»» Un Demonio Te Necesita «« ••• (Nam Y Tu)•••

•••Aquella sensación •••

Ese día transcurrió normal hasta que mientras leía en la sala Nam me hablo y fui a la cocina para encontrarme con Jimin y Nam sentados en la barra.
-¡T/N! -dijo Jimin poniéndose de pie y dirigiéndose hacia mi -
-Hola, Jimin... -dije sonriendo y correspondiendo un abrazo -
-¿Como estas?
-Bien, ¿Y tu?
-Igual, la ultima vez vine muy inesperado.
-Si... -dije recordando su ultima aparición aquí -
-Oye T/N, -dijo algo avergonzado -
-¿Si?.
-Si no te molesta me harías de esa deliciosa agua de frutas.
-Claro -reí - les prepararé -dije mirando a Nam y darle una sonrisa -
-¡Muchas gracias! -dijo -
-No hay de que.
Me puse a preparar el agua, no era complicado así que no llevaría mucho tiempo.
-¿Entonces eso era lo que tenia Jackson? -dijo Jimin mientras yo inevitablemente escuchaba mientras preparaba el agua de Jimin - quien lo diría.
-Lo se -dijo Nam - lo juzgue demasiado mal después de lo de Lucy.
-Vamos no te culpo, a mi también me asusto su actitud y me distancie de el.
-Si... Me hubiera gustado entenderlo antes.
-Igual, quien diría que T/N lo descubría tan fácilmente -dijo dirigiéndose a mi - ¿No, T/N?
-Todos esconden algo -dije mientras ya servía el vaso de agua para Jimin y Nam - el tenia mucho oculto que ya no era muy difícil de encontrar.
-Wow... -dijo Jimin -
-Aquí estan... -dije dándole sus vasos -
-Gracias -dijeron al mismo tiempo -
-Espero les guste.
-Nuevamente deliciosa -dijo Nam -
-Entonces si es lo único que me sale bien...
-Nuevamente no lo creo.
Mire a Nam y le sonreí, me estaba empezando a gustar ver aquellos ojos carmesí con un brillo particular, incluso pensaba en evitarlos para no perderme en ellos.
-Bueno... -dije volviendo en si - ¿que tienes para contarme Jimin?
-Nada realmente T/N, he estado trabajando y viendo como el mundo avanza.
-Ya veo... ¿Jimin?
-Si
-¿Puedo hablar con tigo? cuando puedas claro...
Nam alzo la mirada algo sorprendido por mis palabras, y Jimin me miro de la misma manera, pero asintió más rápido a mi pregunta con una sonrisa.
-Bueno chicos me iré a buscar a Mauret no lo he visto en todo el día.
-Si esta bien -dijo Jimin -
-Creo haberlo visto en la biblioteca recostado -dijo Nam sonriendo -
-Gracias Nam, veré si esta ahí -salí de la cocina -
Fui a la biblioteca mientras llamaba al pequeño gato, lo vi recostado en el sofá mirándome,
-¿Donde has estado?, eres muy resbaladizo.
Cargue al gato y al voltear Jimin estaba tras de mi sonriendo.
-Jimin, tengo que hablar con tigo.
-Claro, que sucede.
-Mmm -baje al gato - no te conozco mucho, pero siento que te puedo confiar esto.
-Claro, ¿que es?
-Es sobre Nam...
-¿Que sucede con el?
-Tu dijiste que yo aún no me daba cuenta de algo... Me gustaría saber que era, últimamente algo ha estado rondando mi mente.
Jimin sonrió como cuando la gente esconde un secreto.
-Dejare que lo descubras sola...
-Ya veo, bueno no perdía nada preguntándote,
-Si...
-Mira te diré que tienes que seguir lo que sientes...
-¿Y si siento que el me gusta?
-Pues descubrelo -dijo con una amplia sonrisa -
-¿Estará bien?
-No pierdes nada ¿o si?
-Pues no.
-Bueno, adelante. Y puedes hablar con migo cuando quieras.
-Gracias Jimin... Me gusta hablar con tigo.
-A mi igual me di cuenta que eres perfecta para el.
-No creó.
-En definitiva aún no entiendes -dijo rendido - bueno ya me iré así que nos veremos luego iré a despedirme de Nam.
-Si, hasta luego...
Salí de la biblioteca y fui a mi habitación abrí la ventana y me senté en el marco para ver hacia el exterior, recordé que el campo ya no estaba y mire mi pecho, la marca aún estaba ahí, ¿Tendría otro objetivo?, ¿o se quedaría para siempre?, dure horas pensando, pero no en cualquier cosa como antes. Estaba pensando en el, realmente me empezaba a gustar o no sabia si lo decía por no tener opción, hasta en mis pensamientos amarlo por no tener otra opción sonaba mal y me daba bofetadas mentales, Así que no archivaría nada.
Cuando decidí acostarme a dormir cerré la ventana y me recoste mientras veía el saco de Nam colgado en el perchero de la puerta y me quede dormida.
Al día siguiente me desperté con un dolor de cabeza demasiado intenso que decidí quedarme recostada aun más. Pero incluso el dolor no dejaba volver a dormirme.
Me puse de pie y pesadamente me dirigí a la cocina y me prepare un te de manzanilla mientras me sentaba en la barra de la cocina. Nam entro e inmediatamente me observo sabiendo que algo no estaba bien.
-T/N ¿Te sientes bien?.
-Mmm, solo me duele la cabeza un poco -dije pesadamente - nada grave.
-Espera -se acerco - voy a... -dijo señalando que pondría su mano en la frente - se que no puedo decir mucho pero tienes fiebre T/N y mucha, estoy seguro que no es tu temperatura normal.
-No es nada, un resfriado supongo.
-No si es algo, te ves demasiado agotada. Vamos te llevare a recostarse nuevamente.
Fuimos a mi recamara y me recoste, Nam se sentó a un lado de mi y me observo preocupado.
-No es la primera vez que me enfermo.
-Pero aquí con migo si, y no se que hacer.
-No te apures.
-T/N, no me digas que no me apure que así me preocupo más...
-Esta bien, no diré nada -dije sonriendo -
-¿Ncesitas algo?
-No... Tal vez solo descansar.
-Bueno te dejare, pero hablame si te s aún más mal.
-Si Nam... Gracias.
Salio de la habitación y cerré los ojos quedando dormida...
-T/N... T/N -desperté con la voz de Nam y su mano sobre mi hombro - T/N...
-¿Que sucede?.
-Estabas hablando dormida, supuse que estaba teniendo alucinaciones por la fiebre, y traje a un doctor.
Cuando dijo eso mire tras de el y estaba puesto de pie un señor observandome.
-Por favor deja te revisa. -dijo Nam -
-Esta bien... -dije resignada a lo mal que me sentía -
Me senté en la cama lentamente por el dolor de cabeza que aun tenia, Nam camino hacia el otro lado de la cama y el doctor se acercó para empezar a revisarme.
-¿Cuantos años tienes T/N? -dijo el doctor -
-Tengo 20...
-Ya veo... ¿Algún cambio de clima repentino?
-No... Espere, ayer en la mañana, estaba afuera y entre a darme un baño.
-Entonces, he encontrado la razón -dijo sonriendo respetuoso - bueno pequeña, es un resfriado solamente.
-Ya veo... -mire a Nam - te lo dije.
-De igual era mejor revisar -dijo sonriendo al doctor - ¿o no Dr. Park?
-Claro, T/N si no te hubiera atendido a tiempo hubieras pescado algo más grave que un resfriado.
-Ya veo... Gracias Dr.
-No hay de que -dijo mientras escribía una receta - ten... Aquí vienen las instrucciones para cada medicamento -dejo 2 cajas en el buró de un lado de mi cama - aquí los dejare, te recomiendo que los tomes en una hora cerrada.
-Claro Dr.
-Bueno entonces concluyo...
-Lo acompaño -dijo Nam caminando tras el- ahora vuelvo -dijo mirándome a mi -
-Espero mejore rápido Srta. T/N.
Ambos salieron de la habitación, tome la receta y la leí para saber cuando tomaría cada una. Cuando leía Nam entro.
-Volví, espero y no te molestara que haya traído al doctor.
-Claro que no...
-Que bien, entre en pánico cuando vi como estabas.
-Perdón te preocupe
-No te apures...
-¿llevas mucho de conocer a el doctor?
-Mmmm, pues los años que lleva de vida, literal... El es importante para mi, de hecho el es como un segundo padre.
-¿Enserio?...
-Si, por eso supe que el seria perfecto para venir a verte.
-Es muy amable.
-Si...
-Entonces sabe de lo que eres ¿verdad?
-Si, el conoció a mi padre.
-Bueno, gracias enserio, iré a tomar mi pastilla.
Tome las cajas de los medicamentos y me puse de pie, mala idea, me sentí mareada pues me había parado demasiado rápido y aún tenia aquel dolor de cabeza, hiba a caer cuando sentí unos brazos en mis hombros, Voltee y Nam me sostenía con algo de preocupación en su rostro, lo mire y estaba apunto de perderme en sus ojos nuevamente pero lo evite.
-Cuidado, no trates de moverte tan rápido.
-Si, aún estoy mareada, gracias -dije mirándolo -
-Te acompaño, ven
Salimos de mi habitación lentamente, el aun me tomaba de los hombros suavemente hasta que me senté.
-Te daré agua, espera.
-Si...
El me llevó el baso con agua y observo como tomaba mis medicamentos, cuando termine puse mis manos en mi cíen, esperando que el dolor se calmara.
-Espero y no tardes en mejorar.
-Yo igual, llevaba mucho que no me enfermaba.
Levante la mirada y me encontré de frente con un Nam perdido en algún pensamiento.
-¿Sucede algo?...
-Nada -dijo mirándome atento - solo pensaba en cosas sin importancia.
-Ya veo -sonreí -
•••
Como era posible que aun estando enferma se viera tan linda, hacia que se viera más frágil de lo que para mi ya lo era, me estaba perdiendo en sus ojos cuando decidí mejor desviar la mirada. Ella fue a su habitación a descansar y yo me quede en la cocina.
Habían pasado 2 días de su resfriado y estaba mejorando más rápido de lo que yo esperaba, en esos días hiba cada cierto tiempo y le preguntaba como seguía y si necesitaba algo.
Me dirigí y toque la puerta escuchando esa particular voz dándome el permiso de pasar a la habitación, llevaba en mis manos la pequeña caja.
-¿Que sucede Nam?
-solo quería ver si necesitaba algo.
-No, estoy bien gracias Nam -me sonrió amablemente -
-Esta bien...
Sostuve con fuerza la caja que llevaba en mis manos pero no me atrevía a entregarla en sus manos, verla era una tortura por el hecho de no poder abrazarla siquiera. Aproveche que T/N volteo a la ventana y hice lo mejor que se me ocurrió, deje la caja en el buró cerca del libro que estaba leyendo.
•••
Cuando Nam salio de mi habitación voltee, los días que había estado enferma el había sido atento con migo, demasiado de hecho, estaba haciendo difícil para mi saber que era esa sensación de calidez que creaba en mi.
Me dirigí al baño y me di una ducha, salí con la toalla rodeando mi cuerpo y me quede observando mi reflejo en el espejo, suspire y trate de mantener mi orden, mientras me duchaba había hecho ya mi conclusión, en definitiva Nam me estaba empezando a gustar.
Me vestí y seque mi cabello, mientras lo hacia note algo en el pequeño buró cerca de mi cama, era una caja azul platinado con un moño gris, la tome y observe varios minutos tratando de entender como había llegado ahí, jale del pequeño listón dejándolo cuidadosamente en el buró, quite la tapa y me dejo ver un collar, era simplemente hermoso era una cadena de plata oscura con un hermoso arreglo en forma de rosa de color carmesí, el carmesí, igual que aquellos ojos que me estaban llevando a la perdición en cada decisión.
El collar quedaba justo con el vestido que había decidido ponerme, era un conjunto informal pero lindo. Guarde el collar en la caja y salí con ella en la mano teniendo un plan en mente, llegue a la sala y suspire.
-Nam,
Sentí la brisa y no pude evitar sonreír sabiendo a quien encontraría.
-¿Que sucede?
-¿Fuiste tu? - dije mostrando la pequeña caja -
-Emmm... Si, -pude notar como actuaba apenado como cualquier chico - ¿Te gusto?...
-Es bellísimo Nam -dije sacándolo de su caja -
Indecisa me acerque lentamente a el y cuando estuve lo suficientemente cerca tome su mano poniendo el collar en ella.
-Pensé que podrías ponermelo tu.
Mire a Nam y le Sonreí antes de darle la espalda y quitar el cabello de mi cuello, Nam puso el collar frente a mi y lo puso con cuidado mientras yo volvía a poner mi cabello en su lugar y volteaba para quedar frente a el.
-Gracias Nam...
-No agradezcas.
-Es enserio es hermoso, el color me recuerda... -dije deteniendome ante lo que diría - en serio gracias.
Estaba tan cerca que nuevamente me encontraba con esos ojos, pero ya no me resistiría, esta vez dejaría que me perdiera en esos ojos para así concluir mis sentimientos, Nam hacía lo mismo, me miraba tranquilo y poco a poco se empezó a acercar a mi. tomo mis mejilla y sentí una calidez inexplicable ante aquel rose de piel de ambas manos, cerré los ojos y sentí la presión de sus labios en los mios... Mi respiración se empezó a agitar, estaba realmente perdida en tal acto... Nam se separó de mi y me miro para pocos segundos después reaccionar.
-Yo... Lo siento no debí... -dijo soltando mi rostro y alejándose -
-Nam...
El desapareció y yo me senté aún confundida y llena de aquella calidez tomando la boca de mi estomago donde se había quedado tal nudo, puse mi mano en los labios y recordé como se habían sentido con los labios de Nam, me puse de pie rápido y fui a mi habitación para así encerrarme y quedar en la esquina de la cama repitiendo aquella escena mil veces.