Nuestro Secreto {Secretos #1}

La odiosa porrista

Cuando inicias tu último año normalmente tienes muchos planes, piensas que puedes hacer todo lo que en tu vida escolar no has hecho y la realidad es que cuando menos lo piensas es que el tiempo ha pasado y ya vas a mitad de año, arrastrando una pila de trabajos, buscando universidad y sintiendo como las responsabilidades de un adulto ya te está ahogando sin haber empezado. En un abrir y cerrar de ojos, la primera semana paso en un chasquido entre trabajos, consultas, maratones de películas con Ed y las benditas horas de detención. Estirando mis piernas, me coloco en pie de mi pupitre. En definitiva, necesito un descanso de historia.

—Al —Adela me llama. Me vuelvo a verla, ella está sentada junto a mí. Me acerco hacia ella la cual me enseña la foto de un chico en el teléfono. Inmediatamente mi mente comienza a unir las cosas y las preguntas son inminentes, ¿Acaso este es el chico de las sombras? Porque si lo es en verdad es guapo.

—¿Quién es él? —le preguntó, tratando de no sonar muy interesada en el tema. Adela se vuelve a mirarme con una cara de sorpresa, casi de molestia al darse cuenta de que yo no tengo ni idea de quien el chico.

—Estas bromeando ¿Cierto? —meneo mi cabeza, negativamente— Dios, Alexa. Es de lo que todos hablan. —arrugo mi ceño volviendo a mirar la foto del feed. Es un chico alto, delgado, con unas facciones muy delicadas y el cabello rojo. La verdad es que me recuerda mucho a Jessie Hendricks, no sé, será sus ojos... será su boca o nariz, pero de que tienen algo similar, lo tienen.

Ansiosa, elevo la mirada hacia Ade para que no me siga dejando en intriga. Ella se echa el cabello tras de oreja y suspirando, se prepara para hablar.

—Es el novio de Jessie —quedo inmóvil—, ¿Jessie Hendricks?... ¿La chica que le gusta a Ed? Nuestro Ed... ¿Si...? ¿No...? —Ade me hace varias preguntas tratando de que me ubique en el tema. Yo tan solo puedo mirar una y otra vez la imagen del chico, "Lo veo y no lo creo." Pensé, de seguro Ed tiene que estar en una muerte lenta y dolorosa, un chico desconocido le ha quitado su conquista de Julio. Estoy convencida que después de que esto se halla filtrado en todo el Cristóbal Colón, mi mejor amigo no la volverá a ver, al menos cuando ella o sus amigas estén alerta.

—Bueno, pero está guapo —respondo, soltando una risita—. Pero ¿Cómo estas tan segura? —le pregunto, sintiendo inquietud por el gran parecido que ambos tienen.

Ella suelta una risotada y me empieza a contar como Nadia, la cocapitana de las porristas le dijo a Meredith que una de las novicias -las aspirantes al equipo- la oyó hablando por teléfono de forma muy acaramelada con alguien y que luego de que dejará sus cosas en los lockers, esculcaron entre su celular encontrando como última llamada el nombre de Drake Marcus. Supongo que esto es bueno, así dejará de perseguirla y podrá concentrarse en poner sus ojos en otra chica dejándola por fin en paz. Jessie es una buena chica, solo tengo aritmética con ella y no es que seamos amigas o hablemos mucho, no obstante, el semestre pasado tuve que hacer un trabajo con ella y fue muy amable y responsable, en ningún instante fue grosera o una pesada. Por eso la respeto, no es la típica porrista odiosa de todas las historias. De repente, la risita desbocada de Adela me extrae de mis pensamientos me vuelvo a verla, su rostro esta clavado en la pantalla de su celular, su sonrisa va de oreja a oreja, mientras que sigue mensajeándose con alguien desconocido. ¡Oye, pero esto sí que es interesante!, me digo para mis adentros, apoyando mi rostro en una de mis manos para quedarme viéndola, intento descubrir quién es el afortunado. Adela se rasca con cuidado su nariz respingada y sigue esperando con desespero un mensaje, sus ojos cafés brillan de emoción y sus pestañas argolladas se baten entre los aires para matar el tiempo. Estoy a punto de cuestionarla de frente sobre el tema, sin embargo, al salón se adentra Alex, Ed y Tyler ocasionando que me quede callada. No quiero que ellos se enteren, si no me lo ha dicho a mí no creo que quiera que ellos también se enteren. Saludándonos, todos toman asiento, Alex y Tyler vienen hablando sobre una fiesta el fin de semana, pero Ed a duras penas y participa. Él esta enmudecido, encorvado y a duras penas se acuerda de respirar. Sin hacer mucho eco, mi mejor amigo toma asiento al otro lado de mi persona, muy encimado en su mundo. Entonces, rasgando un trozo de hojas de mi cuaderno, le lanzo una bolita para que despierte.