El amante

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Las calles a esa hora estaban vacías y eso le ayudó a llegar más rápido a su destino, estacionando medianamente bien el auto y saliendo rapidamente de este, entrando al establecimiento y buscando la recepción, luego recordó que no sabía nada de aquella mujer, y cuando pensó que lo mejor era llamar a Hajime, una enfermera se acercó a ella con una sonrisa amigable, esperando ayudarla.

-Necesito ver a una persona pero... no sé sus datos. -Fué sincera y ese error le impidió la ayuda de la mujer.

-Lo siento, sin lo datos no puedo ayudarle. -Respondió sin borrar su sonrisa, aun que ahora se le agregaba un semblante triste.

Frustrada, Hitomi asintió y se acercó a un asiento vacío de la sala de espera, pensando que hacer para encontrarla, fué cuando el telefono de su esposo comenzó a vibrar, había olvidado que lo traía con ella. Vió el numero desconocido y contestó.

-I-Iwaizumi-san... -Era la voz del joven que le avisó del accidente, rapidamente se levantó y buscó con la mirada a alguien que hablara por telefono. -Iwaizumi-san ¿Me escucha? -Otra voz, otra persona estaba hablando, más calmada y seria. -Estamos esperandole para no dejar solos a Oikawa-san ni a Hanamaki-san... ¿Sigue ahí?

Hitomi dió con ambos jovenes, uno de cabellos alborotados de dos tonos de color distintos, alto y fuerte, mientras que el chico a su lado tenía su cabello negro y un semblante sereno a pesar de la situación. Se acercó a ellos y estando frente a frente colgó el telefono.

-Hajime estaba ocupado. -respondió ella con una sonrisa ligera, Bokuto la observó confundido ¿Era ella con la persona que hablaron? -¿Son dos personas las que atacaron?

-Si, fué a solo cuadras del gimnasio donde asisten y donde trabajo... -Respondió Bokuto, aun confundido. Aquella mujer no se veía afectada ni en lo más minimo y aun así estaba alli. -Hablé con la policía y están buscando a los atacantes. Hanamaki-san y Oikawa-san están en las habitaciones 320A y 320B, una frente a otra, por si quiere verlos...

Hitomi asintió y sin decir más comenzó a avanzar, aun que antes de ir más lejos se giró y volteó a ver a ambos jovenes.

-No me presenté, soy Iwaizumi Hitomi, esposa de Hajime. -Dijo mostrando su anillo de bodas y dejando a ambos sorprendidos, sobretodo al joven más afectado por lo ocurrido.

Ambos se quedaron en silencio mientras la mujer se perdía entre los pasillos.

-Creo que es mejor volver a casa, Bokuto-san. -Akaashi se levantó y tomo la mano del mayor para que hiciera lo mismo, ambos de pié se soltaron las manos y caminaron lento hasta la salida.

Hitomi continuaba viendo las habitaciones hasta que dió con las que buscaba, 320A. Tragó en seco y se azomó, viendo en la primera habitación a un chico golpeado, lleno de vendas en su cuerpo y rostro, y con sus ojos cerrados como si durmiera, con un tubo de oxigeno ayudandole a respirar. La imagen era fuerte para ella y no deseaba molestar, por lo que lo ultimo que hizo fué ver el nombre del paciente a los pies de su cama.
"Hanamaki Takahiro". Respiró ondo y salió en silencio, tal vez luego buscaría un contacto en el telefono para avisar del estado de ese joven.

Respiró profundo y vió su ultima opción, una vez más se azomó y vió a otro joven mucho menos dañado, con una venda en su cabeza, en su pierna derecha y ambos brazos, moretones que cubrían su rostro y sus ojos llorosos por haber llorado antes, probablemente. Él si estaba despierto y cuando cruzaron miradas, el rostro del de cabello castaño se deformó en una mueca triste, angustiada, llena de terror.

-Disculpa, estaba buscando a alguien pero parece que me equivoqué... -Hitomi sonrió apenada ante el posible error, iba a irse pero el castaño habló con su voz rota.

-¿Donde está Iwa-chan? -Esa pregunta salió del puro impulso, de la necesidad de tener al moreno con él tras la traumatica experiencia. -¿Que haces tú aqui?

Hitomi le miró a los ojos y entró por completo a la habitación, esta vez sin ninguna expreción en su rostro.

-¿Eres tú el amante de mi esposo?

La pregunta fué directa, tanto que Oikawa trató de endurecer su expresión antes de responder.
Hitomi creyó que era patetico... ambos lo eran... o tal vez los tres involucrados lo eran, ya no sabía nada con certeza.

-Si... yo soy el amante de Hajime...

"Puedo ser..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora