Capitulo XIII: Amenaza

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Mientras tantoen algún lugar de  Doncaster, Inglaterra.
 
 
 
POV Louis Tomlinson 

 
—¡Mierda!, tengo que irme ya —Dije mientras guardaba algunas ropas en mi maleta.

—Apresúrate Stan tráeme las cosas que dejé en el baño.
 
—¡Si, sí! —Contestó él, gracias a Dios que el primo de mi vecina vino a ayudarme.

—Acá tienes —puso mis artículos de aseo personal junto a la cama.

—¿Te traigo algo más?
 
—No, así está bien, en serio gracias —le dije, viéndolo a la cara con una mirada de profundo agradecimiento mientras guardaba las cosas en la maleta.

Todo estaba hecho un desorden, pero qué ahora eso que más da. Mientras más rápido saliera del departamento, era mucho mejor.

—Creo que tengo todo listo. ¡Mierda! ¿dónde dejé el boleto? —Me desesperé al palpar mi suéter y no encontrarlo, los nervios estaban haciendo añicos mi cabeza.
 
—Creo que lo vi en la mesa, voy a traerlo —¡Vaya, qué alivio!
 
—Bien, me iré ya entonces —Le dije a la vez que cerraba la maleta y la bajaba de la cama, acto seguido la arrastré por la habitación hasta llegar a la sala y posteriormente me acerque a la de donde recogí mi boleto de viaje para ir a Liverpool. 
 
—¿Quieres que te acompañe hasta el aeropuerto Lou? —me preguntó en tono amable pero rechace su oferta, no quería que nadie me acompañara, sería un peligro para él o para quien vieran a mi lado, esto tenía que hacerlo completamente solo.
 
—Tranquilo Stan puedo ir solo, muchas gracias de todas formas, por todo y....  Esto… Cuídate mucho y trata de no acercarte mucho por un tiempo por estos lares. Ya sabes, llévate a tu prima lo mas lejos posible, aunque sea por unos meses. Es lo mejor —asintió en acuerdo, nunca quise entrar en detalles, pero por la manera tan rápida en que actúe para irme de Doncaster, supo que corría un gran peligro.

En ese momento, el claxon del taxi que había pedido minutos antes por teléfono, comenzó a sonar.

—Llegó el taxi, debo irme —me dirigía hacia la puerta del departamento, abriendo la misma, para disponerme a salir rumbo a el aeropuerto.

—Adiós y otra vez te doy las gracias, Stan.
 
—No hay de qué, Lou —me rodeó con sus brazos para fundirnos en un fuerte abrazo de despedida, me iba dejando todo atrás, pero tenía que hacerlo, tenía que ir a verlo. 

—Ten mucho cuidado, no dudes en llamarme si algo pasa, ¿vale?
 
—Está bien, bueno, ya debo irme. Adiós —Me despedí alejándome hasta llegar al ascensor e ir a la salida del edificio.
 
Puse la maleta en el maletero del vehículo y luego me subí rápidamente al asiento de atrás, por alguna razón desde pequeño, desarrolle una animadversión a sentarme en el de el copiloto; no se quizá era demasiado desconfiado.
El taxista sin tardar, pisó el acelerador y al cabo de una media hora me condujo hasta el aeropuerto,  debía hacer escala en Londres y de ahí directo a Liverpool.
 
Esperé unos minutos en la fila para poder dar mi pasaporte en la taquilla y registrarme para que lo sellaran, pasé mi equipaje por el puesto de controlo y al cabo de treinta y cinco minutos más, se escucho la voz de una mujer que anunciaba la salida de mi número de vuelo y tanto yo, como otras personas, empezamos a dirigirnos hacia la puerta de abordaje.

Creo que me sentía completamente  paranoico a esas alturas, miraba a todos lados y sentía sobre mi espalda la presencia de alguien que estaba asechándome, creí que de un momento a otro alguien me atraparía mientras estuviera distraído… Di una última mirada a mi alrededor y solté un suspiro al no encontrar nada extraño,  todo eran imaginaciones mías he de suponer.
 
—Calmate Louis, Ellos no están acá, no vendrán por ti —Dije en voz baja en un intento de calmar mi ansiedad y tranquilizar mis nervios.
 
Una vez ya en el avión, sentado en mi lugar correspondiente, respiré una gran bocanada de aire y luego la exhalé.

Konapus, Entre rejas (Ziam Palik) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora