Cap 26; Nada hasta el matrimonio, Nada después de la ducha...

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Horas y horas pasaron comiendo pizza y viendo películas.

Aline y yo éramos oficialmente pareja, sí, he dicho pareja, novios suena muy infantil y poco serio según ella.

Por fin había logrado ser ese chico "perfecto" pero Aline me dio a entender que el chico perfecto no es el que recita poesía o frases de libros, no es el que mejor besa o el que tiene la mejor mirada ni tampoco el que parece no ser merecido por nadie. El chico perfecto era el que te había llegado a amar hasta tal punto que era capaz de leer dos meses cosas que en su vida hubiera hecho por voluntad propia, el chico perfecto era el que estaría suficientemente loco como para colarse en tu jardín y cantaría bajo tu ventana aunque eso significara perder la dignidad, y es que el chico perfecto, es sólo el que está enamorado de verdad, ese que se tragaría el orgullo por ti, el que deja a alguien inconsciente por ti (bueno quizá eso último sólo valga en mi caso...)

Bah, tenía la seguridad de ser el perfecto para Aline porque sabía que sería el único que leería cosas cursis por ella, las cuales, como podéis notar, me han hecho un cursi a mi también. O la culpa la tienen los libros o el amor, (o las dos cosas).

--Jem, ¿Qué pasa?- Preguntó sacándome de mi nube de pensamientos.

-Estás muy callado y no paras de mirar a la nada.

-Lo siento...

-¿Por qué? ¿Eres un zombie?- Dijo entre risas.

-Eso me temo querida y tengo mucha hambre ¿Lista para ser mi Happy Meal humano?

-¡Come más pizza!- Rió mientras se subía a mi y me introducía pizza en la boca a lo bestia, esta chica no era precisamente muy sutil.

-¿Mejor?

-Sí, ¡pero se me antojan labios humanos!- tiré de su cintura y la atraje hacia mis labios mientras le besaba con desesperación. Realmente quería comérmela (a besos claro, decid todos conmigo; NO al Canivalísmo).

Ella se apartó suavemente y comenzó a reír de nuevo mientras se ponía roja.

-Jem, hay que recoger todo esto y limpiar la casa...- La callé con otro beso. Me era imposible prestarle atención ya que toda la que tenía estaban en el movimiento de sus labios; rojos, gruesos, suaves...

-Jeremías Patrick, no me calles cuando hablo.- Habló firme mientras ponía su dedo sobre mis labios.

-No me gusta que me ignoren y...- Se calló al instante mientras me miraba con asombro besar su dedo. Ella lo bajo lentamente mientras yo ataba mis brazos a su cadera y la atraía hacia mí, esta vez simplemente presionándola contra mi pecho, la miré fijamente a los ojos sin apenas parpadear. Ella se coloraba más por segundos y para mi sorpresa se liberó de mi agarre y se puso de pie bruscamente mientras hacia una mueca de desagrado y me miraba amenazante mientras se cruzaba de brazos.

-¿Qué?¿He hecho algo malo?- Gruñí, yo sólo quería sentirla un poco más...

-No lo vuelvas a hacer Jeremías.- Dijo firmemente como cuando mi madre me regañaba por pegar a otros niños cuando tenía 5 años.

-¿Hacer el qué?

-Lo sabes perfectamente idiota.

-¡No!¡No lo sé!

-¡No me vas a persuadir!

-¿Qué?- Realmente me había perdido. ¿Persuadirla? Ni que yo fuera queso cheddar en una ratonera y ella un ratoncita inocente con hambre, además éramos pareja ¿Acaso no podía tocarla?

-Sabes lo que opino del roce.- Bufó ella apartando la mirada mientras se coloraba ligeramente.

-Se directa Ali...

-¡Nada hasta el matrimonio!

-¿¡NI SIQUIERA PUEDO ACARICIARTE!?

-¡TÚ SABES QUE SIGUE DESPUÉS!

-¡SÍ, BESARTE! ¿¡ESO TAMPOCO PUEDO HACERLO!?

-¡NO ME GRITES JEM!

-¡TÚ LO ESTÁS HACIENDO!

-¡IDIOTA!- Se fue corriendo escaleras arriba y dio un fuerte portazo. Mi enfado se esfumó dejando dolor, preocupación y culpabilidad, ella estaba ahora llorando y por mi culpa, no tenía excusa, yo sabía perfectamente que los gritos la hacían llorar más que nada en el mundo.

Empecé a recogerlo todo y a limpiar y cuando acabé, me metí en el baño y empecé a quitarme la ropa. Me metí en la ducha y empecé a bañarme. El agua de la ducha tenía un poder supersónico que cada vez que tocaba mi cuerpo me hacia olvidar las preocupaciones del mundo en milisegundos.

Tras unos 15minutos salí del pequeño paraíso y me di cuenta de dos cosas...;

1- Mi mochila con mi ropa estaba en la habitación de Aline y la otra estaba muy sucia y bajo mis pies.

2- No tenía toalla.

¿Y ahora qué?

¿El Chico Perfecto Sólo Existe en los Libros?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora