| Blind Struggle | Rogue Cheney⭐

62. Aquí esta Frosh.

Mientras todo Fairy Tail estaba movilizado en busca de Frosh, poco a poco Sabertooth se iba acercando cada vez más al gremio, y por lo tanto a la verdad de lo sucedido de porque no los habían recibido como habían quedado en la estación del tren.
Cuando Yashiro estaba muriendo en preocupación por no encontrar al felino, Rogue caminaba contento de poder encontrarlos a los dos.

Erza, Lucy y Wendy se encontraban buscando cerca de la estación del tren mientras Carla y Lilly lo hacían sobrevolando la cuidad, pero era en vano, Frosh no aparecía por ningún lado.

— Tenemos problemas — Lucy dijo en dirección a la parte contraria donde Erza y Wendy buscaban.

— ¿Problemas? — Wendy preguntó dándose la vuelta sobre si, entonces lo comprendió.

Al igual que la vista de la pelirroja, se toparon con los miembros de Sabertooth tomando el camino directo hacia el gremio y no pudieron evitar ponerse histéricas.

— ¡Tenemos que hacer algo! — Wendy volvió a hablar con los ojos bien abiertos, pero no podía pensar en nada.

— Ustedes vayan con ellos... — Erza comenzó — Su misión será distraerlos hasta que encontremos a Frosh. Por ningún motivo dejen que lleguen al gremio antes de dar la señal.

Ellas asintieron decididas tras la orden y avanzaron hasta ellos. Aún que fue un poco en vano toda esa decisión rotunda, pues cuando llegaron con ellos comenzaron a temblar. Justo ahora se preguntaban cómo iban a realizar tal misión.

— Lucy, Wendy — Minerva las mencionó un tanto sorprendida al ver cómo les negaban el paso.

En realidad todos se dieron cuenta de aquello y Rogue no dudo en levantar una de sus cejas.

— Llegaron muy temprano hoy — Lucy comentó vacilante.

— Eh, no... — Sting comenzó — De hecho es más tarde que nunca — aclaró.

— ¿Ah, si? — Wendy solo pudo apoyar de esa manera restando importancia al comentario de Lucy.  Ella también sonaba muy vacilante.

— Bueno — la rubia volvió a hablar — Ahora que ya están aquí y que nos encontramos, porque no nos acompañan a... — se quedó callada al saber que no tenía nada que decir.

— ¡A comprar unas cosas para el gremio! — la pequeña peliazul completo bastante nerviosa.

— ¿Qué tipo de cosas? — está vez fue Rogue quien preguntó. De alguna manera sabía que algo estaba pasando.

— Luego les digo, vámonos yendo.

Y sin más, las dos chicas los arastraron con ellas hasta una tienda muy, pero muy lejos del gremio, y ellos no pudieron negarse cuando les dijeron que ocupaban mucha ayuda.

Las horas pasaron como agua, Frosh seguía sin aparecer, pero afortunadamente Lucy y Wendy mantenían ocupados a Sabertooth hasta que Warren les informará que ya lo habían encontrado, pero pronto se estaba haciendo de noche y las esperanzas se reducían con cada segundo que pasaba.

En el gremio, había unas cuantas personas, entre ellas ya estaban Yashiro, Natsu y Freed, pues lo habían estado buscando porque este había puesto nuevamente la barrera de runas en la cuidad, así que esperaban él tuviera una idea al no saber donde más buscar.

— Lo siento.

Pero Freed no tenía nada que decirles que fueran buenas noticias.

Al escuchar eso, Yashiro comenzó a llorar, y Freed aún con las runas activas, la estrecho entre sus brazos. Cabe destacar que ellos se habían hecho muy buenos amigos durante los últimos meses por algunas misiones que habían hecho juntos, tanto en equipo como en pareja.

Un poco antes de eso, como una hora, los antes mencionados lejos del gremio, salieron de la tienda cargados de cosas que al parecer eran para dar un fiesta, que por la magnitud de las compras, se estimaria esta duraría alrededor de dos semanas sin paro alguno.

— ¿Ya podemos ir al gremio? Estamos cansados — Lector les dijo también cargado de cosas.

Todos asintieron suspirando pesado, que a Lucy y Wendy no les quedó más que darles la respuesta que querían, después de todo los habían mantenido ocupados toda la tarde y el viaje aunque fuera corto de igual manera cansaba y aún más a los Dragon Slayer's. Esto último Wendy lo entendía muy bien.

— ¿Ese es... — se le escuchó a Sting decir cuando ya habían recorrido un poco de camino.

Volviendo con la peliazul en brazos de Freed una hora después, está no podía tranquilizarse.

— Es mi culpa — comenzó — No debí aceptar cuidar de Frosh cuando ni siquiera puedo cuidarme sola. Ahora él esta perdido allá afuera y la noche no le dejara ver a donde va. Además Rogue, no me perdonará jamás si no lo encontramos.

Natsu estaba también preocupado, pues entendía, ya que si el también perdiera a Happy se sentiría de esa misma manera. Pero, mientras ella seguía hablando, pudo darse cuenta que algunas personas habían entrado al gremio y estaban escuchando todo.

Ella seguía llorando con los ojos cerrados, lamentándose cada segundo que pasaba, hasta que sintió algo jalarle el abrigo.

— Lo siento — escuchó claramente la voz de Frosh — Yashiro está triste por mí culpa — este tenía unas pequeñas lágrimas en los ojos amenazando con salir.

Entonces ella nada más tuvo la oportunidad, lo tomo entre sus brazos y se echó a llorar más fuerte.

— Lo encontraron — el pelirrosa les dijo a los recién llegados entrando en calma.

— Estaba caminando por ahí sin rumbo, fue una suerte — Sting le contesto a su amigo.

— Rogue — Lucy le llamó al pelinegro — Yashiro, ella lo estuvo cuidando durante la semana entera, y cuando lo perdió por la mañana lo estuvo buscando todo el día sin parar. Por favor, no seas...

— Tranquila — Rogue le interrumpió al saber que iba a decirle — Lo se, no era su intención perderlo y por eso no estoy molesto. Frosh ya esta aquí y eso es bueno — terminó y dirigió la mirada a su chica abrazado a su compañero mientras los dos lloraban.

No pudo contenerse, avanzó decidido y frente a sus amigos por primera vez conscientes, los abrazo a los dos.

Minerva tuvo que voltear la mirada hacia otra parte mientras Yukino, Sting y Lector sonreían.

— Lo siento — ella se disculpó devolviéndole ese abrazo entre tres tan complicado.

— Está bien — el sonrió — Estamos juntos ahora.

Por suerte Frosh apareció y justo quienes lo había encontrando eran los de Saber, a los que claramente las hadas buscaban esconderle ese hecho. Por suerte, una vez más, ahora volvían a estar juntos.