RENACER [✔️] (Primer Libro de la Trilogía Renacer)

El resultado chunin

6 de septiembre.
6:48 pm.

En mi casa.

Tsunade fue anunciada oficialmente como la Quinta Hokage de Konoha dos días después de su llegada a la Aldea. Por el alarmante estado en el que se encontraba el pueblo después de la pelea contra Orochimaru y sus esbirros, no hubo festividades en el anuncio y la proclamación fue más bien discreta.

Decidida a reconstruir Konoha y devolverla a su gloria antigua, la mujer activó a todos los ninjas que, por alguna u otra razón, se encontraban fuera de misiones e incluso a los genins recién graduados les daba tareas de peso en la comunidad para poder recaudar los fondos necesarios en la restauración y continuar activos frente a las otras Aldeas Shinobis que no podían pensar que estábamos vencidos.

Su estrategia era clara y estaba muy bien pensada. Su ejecución también era bastante coherente con su forma de ser y se ajustaba a la perfección a las necesidades de la Aldea. La gente de Konoha amaba y respetaba a Tsunade y todos se dirigían a ella con una reverencia humilde, incluso los más viejos y orgullosos miembros de algunos clanes, como el Hyuga, le rendían homenaje a la mujer.

—¡Sakura, llegó una notificación para ti de la Quinta Hokage! —me avisó mi madre emocionada entrando en mi habitación la misma tarde que Tsunade había sido proclamada oficialmente.

—¿Qué dice? —pregunté un poco temerosa.

Después de todo, yo le había faltado el respeto a la mujer mientras ella intentaba ayudar a un amigo.

—Debes estar en la oficina del Hokage a las 3:00 pm —leyó mi madre.

—¿Y no dice más nada? —pregunté nuevamente. Estaba tan nerviosa como ansiosa por saber el por qué de aquella citación.

—No. Nada —me habló—. Pero debes estar presentable frente a Tsunade-sama, así que plancharé tu vestido de…

—No, mamá —negué en seguida—. Iré con la ropa que regularmente uso —me excusé rápidamente.

No quería ir toda arreglada si de seguro iba a recibir una mala noticia. Tenía un muy mal presentimiento ese día.

Al llegar a la oficina de Tsunade a la hora pactada, pude ver que Shikamaru también esperaba para encontrarse con la Hokage.

—¿Qué haces aquí? —me preguntó el chico sorprendido. Tenía una citación justo como la mía en su mano.

—No sé muy bien, y creo que tú tampoco —le hablé enseñándole el sobre que había llegado a mi casa.