42. Jellal Fernándes.

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— Dejemos una carta de despedida y hay que marcharnos cuanto antes, sino, se hará de noche — sentenció la peliazul tratando de sonar normal frente a sus compañeros.

— ¿Pensé que tú eras la que querías despedirte correctamente de ellos después de todo? — Erza le dijo cuando le vio voltear el rostro hacia otro parte.

— También veo por su seguridad y la hora del tren, claro — mencionó sacando una risita de Natsu y Lucy.

Se encontraban fuera de la casa de los Dragones Gemelos esperando su llegada, pero Yashiro ya estaba más que lista para sacar una pluma y un papel de su mochila por la opción que había dado hace un momento, pues, como era de esperarse, se negaba a ver al pelinegro una vez más después de la escena que tuvieron en su habitación. Ella no estaba delirando, sentía que si lo percibía una vez más en el lugar, terminaría de rodillas pidiéndole perdón por sus palabras anteriores, pues dentro, el fuego que representaba su temor hacia él, de pronto se había propagado incluso más que antes.

— Creo que Yashiro tiene un poco de razón — Gray la apoyó sin camisa y Juvia intento taparlo con sus manos.

En el lugar ya hacían Erza, Lucy, Natsu, Happy, Gray y Juvia.

— Juvia piensa que si nos tardamos un poco más vamos a perder el tren hacia Magnolia — esta comentó.

Erza hizo un ademán de que estaba bien, que aceptaba aquella decisión, después de todo tampoco quería ver a sus compañeros en peligro.

— Bien, entonces sacaré lo necesario para la carta — Lucy se ofreció de inmediato. ¿Qué escritora no llevaba encima una hoja y una pluma?

Cuando de pronto, Yashiro se volteó en su lugar a la defensiva y termino con la mirada puesta en el bosque.

— Word's Magical: Frost — dijo sin más, dejando dejando consciente solo al Dragón Slayer.

— ¿Qué pasa, Yashiro? — Natsu también se puso a la defensiva.

— Está magia... — ella comenzó — Yo la conozco, pero no recuerdo a quien le pertenece — le confesó sin moverse un centímetro de su lugar.

Más aún así habiendo usado su magia, un individuo se dejó ver.

— ¿¡Jallel!? — este mencionó aquel nombre con una mueca de asombro.

El hombre que había resistido la magia de Yashiro llevaba una capa sobre él cubriendo su identidad, pero nada más al decir aquello se la quitó dejándose ver. Tenía el cabello azul, unos ojos color aceituna y un extraño tatuaje rojo en su ojo derecho.

— ¿Jellal? — está vez Natsu pronunció su nombre dejando de estar a la defensiva.

— ¿Jellal? — repitió Yashiro al pelirrosa entendiendo nada.

— Es un amigo, puedes estar tranquila — Natsu le hizo bajar la guardia.

Más ahí había algo raro. ¿Por qué aquel hombre había pronunciado el nombre "Jallel" nada más los vio?

— Word's Magical: Defrost — ella se dió a la tarea de descongelar a sus compañeros y por ende a los compañeros de Jellal, quienes pronto llegaron hacia ellos.

— ¿¡Jellal!? — de nuevo su nombre fue pronunciado, pero esta vez por Erza, quien pronto se había sonrojado solo con verlo.

— ¿Qué hacen aquí? — Lucy les preguntó enseguida.

— Pasábamos por la cuidad cuando Jellal sintió una magia maligna por aquí, tal como la de Zeref — Sorano contestó por su compañero.

— ¿Zeref? — Juvia se preguntó a si misma.

Yashiro por su parte, retrocedió unos pasos hasta estar un poco atrás al nivel de Erza, pues sentía la mirada del peliazul encima de ella, y no era mentira. Retrocedió porque ella tenía que ver con esa magia que Jellal sentía.

— Pero... ya le perdí el rastro — les comentó suspirando. Él estaba mintiendo.

Jellal no se quedó mucho con ellos, tuvo que irse pronto porque era un hombre buscado por el Concejo Mágico, y quedarse en un lugar fijo por mucho tiempo podría atraer la atención de estos, pero, mientras se estaba yendo, llamo a Erza para que le regalara unos segundos de su tiempo; entonces preguntó:

— ¿Quien es ella?

— Su nombre es Yashiro — se abstuvo de proveerle su apellido — Hace poco que se unió a Fairy Tail, es nuestra compañera — simplemente le dijo mientras la veía conversar un poco con los demás no muy lejos de ellos.

— ¿Y la máscara? ¿Qué significa? — le preguntó poco después.

— No lo sé, desde que la conozco nunca se la ha quitado, creo que tiene sus razones para no hacerlo y nosotros las respetamos.

Tras eso, el peliazul retomó su camino mientras sus compañeros de Crime Sorcière le seguían con las capuchas ocultando su identidad.

Erza obviamente se preguntó el por qué Jellal le preguntaba sobre Yashiro, pero le restó importancia y volvió con sus compañeros, quienes ya escribían su carta de despedida.

— ¡Oye, chicos! — de pronto escucharon ese grito venir del camino de piedras que llevaba a la casa en el bosque — Llegamos justo — les dijo el rubio alegre llegando hacia ellos cansado por correr.

— Justo a tiempo — Natsu le dijo.

Al parecer Sting se había adelantado de todos sus compañeros junto con Lector, pues ya sabía que Fairy Tail volvería por Yashiro ese día.

— Ah, Yashiro, me alegra ver que estás mejor — se acercó a ella y la atrapo entre sus brazos. La abrazo y sacudió como nunca. Sting comenzaba a ver a Yashiro como a una hermana menor a la cual tenía que cuidar, aún que a decir verdad, todos a su alrededor lo sentían de esa manera.

En ese momento, los demás llegaron.

— Gracias por cuidar de mi una vez mas y me disculpó por haber sido un problema — ella de inmediato le contestó.

Yashiro quiso evitar sentir la presencia de Rogue, pero era imposible, pues él estaba ahí tan tangible. Además, podía sentirlo, no estaba nada felíz.

Así que se despidieron como siempre, no tardaron mucho cuando todos se estaban retirando de la propiedad de los Dragones Gemelos, y cuando Yashiro les siguió el paso, le fue imposible no pasar por un lado de Rogue. Por un momento se sintió aterrorizada y paro su andar justo a su lado, los únicos en notarlo fueron Sting y Erza, los últimos en despedirse.
Por un momento sintió como su cuerpo se movió solo, agachó la cabeza, comenzó a temblar y se sintió en la necesidad de pedirle que la perdonará de rodillas, ella no estaba exagerando cuando lo había pensado antes. Pero para su suerte, el pelinegro comenzó a andar hacia su casa dejándola de pie ahí, y ella de inmediato continuó seguiendo a los demás.

Había estado muy, pero muy cerca de humillarse a si misma poniendo sus rodillas una vez más en el suelo.

| Blind Struggle | Rogue Cheney⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora