El ahora

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(Horas antes)

Nervios, miedo, pánico, una combinación escalofriante atraviesa mi columna vertebral con potencia. Me mantengo aferrada a mi asiento de las graderías mientras siento todos mis adentros dar vueltas, un vacío en el estómago me retuerce las vísceras. Hoy no solo es el partido final de los Intercolegiados, sino que también es el gran día de la revelación. En menos de tres horas estaremos Alex, Tyler y yo sentados en una mesa con un par de hamburguesas y papitas revelándole toda la verdad a mi sobreprotector hermano. ¿Se sentirá traicionado? ¿Lo aceptará? ¿Estallará? Es más que un hecho que he roto el The Twins Code, pero eso lo creamos cuando éramos unos críos, ya estamos grandes, tenemos un pie el colegio y otro en la universidad, ya no será tan relevante un código de niños ¿O sí?

"¡Ah, creo que enloqueceré!", pensé para mis adentros, a la vez que mi mente intenta reproducir todas las posibilidades en imágenes nítidas en mis adentros. Silenciosamente, echo una mirada por toda la gradería que va de punta a punta de la colosal cancha de futbol que tiene el Cristóbal Colón, el lugar está lleno, todo el colegio está lleno de decoraciones con los colores institucionales, la banda sonora ya está lista para hacer su entrada junto con las porristas. Todos los estudiantes venimos con la camisa del equipo y uno más osados con el rostro pintado de azul, blanco y amarillo, todos están listos para apoyar a nuestras queridas Águilas en su gran día contra los Halcones.

Me vuelvo a mirar hacia el lado derecho, los señores Mitchell siguen hablando entre ellos acerca de algunos asuntos legales de su firma de abogados mientras que al otro lado la madre de Ed junto a otras madres del equipo de futbol habla de sus hijos. Me muerdo un labio, tratando de enfocarme en cualquier objeto que me distraiga de mis pensamientos y el tema con Alex. Pero, es imposible evitar no pensar en algo cuando el daño es inminente. Elevo la mirada al cielo, tratando de tranquilizarme a la vez que doy cortas bocanadas de aire. El día esta nublado, casi amenazador con soltarse a llover reciamente y a interrumpir el partido de futbol si este no comienza rápido. Se dice que la gente se siente aliviada después de confesar todos sus secretos y sus almas se quitan una cadena de encima, quiero pensar que todo se solucionará y este estrés que me carcome por dentro en unas horas ya solo será un amargo recuerdo.

Mis ojos viajan hasta la esquina donde se encuentran los chicos del equipo calentando para el partido. Mi mirada viaja primero hasta donde se encuentra mi hermano que está terminando de estirar. Sin embargo, intento dispersar todos los pensamientos, dejando a navegar la mirada hasta Tyler. Para ser sincera nunca le había puesto mucha atención a su faceta de capitán, se ve extremadamente serio y demandante. Además, si agregamos que se ve muy bien con el uniforme, resalta de una forma que debería estar prohibida su musculatura. Un recuerdo atraviesa de sopetón mi cabeza, haciéndome sonreír.

Ade me había pedido que nos encontráramos en los baños del segundo piso ya que los del primero estaban todos llenos por la conmoción de todos los invitados al partido, así que subí para ver si necesitaba algo. Pero, cuando entre no la encontré, por lo que pensé que a lo mejor me había tardado mucho y ya se había ido. Sin embargo, antes de poder irme, Tyler abrió uno de los cubículos del baño y quede pasmada por la confusión de verlo, "Él debería estar estirando", pensé a la vez que me jalaba suavemente de la muñeca atrayéndome a su pecho y atacándome sin aviso con sus besos.

-Te necesitaba -susurra, una vez nos separamos para recuperar nuestros alientos.

Acaricio su mejilla, su cuerpo esta tenso y sus ojos algo distantes lo que me quiere decir que sin duda esta nervioso y ansioso por que todo salga bien. Él como capitán del equipo sabe que muchos de los chicos que hoy van a jugar no solo van a dejar todo en la cancha para ganar un absurdo Intercolegiado, sino también para alcanzar un cupo en la universidad y sabiendo como es Tyler ha de estar echándose toda la responsabilidad sobre sus hombros, cosa que sin duda lo está matando de nervios.

Nuestro Secreto {Secretos #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora