¿El Chico Perfecto Sólo Existe en los Libros?

Cap 31; Sujetadores...

-Ali...

-¡Date prisa!- Me volvió a interrumpir con sus gruñidos por enésima vez sin dejarme explicar la situación.

Suspiré. Pensé. Razoné. Dudé. Me rendí.

No sería precisamente la primera vez que la veía en ropa interior, así que metí mi mano en zona prohibida tirando fuertemente del sujetador mientras el vestido se desplomaba y Aline ahogaba un grito.

Yo me volví a quedar paralizado, mirando estupefacto mis manos que se limitaban a hacer fuerza contra mi.

-¡Je-m!- Lloriqueó. -Rápido... me-e haces daño...- Al final reaccioné y lo abroché rápidamente, aunque me costó (y no, no por dificultades masculinas...) Si no porque me di cuenta de lo fácil que era desabrocharlo y lo difícil que era encajarlo perfectamente, a decir verdad, es la primera vez en mi vida que toco un sujetador que no sea de la colada de mi madre.

Aline se giró hacia mi mordiéndose su labio inferior roja como un tomate (seguramente yo estaba del mismo tono.)

-Imbécil...- Masculló poniendo su dedo índice contra mi pecho.

¿Qué decía? ¿Qué debía hacer? "Piensa Jem, Piensa ¿Qué haría Cristian Grey? Algo pervertido seguramente, sigamos pensando..."

Whao. Realmente patético. Recurro a lo que he leído en libros para tomar decisiones, ¿Soy o no un tío de novela? No, Jem no lo eres porque los de las novelas no leen novelas para ser tan geniales como ellos.

Finalmente volvió la luz a mi cerebro. ¿Nunca habéis pensado que en los libros todo se arregla con 1.Un beso o 2.El matrimonio?

Pues como soy demasiado joven, opté por el beso.

Rodeé su cara con mis manos y atraje sus labios a los míos.

Ella cedió rápidamente y enrolló sus brazos en mi cuello tirando de mi.

Tiré de su cintura hacia mí, y sin saber como, acabamos en una esquina del probador, prácticamente en el suelo y en un profundo beso que me hundió en el calor y me hizo olvidar la situación.

No se si pasaron segundos, minutos o incluso horas ahí jugando con nuestros labios y lenguas sin importar que pasara.

Pero un ruido detrás de la cortina del probador me devolvió a la realidad...