Gohan frunció el cejo al ver el sedán negro zigzagueando por las calles, rechinando los neumáticos contra el pavimento mientras los aterrados peatones tenían que saltar fuera de su camino para evitar ser arrollados. Corrió rápidamente hacia un callejón cercano y engulló en un par de mordidas lo que quedaba del su desayuno, gruñendo ante el hecho de que por culpa de algún bastardo inconsiderado, no podía tomarse el tiempo de saborear su sándwich de queso, huevo y tocino a gusto.
Pensar en la injusticia le afectó todavía más el humor, y el disgusto solo se vio exacerbado cuando su ki se elevó, y la familiar aura dorada de Super Saiyajin lo envolvió. Con un pronunciado gesto fruncido arrugando sus facciones, Gohan saltó fuera de su escondite y salió disparado hacia el vehículo como un torpedo, alcanzando rápidamente su forma ahora inmóvil y sujetándole el parachoques trasero con un fuerte agarre para levantarlo.
Deteniendo su impulso, Gohan levantó el auto sobre su cuerpo y lo volteó de cabeza, agrietando el camino con el impacto y efectivamente poniéndole fin al paseo. Antes que nadie pudiera ver su presencia, abandonó el área en un instante, dejando atrás un rastro dorado de energía que se evaporó al instante.
Odiaba a los corredores callejeros. Aborrecía totalmente a esos bastardos. También odiaba a los villanos, pero al menos sus motivaciones eran más directas, y podía entender por qué elegían ser malvados. Los conductores imprudentes, por otra parte, ponían en peligro las vidas de gente inocente que quería ocuparse de sus rutinas diarias, a menudo únicamente por el simple propósito de satisfacer su apetito de emoción. Le hacía sentirse realmente asqueado.
El teléfono vibrándole en el bolsillo sacó a Gohan de sus pensamientos. Solo había una persona que le mandaba mensajes de texto. Curioso de saber qué querría Satou, viró hacia otro callejón y lo sacó.
Más te vale llegar a tiempo esta mañana. Hay una linda sorpresa esperándote en la entrada que no querrás perderte.
Gohan arqueó una ceja al ver el extraño mensaje. No tenía idea de qué estaba hablando Satou, pero su mejor amigo tenía razón en una cosa: TENÍA que llegar a la escuela.
Hasta ahora, había atrapado a un hombre que intentó suicidarse saltando de un edificio, noqueó a una masa rosa de aspecto asqueroso que tramaba algo malo, salvó a un gatito en un árbol, y apagó un incendio dentro de una estación de bomberos. En general, una mañana sólida de trabajo para un vigilante adolescente. Los héroes profesionales podían encargarse del resto.
Con ese pensamiento en mente, Gohan desapareció del callejón en un borrón dorado, reapareciendo en el distrito donde se ubicaba la U.A apenas unos segundos después. Se escurrió dentro de una cabina telefónica vacía, donde regresó a su forma base, y luego procedió a caminar tranquilamente por la acera hacia su destino.
Sin embargo, cuando vio la conmoción enfrente de la escuela, puso los ojos en rendijas al instante. Así que a esto era que se refería Satou al decirle que había una agradable sorpresa esperándolo frente a la entrada... una oleada de reporteros y fotógrafos amontonados como una bandada de buitres, sin duda para venir a molestar a los estudiantes sobre la más reciente adición a la facultad.
Bueno, lo que quisieran saber sobre All Might, no se lo iban a sacar a él. No queriendo dignarse a que los medios se dieran cuenta de su presencia, Gohan rodeó la escuela, saltó por encima de la pared e ingresó tranquilamente al edificio, evitando completamente a la prensa.
Al entrar al salón, lo primero que se encontró fue con un Satou sonriente, que inmediatamente le saludó con la mano. – ¿Te gustó la sorpresita, Son? – preguntó el chico de labios enormes.
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El Símbolo de la Paz y la Justicia
FanficArrancado del mundo que conoce contra su voluntad, Gohan de pronto se encuentra en una versión de la Tierra habitada por gente con extraños poderes llamados Quirks. Varado y sin poder volver con sus seres queridos, Gohan tratará de sacar el mejor pa...