Donde me sientas, estaré.

V. NO ME OLVIDES

La señorita de servicio tocó la puerta con unos suaves golpes, para evitar despertar a Abdi, no contaba con que yo estaba durmiendo en la cama principal y Abdi en el sillón cama. A lo lejos pude notar cómo Abdi abría la puerta y le decía que no se preocupara por el desayuno, que él iba a entrar la carretilla a la habitación, por consiguiente cerró la puerta suavemente, para no despertarme, lo cual decepcionó a la señorita, ya que de seguro esperaba averiguar la identidad de la chica que se encontraba durmiendo en la cama de un famoso y poder crear un chisme que ni siquiera hubiese tenido sentido alguno.

-Buenos días hermosa- escuché una voz dulce cerca de mi oído.

-¿Qué hora es? No quiero despertar- afirmé con pucheros.

-Son las diez de la mañana, solo dormimos cuatro horas, tengo que comenzar a arreglarme, el vuelo sale a la una de la tarde, tenemos que estar dos horas antes en el aeropuerto, significa que en una hora salimos- terminó su análisis de horario con una voz de desilusión y aceptación.

-Acuéstate un ratito a mi lado, por favor- le pedí haciendo pucheros nuevamente.

-Pareces bebé Mandi- rió con ternura. – Cuando tengamos una hija la llamaremos Alessandra- dijo acariciando mi rostro.

Reí con tono de burla. -¿Ah sí?- pregunté levantando una ceja. –Elegir el nombre va a ser una pelea constante- continué riendo.

El teléfono de la habitación comenzó a sonar, Abdi estaba tomando una ducha, por lo que contesté la llamada con miedo, ya que nadie sabía que Abdi estaba compartiendo habitación con alguien más. Por suerte era Francis.

-Aló, ¿Quién habla?- pregunté en tono de voz firme.

-¡Uy! Creo que alguien la pasó bien en la madrugada- mencionó Francis con tono de voz pícaro.

-No molestes, no todos somos como tú.- reí mientras lo decía. Claramente sabía que yo no era del tipo de chica que todos se encontraban cuando iban de gira, y el tipo de chica que esperaba que Abdi evitara, bueno, que evitara a cualquier tipo de chica y que solo me tuviera a mí.

-¿Puedes decirle a Abdi que en veinte minutos nos vamos? Dile que tiene que estar en el ascensor lo más pronto posible, el lobby está lleno de chicas que quieren tomarse fotos con ellos y por eso deben bajar todos juntos, así evitamos que se lancen sobre ellos individualmente.

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-¿Llevas todas las maletas?, ¿tu cepillo de dientes?, ¿el cargador de tu celular?- comencé a realizar una variedad de preguntas.

-Mandi, tranquila.- intentó suavizar mi ansiedad tomando con sus manos mi rostro y dándome un beso suave sobre la frente. –El que se va del país soy yo, y aun así pareces más nerviosa.- rió intentando hacer que tomara de una forma positiva su partida.

-No me olvides, escribe cuando puedas, o cuando quieras- dije ocultando mis ganas de irme con él a México, pero me conocía perfectamente.

-Ven a México, ven conmigo de gira, no voy a olvidarte jamás Isabela Roa, y lo sabes- lo que no sabía él era que cada vez que decía mi nombre y apellido juntos era mi debilidad.

-No puedo, en dos días comienzo a trabajar y no puedo dejar mis responsabilidades a la deriva, no puedo dejar la Universidad abandonada, las clases no se ganan solas, estoy a un paso de graduarme, tú vive tu sueño, yo cumpliré los míos acá, y sé que algún día volveremos a vernos.- y evitando que siguiera insistiendo con el tema saqué una bolsa de mi maleta. –Ten- extendí mi mano para darle la bolsa. –Es para que cuando me extrañes la uses.- Reí.

Abrió la bolsa sin cuidado y con afán. -¡¿Quééééé?!- gritó con emoción. –Me encanta Mandi, me encanta de verdad.- afirmó colocando la gorra sobre su cabeza. –Definitivamente la voy a usar mucho, y no es necesario usarla para pensar en ti, lo sabes.- expresó seguido de un guiño. Seguidamente se acercó a mí, -este mes de marzo es el mejor de mi vida, no lo olvides.- selló la frase con un beso en la frente.

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-Creo que es momento de decir adiós, no quiero que me voltees a ver, no lo hagamos peor- dije con lágrimas en los ojos.

-Vamos a volver a vernos hermosa, no lo dudes- dijo antes de bajar de la camioneta blindada, antes que sus fans comenzaran a gritar de emoción por ver sus rulos preciosos.

Me despedí de Francis y de cada uno de los chicos, de los que eran parte del staff y esperé a que bajaran del auto, Ana y Josué estaban distraídos escuchando música en su celular. El momento había llegado, estaba bajando de la camioneta, no había vuelta atrás, no sabíamos cuánto tiempo iba a volver a pasar para estar juntos, parecía que Abdi nunca hacía caso a mis palabras, aunque la camioneta ya estaba cerrada y él no podía ver el interior, volteó y movió su mano en forma de despido, con una sonrisa medio hecha para fingir frente a sus fans que todo estaba bien, por suerte el blindaje no le permitió verme cuando volteó a decir adiós, para mi mala suerte yo podía ver del interior al exterior, y pude observar su gesto y cómo poco a poco se alejaba y se volvía diminuto frente a tantas personas que los rodeaban.

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Loúnico que podía escuchar era el sonido de los aviones despegando y aterrizando,el de Abdi ya había despegado, minutos después volví a la realidad, seguíasentada observando los aviones desde la parte alta que se encontraba al otrolado del aeropuerto, lo siguiente que pasara no estaba escrito, y nos sabía sise iba a escribir en algún momento.