Los Lockers

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Tic, tac, tic, tac, tic... solo han pasado veinte minutos de clase y ya estoy harta. Solo veinte jodidos minutos de Aritmética cuando son dos eternas horas, ¡Jesucristo! Creí que el día no podía ser peor tras lo sucedido. Pero, obviamente volví a equivocarme. Perdida en un punto cualquiera del tablero observo al señor O'malley hacer un montón de garabatos, sin embargo, no tengo ni idea de que tema estamos hablando, mi cabeza solo está en Tyler Mitchell y esa expresión de decepción que tenía cuando le dije adiós.

Se veía roto, desilusionado, roto... pero ¿Es posible que un rompecorazones sea la victima de su presa? Pufff, es irónico hasta para nosotros que somos todo menos parte de lo ordinario. No obstante, la mirada petrificada de Tyler atraviesa mis pensamientos, parecía que en aquel momento hubiera estado a poco de echarse a llorar como una cría sobre mi persona. Su mandíbula apretujada, luchando con todo lo que le arrollaba el interior... sus palabras entrecortadas... sus manos temblando, él era la viva imagen de un espanto atemorizado por ver la oscuridad y para mi desgracia yo siempre sería el recuerdo de su tristeza. Tengo que ser sincera que la única vez que lo vi de esa manera fue cuando su abuelo falleció, el señor Isaac Mitchell era adorable, si se puede definir a un hombre de negocios así sin ofenderlo. Él era alegra, gracioso, noble y siempre estaba listo para un partido de futbol con su nieto, hasta aquellas vacaciones de octavo grado en que murió de un infarto.

Al parecer ya llevaba años enfermo, solo que lo callo y decidió disfrutar cada segundo con su familia, con su hijo y nieto. Tyler quedo destrozado al saberlo, lloro durante semanas, se escondió en el armario de Isaac Mitchell, no comía, no bebía, nada... sus ojos tenían esa expresión de haber muerto en vida, de... la misma que tuvo ahora, por mi culpa.

¿Cómo se puede llamar a esa sensación que te carcome de nervios los adentros? ¿Ese palpito de que hiciste algo correcto, pero se siente terriblemente mal?, ¿Será culpa? ¿Remordimiento? O, ¿Egoísmo? Ahora que lo pienso más calmada, ha sido un total disparate de mi parte haberle terminado así porque si, es obvio que yo sabía en que me estaba metiendo cuando nos besamos por segunda vez, que sería un secreto para proteger a mi hermano y que al ser uno de los chicos más importantes del Cristóbal Colón tendría que lidiar con los malintencionados comentarios. Pero, todo me hirvió cuando lo vi con Meredith cerca, ella tiene la facultad de sacar lo peor de mí y en un arrebato de ira decidí acabar lo más bonito que me ha podido pasar en años, lo que siempre esperé desde niña. Impulsivamente, giro mi cabeza hacia el puesto trasero donde se encuentran ellos, Tyler y Meredith hablan cómodamente, muy cómodos y no me gusta para nada. Ella agita su cabello y él le sonríe de labios cerrados, trago grueso al ver la escena, no es nada que se pueda malinterpretar, más aún así no significa que no me moleste porque se que ellos dos ya han estado juntos, se entienden en todos los sentidos y deben tener una química perfecta como para que sus encuentros casuales hayan perdurados en los últimos tres años.

Entonces volviéndome al frente, clavo la mirada sobre mi cuaderno y dibujo líneas sin sentido sobre la hoja, fingiendo que hago algún ejercicio. La sensación de que he cometido el peor error de mi vida no me ayuda en absoluto, las manos me sudan de una forma bochornosa y la tensión sobre el ambiente es petrificante, puedo sentir la mirada de Tyler clavándose tras mi espalda que casi ya ni puedo respirar. El nudo en mi garganta es grande y la sensación de estar destragada fulminante, amo a Tyler, juro que lo hago, es mi cuento de hadas, mi primer amor y mi más preciado secreto, ¿Cómo no lo amaría? Pero, cuando pienso en mis sentimientos una parte de mí se siente como la peor lacra de todas al engañar a mi hermano pues por encima de Alex no hay nadie, es mi mellizo, mi mitad, mi mundo, y ningún chico podría cambiar eso. Así que cada vez que pienso en cómo se sentirá al saber que yo su más incondicional aliada le ha clavado el puñal por la espalda con su mejor amigo, todo se me estremece y tiemblo del miedo, pues todo se arruinaría y para una traición en los Wright no existe el perdón.

Nuestro Secreto {Secretos #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora