieza.

-Por las cuentas del rosario ¿Qué hacen aquí?

Los cuatro rieron -Acabas de sonar igual que mi mamá- dijo Jam, y esta vez reímos todos.

-Vinimos a ayudar- dijo Trip -. Vas a escucharnos tocar, así lo quieras o no.

-Por supuesto que quiero, pero chicos, no tenían que hacer esto, tenemos todo el tiempo del mundo, yo...

-No, no es así- respondió Lex -, por eso vinimos a ayudar.

-Ustedes vieron la foto, arriba es un asco- estaba bastante conmovida porque no hacía una semana que los conocía y estaban allí, plantados en frente mío dispuestos a ayudarme a mi y a mi madre.

-Y te vinimos a ayudar de todas formas- continuó Dane, no había dicho nada anteriormente y ni siquiera me miraba a la cara. Me preocupé un momento, y me preocupé por preocuparme, todo fue tan complicado que decidí ignorarlo.

-De acuerdo- sonreí -Acabó de encontrar un carrito de supermercado que quizá sirva para ir tirando las cosas que no vamos a ocupar- dije mientras caminábamos hacia el ascensor donde todavía estaba el carrito -. Esperen un momento ¿Cómo supieron donde estaba el edificio?

-Te googleamos, señorita Montegue- contestó Lex haciendo un muy exagerado y mal acento francés -"Editoriales Montegue" tu madre y tú no son lo más creativas del mundo, eh.

Todos rieron a excepción de Dane, me estaba empezando a preocupar en serio.

Entramos al ascensor, o lo intentamos. No era muy espacioso y el carrito ocupaba gran parte del lugar.

-Tengo una idea- dijo Trip.

Llegamos al cuarto piso e hice el intento de bajarme del carrito, tuve que subirme a el para poder subir los cinco al mismo tiempo. Podríamos haber subido unos primero y luego los otros, pero las ideas prácticas no son nada contra las buenas ideas, o algo así me dijo mi tía una vez. Lex me detuvo en el acto, poniendo su mano sobre mi hombro, me miró y guiñó. Sentí a Dane respirar lenta y pesadamente en mi nuca.

Salí del ascensor aún arriba del carrito con Lex empujandolo por atrás.

-Hola, mamá- dije sonriendo -Conseguí ayuda; estos son Lex, Jam, Trip y Dane.

...

15:30

Terminamos de tirar todo lo inservible, dejamos los muebles que mi madre conservaría en el tercer piso y habíamos limpiado, barrido y sacudido todo lo demás.

-Dejé la pintura en el primer piso, mamá. Iré a buscarla, mientras cubran el piso con periódicos.

Caminé hacia el ascensor pero alguien me detuvo.

-Lydia, espera- gritó Lex al tiempo que llegaba a mi lado -. Te acompaño-, sonrió.

Bajamos mientras conversábamos de cualquier cosa. Era súper fácil hablar con los chicos.

-¿De qué color piensas pintar?- Preguntó una vez que salimos del ascensor.

Tenía cuatro grandes tarros de pintura (uno era blanco, para la base) apilados junto a una caja especialmente grande, tomé dos y se las entregué mientras decía con dificultad - Granate.

-¡¿Qué?! ¿Granate?- dijo mientras esperaba a que yo tomara los otros dos -¿Qué clase de color es ese?

-Es como el burdeo- caminamos hacie el ascensor.

-¿Y cuál era el burdeo?- presionó el botón que indicaba que íbamos subiendo. Rodeé los ojos.

-Es como el rojo- el ascensor se abrió.

-¿Entonces por qué no dices rojo?- subimos y los dejamos en el piso. La manilla dejo una marca lineal, roja y adolorida en mis manos.

-Porque no es rojo...- Expliqué.

-Pero tu dijiste...- Reclamó.

-Es como rojo- Corregí -, pero no es rojo. Y no es burdeo, es como burdeo. Es granate. En los colores hay matices, hay que aprender a diferenciarlos.

-No entiendo- dijo tomando los tarros de nuevo.

-Tú nunca entiendes nada- reí mientras tomaba mi par de tarros.

-Entiendo las cosas cuando me las explicas- sonó el "¡Ding!".

-Si- se abrieron las puertas -, tres veces.

Caminé dos pasos, pero como seguía mirando a Lex no me percaté que justo en frente mío estaba Dane y casi hago que se me caiga la pintura. Tenía las mejillas rojas, el pelo alborotado y los ojos llorosos, aunque trataba de disimularlo entrecerrando los ojos, como queriendo hacer entender que era por la luz.

-¿Qué pasa?- pregunté preocupada.

-Yo- contestó sin mirarme a los ojos -... Tengo que irme- Y subió al ascensor.

-Dane- dijo Lex, puse mi mano al lado izquierdo de las puerta del ascensor para que no se cerrará -, mírame- Así lo hizo, pero fue un error, porque en cuanto lo hizo, su mirada nerviosa (¿O triste? No sabría diferenciarla) cambió inmediatamente a una de ira.

-Tengo que irme- respiraba entrecortadamente.

-Dane- dije yo esta vez -¿Qué pasó?

Me miró, esta vez realmente me miró y sus hombros se relajaron -Ahora me tengo que ir- dijo más calmado -, nos vemos en mi casa ¿De acuerdo? Los chicos saben como llegar.

Quité mi mano y observe sus ojos marrones hasta que se cerraron las puertas completamente.

Detroit Rock CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora