29. Un Estorbo.

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Era tarde ya, llegadas a la madrugada quizá, y Fairy Tail aún no acaba con aquel festejo a la cumpleañera. Había ruido por todas partes, lo mejor era que a pesar de que la mayoría de las personas estaban en estado de ebriedad, aquello lo único que lograba era que se divirtieran más.

— Oye, Erza-san — la pequeña Wendy aún estaba despierta.

— Dime, Wendy — Erza dejo lo que estaba haciendo para darle su atención a la de cabellos azules.

— Tenemos un problema — dijo preocupada.

Erza no entendía, hasta que Wendy señaló en dirección al lugar donde Kana ya hacía muy sonriente mientras seguía bebiendo. Esa mujer era un pozo sin fondo si de alcohol de trataba. 
Entonces la pelirroja se dió cuenta de aquel problema llamado Yashiro totalmente dormida sobre el regazo de la castaña. Enseguida se encaminó hacia ellas.

— ¡No aguantas nada! — le decía Kana a la de la máscara riendo fuerte. Yashiro ya ni se movía.

— ¿Qué le pasó? — Erza preguntó de inmediato observando la situación.

— Solo tomo un poco de alcohol y cayó dormida en un instante — ella explicó quitada de la pena y la pelirroja se relajo al saber que no era nada de que preocuparse.   

— Nunca pensé que te atreverías a beber — le dijo a la peliazul riendo mientras la atraía a sus brazos — Te llevaré a la enfermería para que descanses.

Eso tenía pensando hacer la pelirroja porque ya era muy tarde para llevarla a su casa o a su habitación en Fairy Hill's, pero nada más la cargo en brazos sintió mareo que casi hace que la de la máscara termine en el suelo.

— ¿Estas bien? — Wendy le preguntó enseguida y ella asintió.

— Solo estoy un poco tomada — confesó — Hazme un favor, busca a alguien que pueda hacerse cargo de Yashiro, no creo que pueda subir las escaleras — le pidió a la pequeña y está asintió.

Wendy camino lejos de ellas para buscar a alguien que preferiblemente no estuviera tomando en el lugar, pero parecía imposible pues todos tenían un tarro en la mano.
Entonces, para su suerte encontró a los se Saber en una mesa disfrutando de la fiesta. Sting parecía estarlo más.

— Rogue-san — ella inmediatamente fue a hablarle al que se miraba totalmente sobrio. Yukino también lo estaba, pero Wendy dudaba si ella podía cargar a Yashiro en brazos por la escalera. Además de que no se encontraba ahí, sino que con la rubia y el pelirrosa en otro lugar del gremio.

Al igual que ella Frosh y Lector estaban con Happy y Carla en otro lugar.

— Wendy, ¿pasa algo? — este le puso atención nada más escuchó su nombre.

— Necesitaba saber si podrías ayudarnos a Erza y a mí a subir a Yashiro a la enfermería.

— ¿Le pasó algo? — casi la interrumpe.

El rubio aún que estuviera tomado, al escuchar eso también puso atención.

— No no — la pequeña contestó de inmediato — Tomo un poco de alcohol y solo se quedó dormida — explicó por fin.

— Yo te ayudaré entonces — Sting se ofreció.

— No hace falta — Rogue le detuvo cuando se iba a levantar — Tu sigue divirtiéndote, yo le ayudaré — le dijo seguro. Tanto que convenció al rubio y pronto se estaban acercando a Erza.

— Ah, Rogue — Erza le saludo cuando llegó hacia ella — Eres nuestro héroe — mencionó graciosa haciendo al pelinegro sonreir de lado.

La pelirroja le dijo unas cuantas cosas más y pronto se la había entregado en brazos.

— Entonces iré a dejarla a la enfermería — le dijo antes de desaparecer de su vista junto con Yashiro.

No le tomo mucho llegar a las escaleras que conducían al segundo piso. Se dió a la tarea de subir, y mientras lo hacía poco a poco el ruido de abajo se iba disipando. A Rogue casi no le agradaban las fiestas, así que se sintió cómodo con el silencio.

Entonces de pronto, ella movió su mano y le tocó la cara por todas partes.

— ¿Quien eres? — le preguntó confundida sin abrir los ojos de la máscara — ¿Eres Rogue? — ella adivinó.

— Si, soy Rogue — el contestó raro, pues aquella acción lo había dejado confundido.

— Ah, Rogue — ella volvió a pronunciar su nombre. Su voz era la de una borracha y eso ponía un poco de gracia en el ambiente — Me alegra que seas tú — ella confesó haciendo sonreir de lado al pelinegro — Debes estar muy fuerte para cargarme de esta manera... — ella comenzó a decir de repente y dirigió una de sus manos al músculo de su brazo para tocarlo — Si, como me lo había imaginado. Yo quiero decirte algo.

— Dime — este le dijo sin más esperando de antemano una tontería.

— Me gustas — fue lo que salió de sus labios.

Para Rogue, todo se detuvo ahí en el me gustas. Más pensandolo bien ella estaba borracha así que nada de lo que le dijera era verdad... ¿O era al revés?

— ... Eres mi tipo de chico — ella continuo — Eres serio, fuerte y me inspiras una confianza que no puedo explicar — para esas palabras ya estaban entrando dentro de la enfermería — Pero eres un Dragon Slayer y él que más me atemoriza de todos — la escuchó reír — ¿Por qué no puedes ser usuario de otra magia?

— No lo sé — Rogue le contestó por fin sin tomar enserio todo aquello que le decía — Me gusta ser un Dragón Slayer — le confesó recostandola en la cama.

— Entonces no podemos estar juntos.

Aquel comentario hizo reír en bajo al pelinegro, así que mejor se dedico a acomodarla bien. Le puso las mantas por encima, pero cuando las iba a dejar por la altura de su estómago, ella le tomo la mano e hizo que él la observará extraño.

— Pero yo quiero estar contigo — le dijo tal como una niña. Ahora su otra mano lo tomo del rostro y sin esperar lo acerco hasta ella.

Así que allí estaban, muy, pero muy cerca que la máscara solo era un estorbo para que sus labios se tocaran. El pelinegro no sabía qué hacer, pero definitivamente sabía que si esa máscara no hubiera estado por obstáculo ellos si se hubieran besado.

— Nunca he besado a nadie — y ella volvía a confesar sus secretos.

— Yo-yo tampoco — ahora quién trababa era él.      

— Entonces... yo...

No termino de decir para cuando se había levantado la máscara dejando al descubierto solamente sus labios para él. Y repentinamente ella dió el último paso para comenzar a besarlo.
El pelinegro abrió los ojos sorprendido, pero después se dejó llevar cerrándolos.

El beso que compartieron fue lento, con tacto, pero también había algo más que nadie noto.  

Cuando dió fin aquel primer beso para los dos, Rogue abrió los ojos sorprendido por lo que acaba de hacer, y para su suerte, Yashiro se había quedado dormida nada más su cabeza toco la almohada. 

| Blind Struggle | Rogue Cheney⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora