La niebla sangrieta

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13 de febrero

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13 de febrero.
11:25 pm

En mitad de mi primera guardia.
De camino al país de las olas.

Técnicamente, es mi turno de guardia, pero Sasuke aún continua despierto. Es como si creyera que no estoy lo suficientemente capacitada ni para hacer una simple guardia nocturna. No se fía de mí, pero al menos el sentimiento es mutuo. Naruto tampoco puede dormir y lleva casi 15 minutos dando vueltas dentro del saco de dormir, intentando pegar ojo. Está asustado y ¿cómo no estarlo? Esto no es una misión C, sino una que puede ser calificada tipo B o incluso A luego del ataque.


Ayer en la tarde, justo después de alejarnos unas millas de Konoha, fuimos emboscados por dos shinobis de otra aldea.

. . .

El comienzo de nuestro camino estuvo bastante entretenido, pues Naruto no paraba de pelearse con Tazuna (el constructor) quien también replicaba cada uno de los comentarios del chico. Es un verdadero personaje, este hombre, y en principio hizo nuestra travesía mucho más interesante.

Kakashi, quien iba encabezando la marcha, se detuvo repentinamente junto a un pequeño charco de agua. Lo observó por un segundo y luego continuó su camino a unos pasos de nosotros.

—Y entonces ¿existen Hokages en las otras Villas? —preguntaba Naruto. Kakashi acababa de explicarme los diferentes niveles de los shinobis en las otras aldeas ninjas que había visitado.

El momento de tranquilidad, sin embargo, se vio opacado por el sonido metálico de unas cadenas corriendo en un engranaje, lo que interrumpió las palabras del muchacho. Miré hacia atrás buscando el lugar del que provenía el ruido y me encontré a dos personajes siniestros y enmascarados, cubiertos por completo en ropajes negros. Ambos tenían lo que parecía ser una garra de hierro en sola una de sus manos. De la garra salía una cadena que los conectaba. Llevaban máscaras antigás y, por la banda que cubría la mitad de sus rostros, supe que se trataban de ninjas de la Aldea Oculta de la Niebla.

En un movimiento rápido, los shinobis rodearon a Kakashi entre aquellas pesadas cadenas de metal sin que este pudiera contraatacar siquiera, haciendo que del jounin solo quedara un cadáver mutilado en el suelo en cuestiones de segundos. Fue un espectáculo repugnante que me hizo ahogar un grito entre mis manos. La conmoción que sentí al presenciar la muerte de Kakashi me impidió moverme, incluso cuando vi que uno de aquellos dos shinobis enmascarados se dirigía a Naruto, mientras el otro corría hacia Tazuna.

Aun si mi cuerpo no era capaz de moverse por sí mismo, mi mente sabía que tenía que proteger a Tazuna aunque me costara la vida. Kakashi lo había hecho y ese era el verdadero deber de un shinobi. Corrí hasta donde el hombre se encontraba y comencé a hacer una posición de manos, adoptando una postura defensiva para proteger al constructor. No había mucho más que pudiera hacer.

—¡Quédese detrás de mí! —le grité lista para aplicar un jutsu que nos sacara de aquel lugar, pero antes de que comenzara con la sesión de sellos, Sasuke, en un salto, atascó la cadena que había acabado con la vida de Kakashi a un árbol utilizando un kunai y una shuriken. En un movimiento que se escapó de mis ojos, Sasuke obstruyó el paso de los shinobis enemigos hacia mí y Tazuna.  Lo único que podía ver era el símbolo Uchiha en la espalda del chico.

El ninja hostil rodeó el cuerpo de Sasuke sin que este terminara de hacer la sucesión de sellos necesarios para un justu de tipo fuego; pero antes de que el ninja de la niebla atrapara a mi compañero, un brazo rodeó su cuello a punto de estrangularlo y lo apartó del pelinegro.

—Siento mucho la demora, chicos —habló el que había detenido al ninja.

Al ver el rostro de nuestro salvador, el desconcierto me invadió por un momento. Era Kakashi pero, ¿acaso el jounin no había muerto? Había visto cómo su cuerpo desmembrado había caído en el suelo. Creo que nunca olvidaré esa imagen, pero al intentar buscar el cadáver del hombre, solo encontré un tronco hecho añicos.

—Utilizó la técnica de reemplazamiento. Que engreído —murmuró Sasuke quien, aunque parecía molesto, estaba tan impresionado como el resto de nosotros.

—¡Kakashi... usted...! —divagó Naruto que no se había movido desde que aquellos shinobis aparecieron frente a nosotros por primera vez.

—Siento no haberte ayudado antes, Naruto, pero no pensé que te fueras a quedar parado sin hacer nada. Sasuke, Sakura —se dirigió a nosotros—, buen trabajo, y Tazuna; tenemos que hablar —dijo dirigiéndose al viejo con el tono grave que lo caracterizaba cuando estaba molesto—. Si hubiera querido, estos shinobis habrían muerto en el momento, pero necesitaba saber detrás de quién estaban los chunins.

—No es tan difícil de suponer: estaban tras el constructor. ¿Por qué esconderse en vez de proteger al cliente? —hablé, pues no habían muchas opciones. Ningún chunin tendría porqué conocernos a Sasuke, Naruto o a mí, pues éramos simples genins recién graduados.

—Esa no fue mi primera suposición, Sakura, debo admitirlo, por lo que adopté un plan B para descubrirlo. Primero pensé que iban detrás de Naruto. Al ver que solo lo ignoraron, supuse que estaban detrás de Sasuke, pero solo pelearon contra el chico porque este se les interpuso en el camino. Por lo que nos deja al señor Tazuna como el objetivo principal —explicó Kakashi.

—¿Por qué unos chunins de otra aldea tendrían interés en Sasuke o en Naruto, si ellos nunca han dejado Konoha y solo son genins recién graduados? —pregunté sin lograr comprender el razonamiento del muchacho. Kakashi solo me puso la mano en la cabeza y regó mi cabellera en señal de afecto.

—Eres demasiado inteligente, Saku —rió el sensei debajo de la máscara y Sasuke entrecerró los ojos al verlo hacer aquel gesto—. Digamos que Naruto tiene un apellido que perteneció a un clan con habilidades sorprendentes, y Sasuke... tiene a un conocido con muchos enemigos, aparte de ser el heredero del clan más temido por todas las aldeas ninjas —habló el hombre.

—Pero tú tienes razón, jounin —interrumpió Tazuna—. Ellos estaban tras de mí.

—Entonces ¿por qué mentiste? Esta es una misión de, al menos, rango B. Esto puede traer ciertas complicaciones.

—Mi pueblo es pobre. No podemos pagar el costo de una misión de rango B —se excusó el viejo guardando la botella de sake que siempre cargaba con él.

Kakashi escuchó sus razones y luego de considerar sus palabras, aceptó continuar con la misión, aunque los cuatro sabíamos que teníamos que elevar nuestros esfuerzos al ciento veinte por ciento si queríamos sobrevivir. Teníamos a varios shinobis detrás de nosotros y nuestra experiencia era muy limitada.

Pasado mañana llegaremos al País de las Olas. Kakashi está seguro de que allí nos estarán esperando los más peligroso shinobis y mercenarios. Yo estoy completamente convencida de que nada de lo que hagamos podrá detener la carnicería.

 Yo estoy completamente convencida de que nada de lo que hagamos podrá detener la carnicería

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RENACER [✔️] (Primer Libro de la Trilogía Renacer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora