RENACER [✔️] (Primer Libro de la Trilogía Renacer)

El shinobi del genjutsu eterno

7 de agosto.
8:19 pm

En el hospital... otra vez.

Últimamente he pasado más tiempo entre estas cuatro paredes que en propia mi casa. Esta vez, sin embargo, no he sufrido ninguna herida, sino que Sasuke es el que está en el más delicado de los estados. Desde ayer el chico se niega a hablar con todos los que estamos junto a él y la realidad es que no comprendo del todo su aislamiento, pero no culpo su actuar. Si fuera yo en su lugar, no creo saber cómo manejar la situación por la que él está pasando

Nunca creí que ver nuevamente a su hermano le hiciera tanto daño. Sí, así es. El hermano mayor de Sasuke; ese que exterminó a todo su clan y únicamente perdonó la vida del pequeño Sasuke, volvió a Konoha.

. . .

Ayer fue un día como cualquier otro. Nada especial se suponía que debía suceder. Solo Naruto y Jiraya se iban del pueblo en su búsqueda de la posible Quinta Hokage, la renombrada nieta del Primero, así que me desperté temprano para ir a despedir al chico.

Eran cerca de las diez de la mañana cuando salí de mi casa. Mi madre había preparado unas botanas para que se las diera a Naruto, pues ella le había tomado especial cariño al huérfano, tanto así que lo veía como otro hijo más.

—Asegúrate de darle esto para que lo lleve con él —me habló mi madre dándome la bolsa con la comida—. Y llévale esto al otro chico... al Uchiha —agregó, entregándome otra preparada de la misma forma para Sasuke. Él también estaba solo y nadie le tenía mucho apego por su personalidad arisca.

Asintiendo a su pedido, caminé hasta la salida de Konoha. Allí esperaban Kakashi, Gai, Hinata, Kurenai y su esposo, Asuma. Los cinco, al igual que yo misma, querían despedirse del sannin y del chico Uzumaki, pero el viejo de cabello blanco y estatura colosal, aún no había llegado.

—Sakura —me sonrió la chica del byakugan en los ojos- Pensé que no te iba a dar tiempo a llegar —me dijo.

—¡Ya estoy aquí! —grité corriendo para alcanzarlos. El rubio me dio un cálido abrazo al verme—. Mi madre te manda esto. Dice que no te los comas todos juntos —le aclaré tal y como me lo había pedido mi mamá.

—Pero es que son muy pocos —dijo el chico abriendo la bolsa y contando los bocadillo—. ¿Por qué no me das la otra bolsa? ¿Esos no son para mí? —apuntó hacia la otra que tenía en mi mano.

—No, lo siento. Estos son para...

—Deben ser para mí —habló una voz detrás de mí que en seguida reconocí como la de Sasuke Uchiha—. La señora Haruno me prometió unas botanas de cerdo hace ya algún tiempo —me dijo tomándola.