Más que recuerdos

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Lo último que supo de él fue que había encontrado un trabajo en los limites de la ciudad, que tenía un departamento, que también había cambiado su número... Un sin fin de detalles nuevos de los cuales se enteraba gracias a Matsukawa, a Hanamaki que aun trabajaba para la empresa; y por sus propios medios obviamente.

El tiempo pasa rápido y en tan solo un pestañeo Hajime se encontraba contando dos años desde que se separaron ¿Acaso jamás podría superarlo? Incluso su ex esposa volvió a construir su vida y era feliz ¿Por que él no pudo? ¿Sería el karma que le prohibió encontrar un amor nuevo? Imposible, porque las oportunidades no le faltaban, el problema era que no las aceptaba porque lo único que deseaba de vuelta era a su Tooru.
Y era triste, darse cuenta que no lo recuperaría aun que moviera el mundo, aun que le rogara al cielo una oportunidad de solucionar todo, y sabía, que aun que lo hubiera hecho bien tal vez no hubiera resultado. En su cabeza daba vueltas el hecho de que estaban destinados al fracaso.

Tomando las llaves de su auto se encaminó a la puerta, necesitaba beber un poco, solo un poco para nublar su mente de ideas, y su corazón de sentimientos... Ese poco se transformó en litros de whisky, vodka, cerveza sin filtrar y demás tragos que ni el conocía, tenía dinero para pagar toda la barra si quería por lo que nadie le dijo nada, sabían que sus razones eran del tipo "mal de amores".

No muy lejos de allí, Oikawa caminaba de un lado a otro, esperando su turno de hablar con el hombre que era su jefe. Una vez salió el chico de cabellos rojos elevados con una gran sonrisa en su rostro, carraspeó y entró, dándole su informe al hombre de ojos verdes y cabello olivo.

-Está mal. -Declaró antes de poner el informe frente a él. -Corrigelo antes de hoy, Oikawa.

-Ushijima-san ¿Que es lo que no está bien? -Pregunto el castaño a punto de explotar de la rabia. Ushijima apuntó con su dedo el inicio del segundo párrafo. -Oh... -Oikawa analizó su error y derrotado salió para poder corregirlo.

Así sus tardes transcurrían, entre papeles, informes y vagos recuerdos que deseaba olvidar.

En la empresa donde trabajaba con Hajime no eran tan duros y eso le deprimía. Su único contacto con ellos era Hanamaki, que agradecía cada día que siguiera con vida tras aquel ataque despiadado, incluso cuando le dijeron que podría morir. Recordar aquello le causaba ansiedad por lo que caminó al baño para poder lavar su rostro, luego salió devuelta a su puesto de trabajo. Ya ahí agitó su cabeza y liberándose de distracciones continuó hasta que su horario comenzó a sumar horas extra.
Cuando no pudo más tomó sus cosas y bajó por el ascensor, pasando por la oficina de su jefe. Iba a despedirse al ver las luces encendidas aun pero lo escucho con alguien más dentro... Gemidos, gritos para nada disimulados. "¿Quien será?" Una sonrisa se dibujó en sus labios y siguió su camino pensando en su época feliz, en sus momentos con Hajime que no volverían, y sus ganas de llorar se hacían presentes cuando recordaba aquello y como acabó...

Al salir del edificio una sorpresa hizo que detuviera sus pasos de golpe. Lo vio, apoyado en su auto y viendo al cielo estrellado acompañando la luna. Su corazón se detuvo cuando este le vio y sonrió, cuando el mayor se intentó acercar vio sus pasos erráticos ¿Había bebido?

Oikawa se acercó y como en los viejos tiempos, se subieron al auto, yendo a uno de sus hogares, el del mayor sería el elegido.

"¿Que estoy haciendo?"

"Puedo ser..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora