Senju

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5 de septiembre

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5 de septiembre.
9:03 pm.

En la Casa del Té, bajo mi apartamento…


Esta semana todo se ha ido desmoronado justo entre mis manos. Mi futuro, mi esperanza de ser una respetada kunoichi, mis amigos, mi equipo…

Todo se ha esfumado y no hay nada que pueda hacer para borrar los errores.

. . .

El principio del fin comenzó el lunes de esta semana. Yo había ido al hospital a visitar a Rock Lee, como todos los días lo hacía. A Sasuke no lo había visto desde nuestra discusión; en esa donde me pidió que me alejara de él para bien. Para su fortuna o su desgracia, yo era una muy buena oyente y, tomando sus palabras muy en serio, pasé casi que dos semanas completas sin saber de él.

Mientras caminaba por el hospital hacia la habitación de Lee, el tumulto de enfermeras y doctores en los pasillos se acrecentaba, haciendo que fuera casi imposible para mí llegar a la puerta donde esperaba el chico.

—¿Qué sucede aquí hoy? —le pregunté a una de las enfermeras que esperaban en la puerta— ¿Hay algo mal con Rock Lee?

—No, mi niña. No te preocupes. Tu amigo está bien —me calmó la mujer al ver mi conmoción—. Lee no puede estar en mejores manos —sentenció.

Sus palabras me dieron curiosidad y, abriéndome paso entre la multitud, logré asomar mi cabeza a la habitación. Pude ver entonces a cinco personas reunidas junto a la cama del chico. El reconocido sannin de larga cabellera blanca y el chico de azulísimos ojos llenos de esperanza salieron a recibirme tan pronto como vieron mi rostro traspasando el umbral de la puerta.

—Hola, Sakura —me saludó cordialmente Jiraya al verme.

—Hola, Jiraya-sama —respondí haciéndole una pequeña reverencia.

—¡Sakura! —exclamó el joven del cabello rubio abalanzándose sobre mí cuando escuchó mi voz.

—¡Naruto! —respondí a sus saludo con la misma intensidad y cariño— Qué bueno que regresaste —le dije correspondiéndole con un cálido abrazo. Necesitaba el roce de un amigo para sentir nuevamente la tranquilidad luego de todo lo acontecido—. Nos hiciste mucha falta por aquí.

—No creerás todo que me ha sucedido —me confesó el muchacho, quien parecía aliviado de volver a la aldea—. No pasé a verte porque acabamos de llegar —me dijo apuntando hacia sus bultos aún intactos.

Efectivamente, la mochila del chico y la de su maestro, esperaban en una esquina de la habitación.

—Si ya terminaron, me gustaría hablar con mi paciente —refunfuñó una mujer de cabellera rubia y larga que esperaba de pie junto a la cama de Rock Lee, acompañada de Gai y otra chica de cabello negro corto.

RENACER [✔️] (Primer Libro de la Trilogía Renacer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora