Fué un verano, en los primeros días de clases cuando ella pudo conocerle. Sus miradas conectaron al instante y supo desde ese momento que estaban destinados, que debían estar juntos. Hitomi a sus cortos dieciseis años creía que el amor a primera vista, y el amor en general eran manipulados por el destino, un destino sabio que daba a las personas lo que merecían, y ella siempre había sido una buena chica.
Los primeros meses fueron amigos, inseparables y con plena confianza en el otro, después de un año ambos confesaron sus sentimientos, comenzaron su noviazgo y tras salir de la universidad, se casaron en una ceremonía pequeña, intima pero perfecta a la vista de ambos. Hajime la amaba y ella lo sabía, Hitomi lo amaba y él lo sabía...
El cristal rompiendose contra el suelo la hizo asustarse y despertar de su sueño, vió la copa de vino rota, con el mismo licor derramado. Suspiró y viendo la hora, supuso que su esposo estaría ocupado una vez más con esas falsas reuniones. Por más que intentaba pensar, no sabía que estaba fallando en ella, que hacía mal para que su amado esposo se fijara en otra mujer. ¿Tal vez su cuerpo cambió con los años? ¿La rutina lo había cansado?
Los cristales manchados de vino tinto simulaban su corazón en ese instante, roto, con aroma a alcohol, imposible de arreglar.
Tras tirar los vidrios a la basura y limpiar la mancha del piso, fué a su cama y se recostó, extrañando el cuerpo cálido que solía acompañarla durante las noches. Se abrazó a una almohada e intentó dormir con el aroma de su Hajime que poco a poco comenzaba a irse, junto a él.
La noche pasó y a la mañana siguiente Hitomi pudo sentir el dulce aroma a desayuno americano que Hajime solía hacer en su epoca de noviazgo. Emocionada se levantó y fue a la cocina para verle y notar los rasguños en su espalda desnuda y algunos chupetones, ya no se molestaba en ocultarlos y le dolía.
-Buenos días... -Su voz grave y seria resonó en los oidos de la mujer, provocando que su piel se erizara como la primera vez que lo escuchó. -Hitomi, debemos hablar...
Sabía que en algún momento sucedería y ella no se sentía preparada, tomó asiento y vió como el hombre de tez morena le servía su desayuno, probablemente el ultimo.
Tras varias horas de conversación, de lagrimas y acuerdos, Hitomi comprendió que tal vez lo mejor sería avanzar por separado. Aun no estaba del todo lista para que Hajime la dejara, tal vez nunca lo estaría pero era lo mejor, para los dos y el cariño que aun se tenían.
-Siempre serás el amor de mi vida, Hajime... aun que otra mujer sea la dueña de tu corazón ahora... -Dijo Hitomi, notando el pequeño semblante incomodo que reflejaba Hajime ¿Por que? ¿Acaso le incomodaba que hablara con el sobre su amante?
-Tu eres una persona muy importante para mi, mi primer amor. -Dijo Hajime viendola con cierto cariño en sus ojos, nada más que cariño. -Te hice daño y lo lamento, debí decirte la verdad desde el inicio. No mereces que te hagan daño Hitomi.
La mujer se quedó en silencio y acabo por darle un largo abrazo a su aun esposo, sollozando en su pecho. No sería facil para ella separarse aun que comprendiera lo que sucedía, después de todo lo amaba aun, y lo amaría bastante tiempo más...
ESTÁS LEYENDO
"Puedo ser..."
FanfictieOikawa Tooru puede ser lo que Iwaizumi Hajime necesite en ese momento, un amigo, un amante e incluso, un empleado más. Ambos sabían lo que una relación de oficina significaba, y no tenían problema con aquello. Al menos hasta ahora. •FINALIZADA• [His...