Nuestro Secreto {Secretos #1}

The Before Party

El tiempo es impredecible, subjetivo y es de locos creer que este por sí solo es capaz de sanar las heridas porque es una completa mentira. A los niños les toma cinco días en cicatrizar una rozadura, a los adultos diez, pero, al alma ¿Cuánto le toma? Porque yo ya casi cumplo dieciocho y las heridas de cuando era cría me siguen ardiendo. Cuando era niña mi padre prometió siempre estar junto a mí, no importa donde, no importa cuando. Fue la primera promesa de amor que alguien me hacía en mi vida, mi primera esperanza y también mi primera desilusión. Cuando él se fue, la herida fue grande y hasta el día de hoy sigue palpitando en mis adentros en máxima potencia. Su abandono me hizo sin duda esclava ante la tristeza y el dolor de un corazón roto. Les permitió la entrada a muchos fantasmas a mi vida, los miedos se elevaron y la sensación de estar en una constante mentira cuando se trata de amar. En parte, todas las inseguridades emanaron del hecho de creer que un te amo se disipa en minuto y un para siempre tan solo es una dulce mentira.

Acepto que soy una persona muy vengativa, y tengo un vínculo especial con devolverle cada golpe a Tyler más fuerte. Solo creo que está vez sí que me he pasado. Es como la vez cuando teníamos siete y él me baño en salsa de tomate, yo en respuesta le eche encima las alcachofas. O la vez cuando teníamos diez y me lanzo por el tobogán de cinco metros al cual yo me rehusaba tocar por miedo, yo le robe su ropa en el campamento de verano mientras se bañaba en las duchas comunitarias, su pobre trasero blanco de bebe fue fotografiado por todos los chicos y fue de los titulares del Cristóbal Colón. Siempre ha sido un ciclo de yo te hago algo y yo te lo devuelvo, hasta la física lo explica con su ley de acción y reacción. Siempre intentando demostrar quién es más fuerte, una intensa lucha a la cual, si le agregamos los celos, esta historia terminó peor. Mi mente de repente a el martes después de francés, cuando intente hablar con Tyler para aclarar las cosas. En verdad estaba molesto, cuando se volvió a verme sus ojos destilaban esa mirada fría y distante que suele colocar cuando no le agrada algo. Me trato con tanta indiferencia que sentí todo mi cuerpo estremecerse. Quería que habláramos sobre su encuentro con Nadia, quería respuestas. Pero, él estaba tan celoso por lo ocurrido con Drake que ni me dejo hablar. Sus palabras siguen tan vivas en mi mente que aun puedo oírlas repetirse una y otra vez.

—Sabes Alexa, me canse de todo esto. —él suspiro, cruzándose de brazos— Me canse de ser un cero a la izquierda en tu vida, de estar siempre entre tus ultimas opciones. Primero Alex, luego Ade, Ed, ahora Drake, ¿Dónde quedo yo? Me cansé de ser tu estúpido juguete por un tiempo y cuando te aburres simplemente me desechas. Eso es patético, ¡Tú eres patética! Y sabes no quiero estar con alguien que no está dispuesta a todo como yo por ti.

Sus palabras fueron como un balde de agua para mí, una frase, con una maldita frase él tuvo el poder para hacerme polvo. Desde esa tarde todo se arruino y la sensación de culpa me carcome desde entonces recordándome que todo se ha arruinado. Tyler Mitchell estaba tan, pero tan enojado conmigo que ni la mirada me sostenía. Admito que me equivoqué y bien feo con respecto a Drake, nunca tuve que aceptar salir con él cuando eran evidentes sus sentimientos hacia mi persona. Pero, Tyler Estaba con Nadia, lo confirme con Alex, y eso no tiene justificación alguna. Ambos nos habíamos equivocado y la falta de comunicación hizo de nosotros un completo desastre. Sin embargo, no era para tanto, sus palabras apuñalaron con tanta osadía mi pobre corazón que es una herida más que pasará mucho tiempo antes de que vuelva a sanar. Ahora cada vez que nos encontramos por el pasillo, pasa de largo, me ignora y hasta fingió estar enfermo para no asistir al trabajo de biblioteca de los proyectos de biología. "De seguro me ha de estar odiando", pensé, sintiéndome mortificada. "Si mi orgullo no fuese tan grande, a lo mejor podría ir y aclarar las cosas con él", volví a pensar, recriminándome para mis adentros el ser tan cabezota y mis absurdos planes de venganza; ¡Todo me sale mal!