La voluntad de sobrevivir

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- Bueno, eso fue condenadamente espantoso. – dijo secamente Kaminari.

- Tú lo dijiste, Pikachu. – chirrió Satou bajándose su tercera lata de Red Bull.

Bakugou se carcajeó sardónicamente. – Se los dije, idiotas. Les dije que se iban a decepcionar, ¿no?

- Bueno, sí, pero no fue culpa de Midoriya. – replicó Kirishima frunciendo el cejo.

Bakugou resopló. – Si Deku no fuese un debilucho tan patético, ¡podría haber terminado con esto al inicio y ahorrarnos a todos este espectáculo de mierda!

Gohan suspiró cansinamente y se rascó detrás de la cabeza. La pelea, si se le pudiera llamar así, no fue exactamente horrenda... pero tampoco fue buena. La mejor manera de describirla sería "poco convencional", con muy pocos momentos interesantes esparcidos en lo que duró. En serio, lo más positivo que salió de todo ello fue que rompió el patrón de que cada encuentro terminaba con al menos uno de los participantes enviado a la enfermería.

Empezó con una nota más o menos alta cuando Present Mic anunció que Hatsume pertenecía al curso de soporte. Eso despertó el interés de Gohan, pues sentía genuina curiosidad de ver lo que alguien con un trasfondo que no se enfocaba tradicionalmente a los combates sería capaz de hacer en una pelea uno a uno. Y además, dada la variedad de artilugios de soporte de aspecto estrafalario que llevaba encima, sus esperanzas de un gran espectáculo eran muy altas.

La verdadera pelea empezó bastante normal, con Midoriya cargando contra Hatsume, que rápidamente despegó hacia el aire con un par de botas cohete. Sin embargo, en vez de montar un contraataque, aterrizó tranquilamente en el suelo y comenzó a explicar con voz dramática las propiedades exactas de sus botas cohete.

Luego de que Midoriya superó su sorpresa inicial, se lanzó otra vez contra Hatsume, solo para que ella se le escapara con un artefacto parecido a un pogo saltarín que surgió de su mochila, que también describió con gran lujo de detalles para la audiencia.

Ahora visiblemente frustrado, Midoriya procedió a perseguirla por todo el ring, pero fue incapaz de seguirle el paso debido a unos propulsores en sus piernas que le daban una velocidad de la cual Iida se habría sentido orgulloso. Hasta habría sido cómico de ver, si no fuera tan exasperante.

Los siguientes diez minutos de la pelea siguieron de la misma manera, con Midoriya tratando inútilmente de atrapar a su oponente, y Hatsume constantemente quedándose a un paso fuera de su alcance mientras promocionaba su equipamiento. Definitivamente era impresionante, y su dedicación a sus productos ciertamente era admirable, pero no era el tipo de encuentro emocionante que la gran mayoría de los espectadores esperaban.

Afortunadamente, cuando se le acabaron sus artilugios para publicitar, Hatsume se rindió, y con eso todo volvió a la normalidad...

Bueno, aparte del hecho de que Satou ya se había bajado cuatro latas de Red Bull sin hacer pausa. Eso era más que medianamente preocupante. El escenario de las peleas también estaba repleto de toda clase de cosas, desde bolitas de picos y minas terrestres, hasta un charco de aceite y cáscaras de banana artificiales (todo ello cortesía del genio de Hatsume), pero eso solo era ligeramente más inusual que el tipo de daño que el ring había sufrido hasta ahora durante el torneo.

También significaba que habría otro retraso antes del siguiente encuentro, pues Midnight y Cementoss tuvieron que barrer meticulosamente cada centímetro del ring para deshacerse de cualquier residuo dejado atrás por los trucos de Hatsume. Para sorpresa de nadie, ninguno de los dos profesores se veía feliz por ello.

Kirishima se levantó de su asiento y golpeó su palma con el puño. – ¡Bueno, yo me voy a hacer algo de calentamiento de último momento! – anunció antes de lanzarle una sonrisa feroz a Satou. – ¡Te sugieron que hagas lo mismo, grandulón! ¡Necesitarás toda la ayuda posible!

El Símbolo de la Paz y la JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora