59. 30 Años o Más.

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Después de que Sabertooth volviera a irse nuevamente, está vez también lo hizo Yashiro sin dejar rastro alguno, por lo tanto, nuevamente sus compañeros estaban preocupados por ella preguntando en cada rincón si alguien la había visto. Natsu era el que se sentía peor.

Pero Yashiro no los había abandonado, al menos no por ahora. Ella se encontraba caminando de aquí para allá en los bosques cercanos fuera de la cuidad de Magnolia. Si, aquel bosque donde los habían atacado.

— No pensé que volverías — una mujer de pronto apareció detrás de ella, pero la peliazul ya sabía que estaba ahí, así que no le sorprendió en absoluto.

— ¿Qué es lo que quieren? — preguntó enseguida haciendo que los presentes entendieran todo a la perfección. Se le veía calmada, no perdería contra su personalidad escondida como la última vez. Esa personalidad agresiva que surgió en ella cuando perdió a su familia.

— Saber quien eres exactamente — está ahora era ahora la voz de un hombre quien le contestaba.

— No creo que esa sea la pregunta correcta, ¿porque no me eres claro, Jellal? — se volteó hacia las dos personas que ahora la acompañaban.

Su tono de voz se parecía mucho al que había usado la primera vez que había hablado con Natsu. Esa voz tan engreída y arrogante que pensó ya no contaba con su ayuda para hacerse la fuerte.

El peliazul había sido el responsable del ataque que le hizo perder la máscara la otra noche, eso ella lo supo en ese momento, por ello su reacción de gritarle que era un estúpido y que iba a asesinarlo, pero esto último, pensándolo bien, no había forma de hacerlo. No contra un personaje que anteriormente había pertenecido a los Diez Magos Santos de Ishgar.

— ¿Cuál es tu relación con Zeref? — entendió rápidamente su pregunta, y mejor optó por comenzar con aquello.

— ¿Verónica tiene que escuchar esto? — señaló a la mujer castaña un tanto divertida y está enseguida hizo mala cara.

— Así que te diste cuenta — ella mencionó — Tu magia es sorprendente — le halagó.

Claro que Yashiro se había dado cuenta, pues aquella vez cuando se encontraron, ella ya conocía a Jellal, y desgraciadamente para Verónica, está llevaba encima un arma mágica que este mismo le había dado.

— Escucha, Jellal — volvió a repetir su nombre, su voz esta vez sonó más relajada — No tengo intención de darte información sobre mi o mi relación con Zeref, y tampoco pienso hablar sobre quién soy exactamente, lo que sea que quieras saber, no te lo diré y no lo encontrarás en las ruinas de mi antiguo hogar o mi diario. Así que rindete, porque cuando tú das un paso, yo ya cruce la meta — sin duda había sido una amenaza disfrazada muy bien.

— Sabía que no debía meterme contigo — la castaña comentó un tanto arrepentida y a la vez admirada de la chica que tenía frente a ella.

Yashiro lo sentía, su diario en su bolsillo izquierdo y algunas cosas que le pertenecían a su familia en Verónica, así que no tardó mucho en deducir que habían estado en aquel lugar.

— Entiendo, tal vez comenzamos con el pie izquierdo, pero quiero decirte que el concepto que hasta ahora te he dado de mi está equivocado. Jal... — se interrumpió así mismo — Yashiro, no estoy en contra tuya.

Bueno, si era cierto que ella hasta ahora pensaba que Jellal estaba en contra suya, por eso la reacción que había tenido y sus palabras.

— ¿Entonces, porque me arrebataste la máscara frente a mis compañeros? Pensé que Erza te había dicho que no me la quitaba.

<< Vaya, también está al corriente con eso. >> pensó enseguida el peliazul, de eso no estaba enterado, ella se había dado cuenta cuando se estaban hablando sobre ella.

— Quería ver tu rostro.

— ¿Y lo conseguiste? — preguntó rápidamente tras su confesión.

— Si, lo conseguí — le hizo saber enseguida.

— ¿Y ahora que? — preguntó un tanto obvia.

— Ahora tengo más dudas — él simplemente contestó.

— ¿Dudas? — Yashiro volvía tomar una posición alterada — ¿Qué es lo que quieres con mi rostro? Esto no tiene nada que ver con nada.

— Lo tiene... al menos para mí.

Ella bufo exasperada. En realidad no entendía nada de lo que le estaba diciendo, aquello no estaba llevando a nada concreto. Solo estaban perdiendo el tiempo.

— ¿Por qué no le dices y ya? — Verónica volvió a tomar la palabra. Ella también se estaba hartando de esa situación.

— Yo... — cuando comenzó a decirle, también se acercó unos pasos hacia ella, pero cuando la vio retroceder, se detuvo, bajo la mirada y llevo una mano a su pecho haciéndola puño — Creo que te conozco de alguna parte — solo le dijo aumentando más la duda.

— No lo creo — ella enseguida contestó — Yo jamás te he visto en mi vida. Como ya sabrás a causa del diario, yo no baje a este mundo durante mi infancia, así que debería recordarte si te ví en mis años pasados.

Jellal se quedó sin palabras.

— Entiendo, tal vez te confundi con alguien más, a la persona que estoy buscando ahora debería tener treinta años o más, fue mi error.

Tras aquella conversación, Yashiro volvió a Magnolia y lo primero que encontró al llegar a casa fue a Natsu esperando por ella.

— ¿Donde estabas? — preguntó nada más la vio entrar por la puerta — Te he estado buscando como un loco con los demás, pensé que habías escapado.

— No te preocupes, pensé que sabías que no lo haré — ella le dijo despreocupada sentándose en un sofá.

— Es que algunas veces llegar a ser muy impredecible — compartió de igual manera sentándose en un sofá.

— ¿Impredecible? — preguntó sorprendida — No lo creo, Natsu, podría ser la persona más predecible de este mundo, después de todo pensaste que había escapado tal como otras veces.

Escuchó a Natsu reír levemente.

— Bueno, tienes razón, pero solo poca — este le dijo divertido.

— ¿Por qué poca? — preguntó recargando su cabeza en el sofá y cerro los ojos.

— Bueno, quien pensaría que podrías tener una relación con Rogue cuando le tenías harto miedo — el confesó observando su reacción.

Levantó enseguida el rostro y se lo puso encima, pues literal se había levantado del sofá para enfrentarlo.

— ¡No digas eso! — exclamó avergonzada de que él lo supiera.

— Poco a poco comienzas a mostrar tu verdadero yo, y eso me agrada mucho. Era mi tarea, pero parece que todos lo hicieron por mí — le dijo sonriendo.

Ella se calmó, y se sintió inmediatamente agradecida con Natsu, pero, enseguida se puso tensa al sentir a alguien más en la habitación.

— Te he estado observando, creo que ya es hora de presentarme.

Se giró enseguida sobre si para encontrarse de pronto a una pequeña chica con un vestido rosa, rubia con unas extrañas cosas adornando sus orejas.
A Yashiro le sorprendido mucho, pues no podía sentir magia alguna venir de aquel pequeño cuerpo, por lo tanto, no lo había sentido venir.

— ¿Quien eres tú? — preguntó confundida.

— Soy Mavis Vermilion...

— La Primera Maestra de Fairy Tail — Natsu completó su frase...

 

 

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