Tiempos de guerra

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Hanamaki observaba a Oikawa de reojo mientras hacia sus ejercicios con pesas, recostado en una colchoneta. Aun le causaba curiosidad la relación que mantenia con su jefe y su secreto no tan secreto sobre su gusto por los hombres.

Más que ser un metiche en asustos que no le debían importarle, quería de verdad que el castaño confiara en él, que pudiera desahogarse con alguien pues sabía bien que Tooru no era de muchos amigos sinceros y reales, que no estuvieran solo en los buenos momentos.

-¿Tengo algo en el rostro? -La voz cansada del de ojos cafés le sacó de su ensoñación, dejando ir una risita y y negando. -¿Entonces por que te me quedas viendo?

-Es solo que pensaba que eres una buena persona, Tooru. -Era primera vez que le hablaba por su nombre, Oikawa lo sabía y le sorprendió bastante el hecho. -Sabes que nos conocemos bastante y tu practicamente sabes toda mi vida... eres un gran apoyo aun que seas insoportable a veces ¿Sabes lo que quiero decir verdad...?

-No tengo idea de que hablas... ¿Te vas a morir? -Casi al instante un golpe en la frente le hizo emitir un quejido y lloriqueos. -¡Que malo eres Makki!

-¡Te hablo en serio Tooru! -Le respondió alzando solo un poco su voz, logrando que el castaño tuviera un semblante más serio. -Me gustaría ser un pilar para ti tambien ¿Entiendes? Se que es doloroso estar... solo... en ciertas situaciones. -El castaño solo sonrió conmovido con las palabras del pelirrosa, tanto que no pudo aguantar darle un abrazo. -Hey... tampoco te pases...

-¡Eres el mejor! Te prometo que te contaré todo, ¡Hasta que te canses!

Las risas de ambos resonaron en el lugar, llamando la atención de los pocos hombres que habían ahí. Este hecho fué ignorado por los dos jovenes y tras un largo abrazo se fueron juntos a las duchas, dispuestos a continuar su conversación en otro lado, con comida incluida porque se lo merecían.

Ignoraban por completo el hecho de estar dando una visión erronea a las personas equivocadas...

Se tomaron su tiempo para ducharse y vestirse, lanzandose bromas y riendo a ratos, Tooru sentía que se había ganado un muy buen amigo, un muy buen pilar.

Ya listos y notando que el gimnasio quedaba poco a poco vacío por la hora, pues estaban cercanos a cerrar, se despidieron de Bokuto y salieron a paso calmado por la oscura noche de la ciudad. Oikawa le contó su historia a Hanamaki a grandes rasgos y confesandole por fin, la relación que mantenia con su jefe en el trabajo. El de cabellos rosas confesó que ya tenía sospechas sobre aquello y trató de aconsejarle, tan distraídos estaban que cuando alguien jaló de la camisa a Hanamaki hacia atras se asustaron, pensando que les iban a robar.

Tooru trato de ayudarle pero todo pasó muy rapido ante sus ojos. Otra persona le pateó tirandolo al suelo y a ambos los arrastraron entre risas y burlas a un callejón, Tooru al instante comenzó a gritar y patear al igual que Takahiro pero comenzaron a recibir patadas e insultos horribles sobre su homosexualidad, incluyendo tambien a Hanamaki, aquellos tipos creían que eran pareja.

-¡Los hombres no están con otros hombres! -Gritó un tipo mientras pateaba con fuerza y sin control a Tooru, el cual solo intentaba proteger su rostro con sus antebrazos. -Eso es asqueroso ¡Repugnante!

Vulnerables, en el suelo y sin que nadie pudiera ayudarlos recibieron una golpiza que ninguno merecía, que no tenía sentido.
"El amor no debería provocar odio" pensaba el de ojitos chocolates que, resignado comenzó a sollozar en silencio dejando de pedir ayuda, pues sabía que nadie los escucharía.

Pensaba que no podía empeorar, pensaba que los tipos no estaban armados, se equivocó. Hubiera deseado que solo le golpearan y ya.
"...Iwa-chan..." pensó antes de pensar en la muerte.

Cerca de las tres treinta de la madrugada un telefono comenzó a sonar, Hitomi molesta vió que era el telefono de su aun esposo, él que se encontraba dormido en el sofá, pero había olvidado su movil en la habitación. Vió el numero desconocido y decidió contestar, escuchando la voz llorosa desde el otro lado.

-...Iwa... Iwaizumi-san... debe venir rápido, p-por favor... -Se notaba que la voz masculina del otro lado temblaba demasiado y se podía imaginar al joven totalmente destruido, ella intentó preguntar que sucedía pero el chico continuó hablando. -S-su pareja fue atacada... está en el hospital...

Hitomi al oir eso abrió los ojos de par en par, tirando el telefono como si quemara entre sus manos y se sentó sobre la cama, pensando en que hacer...

En menos de cinco minutos tomo un sueter y se cambió de pantalones, tomando las llaves del auto y saliendo del hogar en completo silencio, vería a la mujer que se robó a su marido, la mujer que destruyó su familia.

Estaba cegada por la rabia que había acumulado, incluso olvidando la situación en la que "la otra" se encontraba.




[Saludos! Dejo esta notita para avisar que el proximo capitulo será en dos semanas mas y desde el 7 de febrero comenzaré con otra recopilación de mini historias de varias ships, inspiradas en el día de San Valentín. ¡Espero les guste!
Gracias por leer y comentar❤]

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