Necesito una razón

441 28 2
                                    

Dane

Estábamos escuchando a The Beatles fumando el cuarto cigarrillo cada uno. Quizá fumábamos porque nos gustaba, o para darnos más la imagen de rockstars, pero fuere lo que fuese, lo hacíamos a montones y nadie se arrepentía.

-¿Tu mamá sabe que fumas?- preguntó Lydia.

-¿Qué cosa?

Ella se encogió de hombros mientras botaba otra bocanada de humo.

-En ese caso, si y no.

Lydia sonrió -Tu hermana es adorable- Se tiró en mi cama y quedó mirando el techo -Me contó que la atusabas con sus tareas en el jardín de niños, pero que ya no lo haces ¿Por qué?

-Porque le mandaron una nota diciendo que dejara de hacerle las tareas- Reí por el recuerdo, y así seguimos conversando hasta que dieron las once y cuarto.

-Creo que ya es hora de irme- Dijo Lydia -, mi mamá debe estar empezando a preocuparse.

-Te llamaré un taxi...

...

Nos quedaba tiempo antes de que llegara el taxi así que simplemente seguimos conversando.

La miré un buen rato, de verdad que era hermosa cuando reía, y me encantaba su acento y la forma en que movía el liso cabello distraídamente. Era simplemente hermosa.

-¿Dane, qué te pasa?- preguntó -No has dicho nada en un largo rato, y no es que sea muy raro en ti, pero igual...

-Lydia- dije -¿Qué me dirías si te pregunto si quieres salir conmigo?

-Diría que no.

Sentí una piedra enrome caerme en el estómago ¿Y qué hay de todo lo que pasó?

-Pero no porque no me gustes- continuó la chica -, por otras razones.

-¿Cómo cuáles?

-La principal es que nos conocemos hace un mes. Y otra muy importante es que no nos conocemos suficiente; yo no te he dicho todo sobre mi y estoy segura de que tú tampoco a mi.

-La verdad es que no, tienes razón, pero sigo sintiendo que necesito una razón. Necesito una excusa para besarte cuando quiera, una razón para ponerme celoso de los chicos que te coquetean, y no pasarme la vida reprimiendo eso.

Lydia se acercó a mi y me beso, me besó con tantas ganas que creí que la terminaría tirando a la cama y... Bueno, eso. Cuando nos separamos me dijo muy despacio:

-Puedes besarme cuando quieras- me beso -, y tienes todo el derecho del mundo a ponerte celoso- me beso de nuevo -, pero no seré tu novia - Me miró fijamente -, me encantaría, pero de verdad que hay mucho de mí que no sabes, y no estoy segura de que me sigas queriendo luego de que te lo diga.

La seguía abrazando. "Por supuesto que lo haré" pensé.

-¿Y cuándo me lo dirás?- pregunté sonriendo.

Ella me sonrió de vuelta -Luego- y luego me volvió a besar extensamente -. Mañana tenemos trabajo, así que ahora me voy.

El taxi llegó un momento después y me quedé viendo el auto hasta que doblo en la esquina.

Me quedé despierto hasta que escuché llegar a mi mamá, entonces decidí que tendría que intentar dormir algo, pero simplemente no podía, el perfume de Lydia seguía en mi almohada y tenía miedo de que cuando despertara no estuviera allí.

Al final me quedé dormido.

Detroit Rock CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora