Penny Lane

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Dane

-Le dame en bleu- dijo Lydia con acento francés mientras miraba el cartel que anunciaba el nombre del café -¿Fue a propósito?

La mire un momento -¿Qué?

Ella sonrió -Veo que sólo es una feliz coincidencia, me imagino que no sabes lo que significa- dijo apuntando el cartel mientras empezábamos a caminar.

Yo sonreí -En absoluto.

-"La dama de azul"

"Wow" pensé "mi mamá psíquica".

-¿En serio? Pues parece que soy un genio y no tenía idea- bromeé.

-Si eso te hace feliz...

Elegimos una mesa juntó a una ventana, no había mucha gente, y esperamos unos diez segundos a que llegara alguien a atendernos.

-Buenas tardes, monsieur et madame- dijo un chico más o menos de nuestra edad mientras nos pasaba las cartas -, vendré en un rato para tomar su orden.

Mire la carta, por suerte no era muy caro. Digo, lo iba a pagar de todas formas, pero ya que estamos ahorrando...

-Merci- dijo la chica distraídamente mientras empezaba a leer la carta.

El chico se quedó parado un momento mirando a Lydia más de lo necesario, yo lo mire a él.

Cuando se fue, se lo insinué a Lydia -Ese chico te estaba mirando.

-Dane...- dijo Lydia sin dejar de ver la carta.

-No me gusta

-Dane...- dejo la carta a un lado, yo no le hice caso.

-... Deberíamos pedir que nos atienda otra persona...

-¡Dane!- la mire esta vez, estaba enojada, pero sonreía, ¿Así que estaba feliz? Dios mío, no entiendo nada -Me encanta el hecho de que estés celoso, pero exageras.

La mire otro rato. Si, estoy celoso, pero no lo voy a admitir. Porque, vamos, sólo con eso ya sabíamos que era mayor, que hablaba francés y que tenía un trabajo decente.

Volví a mirar la carta -¿Qué quieres ordenar?

Escuché su risa un momento y se me erizó el bello de la nuca.

-Un capuchino de vainilla ¿Tú?

-Mocca ¿Algo para comer?

-No tengo mucha hambre...

-Vamos, yo invito.

-¿Y tú qué quieres para comer?

Revisé por segunda vez la carta.

-La verdad es que tampoco tengo hambre, pero quiero comer ¿Se entiende?

Ella rió -Si, creo que si ¿Y si compramos este pastel... El éclair, significa "rayo": me da curiosidad.

-De acuerdo- llamé al chico que nos había atendido, de mala gana. Llegó en seguida.

-¿Están listos para ordenar?- preguntó.

-Si no, no te habríamos llamado ¿No?- dije en voz baja. No sé si el chico me escuchó, pero sé que Lydia lo hizo.

-Si- se apresuró a decir amablemente la chica -Un mocca, un capuchino de vainilla y un éclair.

Tenía un acento involuntario al pronunciar cualquier cosa en francés, y juró que lo amaba, pero al parecer al chico también le llamaba la atención. Tanto que preguntó -¿Te puedo preguntar algo?

Detroit Rock CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora