Un funeral

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Tras la respuesta, la mujer comenzó a reir, no podía creerlo, no podía ser cierto ¿Hajime la estaba engañando con un hombre? ¿Hajime era un homosexual?
¿Cuanto tiempo se lo había ocultado?

-No puedo creerlo... yo sé bien que mi esposo no tiene esos gustos... -Dijo con su ceño fruncido, notando la sonrisa burlona del contrario.

-¿Está segura? Yo se bien que él si prefiere esto... -Respondió mirandola como si fuera inferior, como si ella no fuera competencia.

Hitomi se molestó ante su actitud mientras la mirada chocolate reflejaba el rencor que le tenía. Se acercó un poco más y llevó sus manos a su propio pecho, a su corazón herido por la traición de su esposo.

-Eso no es importante, no me interesa si eres un hombre o una mujer... me interesa saber por qué... ¿Por qué Hajime? ¿Por qué mi familia...? -Su voz comenzó a quebrarse como un cristal cayendo al suelo. Le costaba mantener la compostura en esa situación, a pesar de ser una mujer bastante centrada. -Maldita sea, hay tantos tipos solteros y tu vas tras el que está casado, vas tras el hombre que he amado toda mi vida... ¿Te sientes feliz? ¿Estas orgulloso por destruir un matrimonio de años?

Tooru iba a responderle una vez más a la defensiva, él podía involucrarse con quien quisiera, estaba soltero después de todo y no debía explicaciones a nadie. Esa respuesta quedó en su garganta cuando la mujer comenzó a llorar, dejando salir todo el dolor que había ocultado esos días, verla destruida y derrotada afectó a Oikawa, tomandole el peso a las palabras de ella y encontrandole razón, él se metió en medio de una relación, él sabía que lo que hacían estaba mal y no lo frenó, ni quiso hacerlo.

Su amor con el moreno acabó con un matrimonio de años, un corazón destrozado y él mismo  hospitalizado...

-Se que no depende de nadie de quien enamorarse pero somos adultos, Oikawa. Los adultos debemos ser más razonables... -Ella limpió sus lagrimas y suspiró, intentando calmarse. -Ya se acabó, me iré para no molestarlos más, me da asco pensar en lo que hacen... en lo que son capaces de hacer por "amor". Solo dile a Hajime que no me busque más, por favor, le enviaré los papeles firmados con mi abogado.

Dicho esto salió de la habitación y caminando por los pasillos llamó a su hogar, al telefono fijo. Cuando la voz cansada del hombre que la engañó se escuchó al otro lado, se limitó a darle los datos del chico y el número de habitación. Colgó la llamada y dejo el telefono en recepción diciendo a quien le pertenecía, que pronto su dueño vendría por el.

Salió del recinto y se subió a su vehiculo, lo encendió y partió sin un destino claro.
Se sentía como un funeral, donde estaban siendo velados los restos del amor que sentía por Hajime, los buenos recuerdos y su futuro con él.

Bajo tierra se quedaba el cadaver de lo que fué su "gran amor".

"Puedo ser..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora